jueves. 25.04.2024
Daniel Scioli y Cristina Fernández

En solo unas horas, desde distintos sectores del gobierno argentino golpearon durísimo a Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, que fuera vicepresidente de Néstor Kirchner y que hace menos de un año fue designado por el propio oficialismo para postularse por segunda vez al cargo de gobernador. Uno de los intendentes (alcaldes) del conurbano bonaerense, Darío Díaz Pérez, desveló lo que, aparentemente, habría dicho la propia Cristina Fernández ante un grupo reducido de dirigentes del kirchnerismo en la provincia.

Ante la petición que le hiciera a la presidente uno de estos dirigentes., para que asistiera con fondos para la seguridad, la mandataria habría dicho: “¡Noooo! ¡Pará! ¿Tenemos que poner 300 millones de mangos para cubrir a este inútil? (por Daniel Scioli). No, estamos perdidos. Que se vaya de la provincia, que la deje sola, que la gobierne otro y seguramente hará algo. No sabe gestionar, es un desastre, es insostenible lo que pasa en la provincia”.

Los dichos de Díaz Pérez fueron desmentidos, pero sus palabras fueron grabadas y pueden ser escuchadas en los portales de varios diarios argentinos. Y tiene también apreciaciones propias, como “Scioli es una cáscara, es un buen tipo pero es un híbrido. No te podés pelear con él porque es un vegetal, no emite opinión política”.

Lo que está ocurriendo entre el gobierno nacional y el provincial no es una confrontación, “estamos en el medio de la caída de un imperio, la burbuja de Daniel está explotando”, añadió el intendente de Lanús. A través de su cuenta en Facebook dijo que lo expresado era una mera interpretación política en el marco de la crisis provincial y que lo que había dicho no podía ser atribuido a la presidente, “quien jamás se ha referido a nadie en esos términos”.

Casi al mismo tiempo, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, también lanzaba sus dardos contra Scioli, sin mencionar al gobernador: “Buenos Aires necesita ser gobernado por dirigentes que sean de la provincia de Buenos Aires, que conozcan la provincia de Buenos Aires y que interpreten el sentimiento de la provincia de Buenos Aires”. De forma poco sutil estaba promocionando a Gabriel Mariotto, el vicegobernador que el kirchnerismo puro le impuso a Scioli en las últimas elecciones, y que es de Lomas de Zamora, uno de los municipios más populosos del sur del conurbano bonaerense.

El disparador de esta nueva embestida es la falta de fondos que tiene la provincia, que le impiden este mes pagar el medio aguinaldo (media paga extra) a los funcionarios públicos bonaerenses. La crisis que empieza a golpear a Argentina está afectando de manera clara a la provincia de Buenos Aires, con el agravante de que este distrito es el gran perjudicado en la llamada coparticipación federal de los impuestos.

La Constitución de 1994 establecía en su artículo 75 que el Congreso debería aprobar una ley que asegurase a las provincias la automaticidad en las remesas de los impuestos coparticipados, con criterios de equidad y solidaridad. Como dicha ley no existe, el gobierno central utiliza este dinero como premio y castigo.

Como recordó en un artículo reciente el economista Alieto Guadagni, que fue ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires, este distrito alberga casi el 40 % de la población y de la pobreza total del país, registra elevados índices de inseguridad y de carencia de servicios básicos. Aporta más del 35 % del PIB nacional, pero solo percibe el 20 % de los fondos coparticipados. Como consecuencia, la mayor provincia de Argentina, y la más importante desde el punto de vista de su peso económico y demográfico, está en manos del gobierno central, que se ha propuesto demoler al sciolismo.

En medio de este vendaval, el gobernador ha convocado a una conferencia de prensa para este sábado. Lo hay hecho mediante un escueto comunicado, sin indicar el objeto de la misma. Pero, evidentemente, la crisis de la provincia y el trasfondo político, proyectan un gran interés sobre lo que pueda decir Scioli.

Como telón de fondo de esta disputa está la lucha por el poder de cara al 2015, fecha de las elecciones presidenciales. Antes, en 2013, habrá renovación parcial de las dos cámaras del parlamento. Y el gobernador Scioli, que ha venido acompañando a los Kirchner desde el comienzo -aunque antes fue hombre de Menem-, es un obstáculo para el objetivo declarado del “vamos por todo”. No se sabe aún si la presidente decidirá dar la batalla para un nuevo mandato, previa reforma constitucional,  pero lo que el kirchnerismo no tolera es que Scioli herede el poder. Y el gobernador, además, cometió el error de anunciar que tiene aspiraciones en el 2015, aunque aclaró que solo en el caso de que Cristina no estuviera en la contienda.

Por su propia composición, el peronismo ha tenido siempre representantes de todo el espectro ideológico. En los años ´70 fue cuando esto despertó las luchas internas más encarnizadas, con los Montoneros de un lado y la extrema derecha de López Rega y la Triple A de otro. En los ´90, lo hegemónico fue el neoliberalismo salvaje encarnado por Carlos Menem. Ahora vuelven a repetirse las diferencias casi fratricidas, aunque en un contexto diferente.

Ariete del kirchnerismo es la agrupación La Cámpora, el grupo de jóvenes que protege la presidente y que cada vez tiene más cargos en el organigrama del poder. Su estrella más encumbrada es Alex Kicillof, viceministro de Economía, que ha eclipsado totalmente al titular de la cartera, Hernán Lorenzino. También el viceministro de Justicia y el presidente del senado bonaerense son miembros de la agrupación. Cuentan con importante presencia en la jefatura de Gabinete, controlan la empresa Aerolíneas Argentinas y el conglomerado de medios oficiales.

Feroz batalla interna en el peronismo bonaerense