jueves. 28.03.2024

palestino2Alazza, de 25 años vive por y para el periodismo, para informar día y noche sobre las agresiones que sufren los habitantes del Campo de Refugiados de Aida, en pleno centro de Belén. Su trabajo es una muestra de lo que ocurre a diario, de las agresiones, insultos, arrestos, detenciones y  lanzamiento de gases.

Sus fotografías y videos se han expuesto recientemente en el Ateneo de Madrid así como en otras ciudades europeas, siempre de forma gratuita, para sensibilizar a los ciudadanos de todo el mundo.

Bajo el lema Resistir para Existir Alazza nos explica cómo viven los 5.500 habitantes del Campo. Todos ellos son refugiados palestinos, originarios de 27 pueblos distintos que hoy en día se encuentran dentro de Israel.

Durante la Segunda Intifada, el campo de Aida sufrió mucho a causa de las incursiones diarias del ejército israelí. Todos los días pasaba algo, ataques, tiroteos, arrestos pero nada era documentado porque la gente no podía sacar fotos o grabar, y los medios ignoraron la mayoría de los acontecimientos.

“En el 2005 comencé a aprender cómo usar una cámara de fotografía y seguí aprendiendo y practicando hasta el 2009. Fue entonces cuando comencé a exhibir mi trabajo en Palestina y en el extranjero, y a hacer documentales sobre distintos aspectos que afectan a la vida de la gente del campo”, explica Alazza.

 Ahora como Director de la Unidad Audiovisual del Centro Lajee enseña  a los niños  y jóvenes cómo producir cortometrajes y tomar fotografías. “Como palestino, añade el foto periodista, es muy difícil cubrir los abusos israelíes y lo que sucede durante los enfrentamientos en el campo, porque no tenemos derecho a movernos libremente”.

Un balazo en la cara

"En los campos de refugiados palestinos todos somos carne de cañón"

Alazza relata cómo muchos  periodistas han sido disparados o asesinados por documentar lo que sucede. “En el 2013 yo mismo recibí un disparo en la cara. Un soldado me disparó y una bala de acero recubierta por 1cm de caucho me entró por la cara, causando graves lesiones. Esto sucedió mientras me encontraba en el balcón del Centro Lajee, tomando fotografías de los soldados israelíes que habían entrado al campo, disparando a las casas”.

“Cuando comenzó la segunda guerra en Gaza, en noviembre del 2012, los palestinos de Cisjordania siguieron lo que pasaba en sus televisiones. Sentados en los sofás de su casa veían los bombardeos y asesinatos que sufrían los palestinos en Gaza. Tras el segundo día de ataques, la gente del campo decidió moverse. Salieron a las calles y empezaron a manifestarse, a protestar y a enfrentarse al ejército israelí por la impunidad que tenían  ante sus ataques” relata con convicción.

 Hubo enfrentamientos a diario en el campo, enfrentamientos que continuaron desde noviembre del 2012 hasta febrero del 2015. Los soldados reprimieron con fuerza a los manifestantes,  lanzando en ocasiones más de 500  bombas de gas lacrimógeno al día; disparando balas de todo tipo, acero, caucho o  lanzando granadas aturdidoras. Hubo más de 100 heridos durante estos enfrentamientos. En enero del 2013 los soldados israelíes asesinaron a un chico de 15 años en Aida, Saleh Ammarin, de un tiro en la cabeza, e hirieron de bala muy gravemente a otros dos niños del campo, que sufrieron de lesiones permanentes.

“Por las noches, más de 100 soldados invadían el campo, registrando los hogares, arrestando niños y jóvenes, y hasta ahora, más de 50 personas han sido arrestadas en mitad de la noche, en sus camas, durante los últimos meses” finaliza Alazza.

Mohammad Alazza  presentará su obra en los próximos días en el País Vasco y en Andalucía, pero sus fotos y videos deberían estar presentes en los medios de comunicación de todo el mundo.

“Las imágenes es nuestra forma de luchar contra la ocupación”