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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 17.6.2010

El gobierno de Israel ha anunciado que suavizará el bloqueo que mantiene sobre la Franja de Gaza, en medio de continuos llamamientos de la comunidad internacional para que lo suspenda definitivamente.

En un comunicado emitido por la oficina del primer ministro, las autoridades dicen que van a "liberalizar el sistema que permite la entrada de bienes civiles a Gaza" y a "aumentar el flujo de materiales para proyectos civiles que están bajo supervisión internacional". El texto parece sugerir que Israel permitirá a organismos internacionales como Naciones Unidas importar productos hasta ahora prohibidos por el bloqueo al territorio palestino, como materiales de construcción. Pero lo cierto es que aún no se sabe a ciencia cierta cuáles serán los nuevos bienes autorizados. Es posible, incluso, que el procedimiento consista en decidir caso por caso.

Tampoco parecen contemplarse medidas para permitir la libre movilización de las personas a través de la frontera. El comunicado sólo afirma que "se mantendrán los procedimientos de seguridad para evitar la entrada de armas y material bélico".

Es decir, que en realidad todo queda pendiente de la concreción que las autoridades israelíes den al simple enunciado al que ha quedado reducida su declaración. La lista de bienes a los que se les ha impedido la entrada a la Franja de Gaza incluye: lámparas incandescentes, velas, fósforos, libros, instrumentos musicales, crayones de colores, ropa, zapatos, colchones, sábanas, pasta, café, te, chocolate, nueces, shampoo y acondicionador para el cabello. Los automóviles, los refrigeradores y las computadoras tampoco suelen permitirse. Y hasta principios de 2010, el cemento, el hormigón y otros materiales de construcción eran generalmente detenidos en las fronteras. De acuerdo con Oxfam, a la Franja de Gaza no ha entrado gasolina ni diesel desde noviembre de 2008, salvo el combustible destinado a los vehículos de la ONU y otras cinco excepciones. La electricidad también es sometida a severas restricciones.

Frente a denuncias como las de Amnistía Internacional -que describe el bloqueo como "un castigo colectivo" en contra de los 1,4 millones de residentes de la Franja-, del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, de numerosos gobiernos europeos y de organismos internacionales, Israel siempre ha mantenido que las restricciones son necesarias para evitar la entrada de material bélico al territorio palestino, que es gobernado por el movimiento islámico Hamas desde el 2007.

La impresión generalizada es que Israel ha hecho un gesto de cara a la galería para relajar esa presión internacional que se ha intensificado desde el ataque a la Flota de la Libertad, que precisamente llevaba ayuda humanitaria a Gaza. Pero no parece que haya una clara determinación de aflojar el cerco impuesto a la Franja. Es significativo que el gabinete de seguridad israelí haya necesitado dos días de discusiones para producir el comunicado que se ha difundido esta mañana. La explicación obvia es que algunos ministros no están ni mucho menos convencidos de que liberalizar el bloqueo sea una buena idea.

Israel anuncia que aliviará el bloqueo a la Franja de Gaza pero no concreta cómo