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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS- 10.01.2010

La localidad italiana de Rosarno (sur) recuperó hoy la calma después del traslado, en las últimas horas, de más de mil inmigrantes a centros de acogida de ciudades próximas para evitar que se repitan los violentos enfrentamientos con los vecinos de días anteriores.

Según el Ministerio del Interior, más de 1.100 inmigrantes que trabajaban como jornaleros en los campos de la zona han sido trasladados desde la noche del pasado viernes a centros de acogida de Bari y Crotona, dos de las mayores ciudades del sur de Italia.

Asimismo, los medios de comunicación italianos informan hoy de que unos 200 inmigrantes han abandonado por sus propios medios la localidad sureña para evitar el clima de tensión que se había desatado desde que salieran a manifestarse por las calles en la noche del pasado jueves en protesta por una agresión a dos de ellos.

Según los últimos datos, 53 personas permanecen heridas a causa de los enfrentamientos, de las cuales 21 son inmigrantes y cuatro de ellos recibieron disparos de armas de fuego.

Esta noche no se han señalado episodios de violencia en las calles de Rosarno, pero la Policía sigue vigilante a la espera de que el peligro de nuevos altercados desaparezca, toda vez que está previsto que una de las antiguas fábricas en las que se alojaban los jornaleros sea demolida en las próximas horas.

Mientras, en Internet surge la idea de llevar a cabo una jornada de huelga de inmigrantes en protesta por el "clima de racismo" que vive Italia para mostrar la importancia que este colectivo tiene en la economía italiana.

La iniciativa, de la que se hace eco hoy el diario "Corriere della Sera", la promueve el grupo "1 de marzo 2010 - Huelga de los Extranjeros", que ha escogido ese día inspirándose en una iniciativa de inmigrantes en Francia y que cuenta con un perfil en Facebook con más de 11.000 seguidores, muchos de ellos italianos.

La hipótesis de que clanes mafiosos de la Ndrangheta, la mafia calabresa, estén detrás de los altercados parece cada vez menos descabellada para las autoridades italianas.

En una entrevista que publica hoy el diario "Avvenire", el fiscal sustituto de la Fiscalía Nacional Antimafia, Alberto Cisterna, dice que "seguramente" quienes han disparado a los inmigrantes son hombres de la Ndrangheta para "demostrar que son ellos quienes controlan el territorio".

En la tarde de ayer una tensa manifestación por las calles de Roma denunció los episodios de violencia que se han repetido desde el viernes en Rosarno contra los inmigrantes y la protesta terminó con un policía herido por el lanzamiento de un objeto contundente.

En una entrevista que publica hoy el diario turinés "La Stampa", el ministro para la Simplificación Normativa, Roberto Calderoli, afirma que ahora no es el momento de hablar de regularización de inmigrantes, sino de asegurarse de que el trabajo en el sur del país va a los italianos y no a los indocumentados.

"Con la situación que existe, hace falta ser rigurosos, más que regularizaciones. En el sur de Italia el desempleo está en el 18 por ciento. El trabajo tiene que ir a los italianos que quieran y puedan hacerlo, no a los inmigrantes clandestinos", afirma el político.

"Lo del trabajo temporal es un maquillaje. Los inmigrantes vienen a la recogida de los tomates o de las naranjas y luego, en vez de irse, se quedan", añade.

CACERÍA DE INMIGRANTES

Una verdadera cacería de inmigrantes se había desatado en Rosarno, localidad de 15.000 habitantes, donde se registraron desde el jueves protestas de migrantes africanos en respuesta a ataques de la población local.

Todo empezó el jueves en la noche, cuando unos desconocidos dispararon con armas de aire comprimido contra un grupo de inmigrantes, hiriendo levemente a varios de ellos, tras lo cual se iniciaron los disturbios.

En la mañana siguiente muchos comercios y escuelas permanecieron cerrados mientras unos 2.000 inmigrantes realizaron una sentada en el centro de la localidad que se saldó con decenas de vitrinas rotas y coches dañados.

Paralelamente, un grupo de habitantes ocupó la alcaldía para pedir la expulsión de los inmigrantes y un ciudadano disparó al aire desde la terraza de su residencia para dispersar a los manifestantes.

Los inmigrantes protestaban por las condiciones inhumanas en las que viven y trabajan en esa zona, dominada por la mafia calabresa, mejor conocida como 'Ndrangheta.

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