martes. 23.04.2024

El asesinato y mutilación de la joven de 18 años Zainab al Hosni pone de relieve la urgente necesidad de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas solicite una investigación internacional sobre los desmesurados asesinatos y torturas que se están cometiendo en Siria, ha reclamado este miércoles Human Rights Watch (HRW).

"Las fuerzas de seguridad sirias o bien matan y mutilan a Zainab al Hosni o bien hacen la vista gorda a los asesinatos, por parte de bandas armadas, de activistas opositores y sus familiares", ha denunciado Joe Stork, director adjunto para Oriente Próximo de HRW. "En ambos casos, el Gobierno de Bashar al Assad está perpetuando un clima de terror en Siria y avivando las llamas de la desconfianza sectaria", ha añadido.

Desde la desaparición de Zainab su madre y su tía la buscaron arduamente hasta que pasadas tres semanas su hermano Tarek recibió la llamada de una mujer que le dijo que había conseguido su número de teléfono a través del móvil de Zainab. Tarek grabó la conversación y ha compartido la grabación con HRW. La mujer le dijo que su hermana se había presentado en su puerta y que la recogió por lástima, quiso quedar con Tarek en persona para hablar del tema en una parte de la ciudad conocida por su enorme vigilancia, pero no le permitió hablar con Zainab ni escuchar su voz. Tarek, temiendo una trampa, le sugirió quedar en otro lugar pero ella se negó y perdieron el contacto.

La madre y hermanos de la joven han asegurado a HRW que choca totalmente con el carácter de Zainab presentarse en una casa ajena, "otra mentira del régimen", comentó uno de los hermanos.

La última información que recibieron sobre Zainab les llegó el 14 de septiembre, cuando acudieron al hospital a recoger el cuerpo de su hermano Mohamed. Ese día, a un amigo de la familia le informaron en el hospital de que el cuerpo de una mujer llamada Zainab había sido trasladado allí. Tres días después, el 17 de septiembre, la familia encontró el cuerpo de su hija en la misma morgue en la que habían recogido a su hermano. HRW confirmó que había sido mutilada y que le habían quemado la cabeza y los brazos tras revisar imágenes del cuerpo que uno de sus hermanos había grabado.

"Pude ver los rasgos de mi hija bajo las cenizas", ha relatado a HRW la madre. "Su mandíbula, sus pómulos, la forma de sus piernas. No tuve ninguna duda de que era ella." Los funcionarios del hospital no quisieron revelar a la familia quién ni cuándo les llevó el cuerpo. Antes de que les entregaran el cuerpo, funcionarios de la oficina de gobernación obligaron a la madre de Zainab a firmar un documento declarando que "bandas armadas" habían matado a su hija. Ninguno de los medios estatales o progubernamentales de Siria informaron de la muerte de Zainab.

PREOCUPANTE AUMENTO DE LA VIOLENCIA

Las muertes en la familia Al Hosni forman parte de un preocupante aumento de asaltos cometidos unas veces por personas identificadas y otras por personas pertenecientes a las fuerzas de seguridad, que secuestran gente de las áreas sabidas opositoras del Gobierno, según HRW.

El 23 de agosto, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas creó una comisión de investigación independiente para analizar supuestas violaciones de Derechos Humanos en Siria. El Gobierno de Al Assad había negado anteriormente el acceso al país a una misión de investigación de Naciones Unidas.

"Mientras aquellos que mataron y mutilaron a Zainab actúen con total impunidad, el espectáculo del horror que hoy es Siria continuará su curso", ha subrayado Stork. "El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debe poner todo su peso sobre la Comisión de Investigación y pedir que las autoridades sirias cooperen o enfrenten sanciones", ha añadido.

HRW exige una investigación internacional de los asesinatos y torturas en Siria