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NUEVATRIBUNA.ES - 16.2.2010

El Papa no se ha andado por las ramas y ha denunciado no sólo el "crimen abominable" cometido por los sacerdotes que abusaron de menores, sino lo que se considera igualmente grave entre la propia comunidad católica irlandesa: el encubrimiento que la jerarquía de la Iglesia practicó durante años para evitar que saltara el escándalo y que levantó un muro protector en torno a los curas pederastas. Por este motivo, ha pedido "determinación y decisión" para afrontar los problemas y "honestidad y coraje" para resolver la crisis, aún reconociendo que "la dolorosa situación actual no se resolverá rápidamente".

En los tres encuentros que ha mantenido con los obispos, Benedicto XVI habría solicitado más expulsiones de sacerdotes salpicados por el escándalo y de los obispos que actuaron de tapadera a sabiendas de lo que estaba pasando. Desde que se conocieron los casos de pedofilia, cuatro obispos han presentado su dimisión, pero una sola de ellas es efectiva hasta el momento, la de monseñor Donald Murray, ex obispo de Limerick y obispo auxiliar de Dublín de 1982 a 1996. Otro de los dimisionarios, monseñor James Moriarty, obispo de Kildare y Leighlin, formaba parte del grupo de prelados que ha acudido al Vaticano.

Benedicto XVI ha denunciado "el fracaso de las autoridades de la Iglesia irlandesa para actuar con eficacia frente a esos casos de abusos sexuales contra jóvenes por parte de miembros del clero irlandés y religiosos". Su portavoz, el padre Federico Lombardi, ha dicho al presentar el documento final a la prensa que se trata de "un paso más en un camino que sigue y habrá más pasos aún". Según él, la toma de "decisiones concretas" no figuraba "en la agenda del encuentro", destinado al "diálogo".

Además, durante la reunión con los prelados, el Papa se refirió a una carta que dirigirá próximamente a los fieles católicos irlandeses, en la que les indicará "claramente" las iniciativas adoptadas para responder al escándalo. Grupos de apoyo a las víctimas han venido reclamando que el propio pontífice pida perdón a los irlandeses, algo que ya han hecho los obispos por haber encubierto los delitos. John Kelly, fundador de la asociación Irish Survivors of Child Abuse group ha dicho que "el pueblo irlandés y las víctimas tienen derecho a esperar acciones fuertes del Papa, que debe hacer asumir sus responsabilidades a quienes cometieron crímenes y a los que los ocultaron". Por su parte, el mayor grupo de víctimas de abusos de sacerdotes en EEUU, Survivors network of those abused by priests (Red de sobrevivientes de abusados por curas), han criticado con dureza los encuentros de Roma, que enmarcan en una muy "bien preparada campaña de relaciones públicas".

De momento, la Iglesia Católica en Irlanda se enfrenta al eventual pago de fuertes indemnizaciones que podrían llevarla a una crisis financiera.

Los obispos no han tenido más remedio que reconocer que "hubo errores de juicio y omisiones" y se han comprometido a colaborar con la Justicia y con el "Consejo Nacional de Protección de la Infancia" para garantizar "que los parámetros, políticas y procedimientos eclesiásticos representen la mejor práctica".

Habrá una purga en la Iglesia irlandesa por los abusos sexuales de los curas