miércoles. 24.04.2024

Italia: cuando los ciudadanos se convierten en verdugos

AGNESE MARRA
Si parecía que todo estaba dicho y hecho en Italia, el ministro de Interior del país trasalpino, Roberto Maroni, nos sorprende con su última medida fascista: las patrullas ciudadanas. Un grupo fascista solicita liderar una de las patrullas de Milán, para poder cumplir su proclama de “la caza del inmigrante”.
NUEVATRIBUNA.ES - 15.06.2009

En tan solo un año, Berlusconi y sus compañeros de Gobierno han convertido a Italia en un país que sólo provoca vergüenza, dolor o indignación. También suscita un sentimiento de profunda incomprensión: ¿qué está pasando en Italia? ¿Por qué siguen votando a Berlusconi? ¿Son todas víctimas del Dragón o realmente les da lo que les gusta?

Los propios italianos se han quedado sin respuestas. Mientras, Il Cavaliere, alardea de su falta de escrúpulos, y la impunidad que le acompaña no le permite agachar la cabeza aunque le acusen de sus relaciones con menores y muestren las fiestas que se monta a costa del dinero público de los ciudadanos.

Parece que todo esto no importa. Lo que triunfa, como ya hemos visto en las últimas elecciones europeas, es el terror. Ya lo dijo Carlos Fabra: “A los valencianos no les importa si somos culpables de corrupción”. Pues parece que no, que los valores se han perdido, o al menos ya no son los mismos.

Parece que funciona la demagogia, decir que los inmigrantes nos roban el trabajo, nos quitan a nuestras mujeres, las violan, las matan. Es una fórmula antigua, Hitler o Mussolini sacaron buena nota en esta materia y parece que sigue funcionando. Cuando el paro y la pobreza se unen, la ignorancia se apodera de la sociedad escupiendo xenofobia, racismo y mucho, mucho odio.

Con tanta rabia y frustración entre la población (sembrada por los medios de comunicación de Berlusconi y por las campañas anti inmigración de la Liga Norte) el ministro de Interior italiano, Roberto Maroni, pone en marcha patrullas ciudadanas para luchar contra el crimen.

Esta nueva iniciativa tiene dos peligros que inquietan profundamente. Por un lado el hecho de que los ciudadanos se crean con la potestad de aplicar la Ley, se conviertan en jueces y en verdugos. Y por otro, el grupo que con más fervor se ha sumado a la iniciativa es el ultraderechista Movimiento Social Italiano-Derecha Nacional, liderado por Gaetano Saya, conocido por frases del tipo: “Los inmigrantes son un peligro para nuestra raza”.

Uno de los grupos voluntarios, la Guardia Nacional Italiana, ha revelado su intención de participar en las patrullas por Milán, vestidos con uniformes de clara simbología fascista: camisa caqui, gorra negra, con un águila imperial romana, pantalón gris, y botas de caña.

La propuesta, que todavía necesita la aprobación parlamentaria, se ha encontrado con la oposición de la izquierda italiana y los grupos de derechos humanos, quienes temen que la medida podría llevar a la discriminación racial y la violencia.

Algunos críticos han comparado este plan con grupos paramilitares voluntarios, conocidos como "camisas negras", utilizadas por Benito Mussolini como el brazo ejecutor de su Gobierno.

“Ellos las llaman patrullas. Bien, nosotros queremos las patrullas", dijo el ministro de Interior Maroni en un mitin de la Liga Norte. "Nos han acusado de querer traer de nuevo los "camisas negras", pero nosotros queremos permitir a los ciudadanos que participen", añadió.

La demagogia produce escalofríos, pero es el arma que ha hecho que en las pasadas elecciones provinciales la derecha de la Liga Norte y del PDL de Berlusconi arrasara en todas las provincias del norte, salvo en Florencia y le arrebatara 15 provincias a la izquierda italiana.

Para pasar este mal trago, será mejor recordar lo que fue Italia. Fellini, Italo Calvino, Rossellini, Dante, Bocaccio, Caravaggio o el mismísimo Miguel Angel � Un poco de aire fresco entre tanto desconsuelo.

Italia: cuando los ciudadanos se convierten en verdugos