viernes. 29.03.2024

La guerra de las "misiones humanitarias" en Afganistán

AGNESE MARRA
En un solo día un ataque de la OTAN ha acabado con la vida de un centenar de civiles afganos. En los últimos seis meses el asesinato de civiles ha aumentado en un 24% y las estrategias de combate se han trasladado a los centros de ciudades y pueblos. La ministra de Defensa, Carme Chacón, no descarta ampliar el número de efectivos españoles en la zona. La ‘misión humanitaria’ ya no puede ser la excusa.
> Seis horas de combate entre las tropas españoles y los talibanes
NUEVATRIBUNA.ES - 04.09.2009

La lucha contra el terrorismo emprendida por Estados Unidos cada día acaba con la vida de cientos de civiles. Esta mañana alrededor de una centena de afganos inocentes han sido asesinados debido a un bombardeo de la OTAN. Acabar con Al Qaeda es la excusa que permite que los ataques a civiles en zonas de conflicto como Afganistán estén a la orden del día.

En el mes de julio un informe de la Unidad de Derechos Humanos de la Misión de Ayuda de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés) reconocía que en el primer semestre de 2009 morían un 24% más de civiles afganos que el año anterior. En este mes la cifra de fallecidos alcanzaba los 1.013 civiles, de los cuales el 59% de las muertes eran atribuidas a los talibanes, mientras que el 41% a las fuerzas armadas internacionales. Dos meses después ya son 1.200.

Las recomendaciones de ONG como Amnistía Internacional o de la propia UNAMA solicitando a Estados Unidos un mayor rigor en los ataques contra los talibanes para evitar los “daños colaterales” han caído en saco roto.

Lejos de conseguir una mayor seguridad y control en la zona, el conflicto afgano se recrudece cada año. UNAMA señalaba: "Como el conflicto se ha ampliado y profundizado a lo largo de 2007, 2008 y lo que llevamos de 2009, casi una tercera parte del país está ahora directamente afectada, en diferente grado, por actividades de la insurgencia. El conflicto armado es especialmente intenso en las regiones del Sur, Sureste, Este, Centro y Oeste. También se está extendiendo a zonas antes relativamente tranquilas, como el Norte y el Noroeste".

Las estrategias también se han modificado. Atrás quedan los tiempos en los que los aviones estadounidenses centraban su batalla en la cadena montañosa de la región. El 30 de julio, Los Angeles Times informaba que el general estadounidense McCrystal había dado instrucciones de que los aviones Predator, anteriormente utilizados para cazar a los dirigentes de Al Qaeda en las zonas montañosas, se centraran en operaciones contra "bastiones importantes de los insurgentes en grandes áreas con población civil".

LAS MUERTES QUE NO SE CONTABILIZAN

Las cifras que ofrece UNAMA no siempre coinciden con los datos de la población local. Según esta unidad de la ONU el ataque aéreo perpetrado el pasado 4 de mayo contra el pueblo de Bala Baluk acabó con la muerte de 63 civiles, mientras que ONG de la zona aseguran que la cifra ascendió a 144 muertos.

Las cifras de ataques aéreos tampoco recogen los cientos de hombres, mujeres y niños que han muerto este año asesinados por los ataques con misiles lanzados desde aviones teledirigidos Predator sobre la frontera en las zonas tribales de Pakistán.

Amnistía Internacional también denuncia las muertes de civiles que el Gobierno estadounidense presenta como si fueran talibanes. Éstas se producen durante los ataques regulares dirigidos por unidades de fuerzas especiales contra los hogares de sospechosos de ser dirigentes o combatientes, o financieros, de la insurgencia.

El informe de la ONU señala: "La puesta en marcha de operaciones de búsqueda y captura (incluyendo los ataques nocturnos) son también preocupantes, ya que hay datos sobre operaciones conjuntas de las fuerzas militares internacionales y afganas en las que el uso excesivo de la fuerza ha provocado, al parecer, muertes civiles". La propia UNAMA reconoce que no tiene capacidad para verificar de forma independiente quién y cuántos mueren en ese tipo de acciones.

¿MISIONES HUMANITARIAS?

A la noticia de esta mañana sobre la muerte de un centenar de civiles se une el combate que se produjo ayer entre las tropas españolas y los insurgentes durante seis horas. A pesar de que no hubo ninguna baja entre los soldados españoles, la ministra de Defensa, Carme Chacón, reconoció que “fue uno de los ataques más graves que han sufrido nuestras tropas”.

Desde 2001 existen tropas españolas en Afganistán. La ayuda humanitaria ha sido el objetivo de su misión, y aún hoy es la excusa que se ofrece para defender que continúen en la zona. En la página web del ministerio de Defensa español se asegura que se adscriben a la Conferencia de Londres sobre Afganistán en la que los tres objetivos en el país son la seguridad, conseguir gobernabilidad y respeto por los derechos humanos y desarrollo económico y social en la región.

Las actividades específicas del contingente español, según informa la web, van dirigidas a facilitar las actividades de reconstrucción en la provincia y proporcionar los apoyos de seguridad.

Los objetivos de la Conferencia de Londres rozan el humor negro y en lo que respecta a los específicos de las tropas españolas, la misión humanitaria parece cada vez más lejana, mientras los combates se recrudecen sin posibilidad de no entrar en combate.

Esta mañana, la ministra de Defensa, Carme Chacón, reconocía en una entrevista a Antena 3 que era “muy consciente” tanto ella como las tropas, de que estaban “trabajando en alerta máxima” y que era “la misión más compleja y arriesgada” que España estaba llevando a cabo”. Sin embargo, cuando la excusa de ‘misión humanitaria’ ya es insostenible, Chacón anuncia que estudiará las condiciones de seguridad de la región para analizar la necesidad de un posible aumento de efectivos. Mientras, la población civil de Afganistán se hunde en la miseria de perder a sus familias en un país que ya no es el suyo.

La guerra de las "misiones humanitarias" en Afganistán