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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 25.10.2009

El Gobierno iraquí volvió a denunciar a países vecinos, una referencia directa a Siria o Irán, por su apoyo a los grupos armados que operan en Irak como el que perpetró este domingo el doble atentado contra dos edificios oficiales del centro de Bagdad. "Los países vecinos y lejanos deben dejar para siempre de acoger, financiar y apoyar a las fuerzas que proclaman abiertamente su hostilidad hacia el Estado iraquí", declaró el presidente iraquí, Jalal Talabani, tras los atentados. "Son las mismas manos negras manchadas con la sangre del pueblo iraquí (...). Quieren sumir a la nación en el caos, obstaculizar el proceso político y evitar las elecciones parlamentarias", afirmó el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, en un comunicado. El propio Maliki, visitó el lugar de los atentados.

Un primer ataque tenía como objetivo el Ministerio de Justicia y tan sólo unos minutos después hizo explosión un segundo coche bomba ante la sede del Administración Provincial de Bagdad. Ambos edificios se encuentran relativamente cercanos y están ubicados cerca del río Tigris.

"Al menos 132 personas murieron y 500 resultaron heridas, todas ellas civiles, en la explosión de dos coches bomba de suicidas en el barrio de Al Salehiya del centro de Bagdad que tenían como objetivo el Ministerio de Justicia y la Administración Provincial de Bagdad" informó un portavoz policial en declaraciones a la agencia de noticias iraquí Aswat al Iraq. "Los heridos fueron trasladados en ambulancias y en vehículos de civiles a los hospitales de Al Kindi, Al Yarmuk e Ibn al Nafis", indicó la fuente policial. La calle de la sede del Gobierno de la Provincia de Bagdad se inundó tras la explosión y los bomberos trabajaron intensamente para rescatar los cadáveres carbonizados y destrozados. "No sé si sigo vivo. La explosión lo destrozó todo. No queda nada en su lugar", afirmó un tendero, Hamid Saadi, desde las inmediaciones del Ministerio de Justicia en declaraciones a Reuters.

Los coches calcinados fueron apilados para facilitar el acceso a los servicios de emergencia, que trabajan también en el Ministerio de Justicia extrayendo cadáveres envueltos en mantas. Estados Unidos ha proporcionado equipos forenses y artificieros para colaborar con las autoridades iraquíes.

ARTEFACTOS DE GRAN POTENCIA

La potencia de las explosiones fue tal que rompió los cristales de las ventanas de los edificios colindantes y las esquirlas hirieron a un importante número de personas. "Funcionarios de las oficinas gubernamentales cercanas resultaron heridos por los cristales y techos destruidos por las potentes explosiones", indicó un miembro de la Policía. Incluso el portavoz del Gobierno iraquí, Alí al Dabagh, explicó que él y sus acompañantes recibieron una lluvia de cristales cuando se encontraban en un hotel cercano al lugar de los atentados, el Al Mansur. En el hotel tienen su sede la Embajada china y viven los corresponsales de varios medios de comunicación extranjeros.

Al Dabagh manifestó sus sospechas sobre la implicación de Al Qaeda o de los restos del partido Baaz del ex presidente iraquí Sadam Husein. "Un primer análisis sugiere que lleva la impronta de Al Qaeda y los baazistas", declaró Al Dabagh desde el hotel Al Mansur. Sin embargo, el portavoz de seguridad de Bagdad, el general Qasim al Musawi, no quiso especular sobre los posibles responsables del ataque.

Los vehículos con los explosivos --dos furgonetas o un coche y una furgoneta, dependiendo de las fuentes-- estaban aparcados en estacionamientos situados junto a los edificios oficiales afectados. "El objetivo es el Gobierno y el proceso político en el país", afirmó un portavoz del Mando de Operaciones de Bagdad, el general Qasim Atta. Además, este ataque ocurrió apenas unas horas antes de la reunión prevista entre los líderes de los principales partidos políticos iraquíes para negociar la reforma de la ley electoral que regirá las próximas elecciones legislativas previstas para enero.

Fuentes de la Embajada estadounidense, relativamente cercana al lugar de los atentados, informó de dos explosiones, probablemente dos coches bomba, registradas cerca de la Embajada iraní en Bagdad, lo que provocó la activación de las sirenas de alarma de la sede diplomática. Los funcionarios corrieron a los refugios ante la posibilidad de que hubiera más explosiones.

Otro portavoz estadounidense en el país árabe explicó que este tipo de atentados buscan reavivar los enfrentamientos sectarios que provocaron toda una oleada de violencia tras la invasión aliada de 2003 que derrocó a Sadam Husein, así como socavar el Gobierno del primer ministro Al Maliki con la vista puesta en las elecciones legislativas del año próximo.

ATAQUES CONTRA LAS INSTITUCIONES

Los ataques de este domingo superan en número de víctimas a los del pasado 19 de agosto, cuando una cadena de seis atentados acabó con la vida de más de un centenar de personas e hirió a un millar más.

Las bombas tenían como objetivo sedes clave del Gobierno, como los ministerios de Asuntos Exteriores y de Finanzas, y otras instituciones públicas, por lo que ya entonces el primer ministro Al Maliki cargó contra Siria por su supuesto apoyo a los grupos insurgentes iraquíes. También Irán es sospechosa de financiar y apoyar a los grupos armados chiíes con presencia en el centro y sur del país.

Al Maliki llegó a pedir la "creación de un comité internacional para investigar los ataques" en una carta dirigida al secretario general de la ONU. Mientras, desde la oposición, surgen ciertas voces criticando la falta de eficacia de las fuerzas de seguridad para evitar este tipo de atentados. "Esta brecha es un grave fracaso de las fuerzas de seguridad responsables y de los funcionarios al cargo", afirmó el portavoz del grupo parlamentario del Consejo Supremo Islámico Iraquí.

Irak, sacudido por el atentado más sangriento de los dos últimos años