sábado. 20.04.2024

Grecia sigue sumida hoy en la incertidumbre y afronta unas legislativas clave el domingo 17, convertidas en un plebiscito sobre su permanencia en el euro, pese a los dos programas de ayuda de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por valor de 240.000 millones de euros.

Según los datos oficiales, la economía griega se contraerá este año, por quinto ejercicio consecutivo, en un 4,75 %, y desde 2008 hasta 2011 su PIB acumula una caída del 13,8 %. 

Los ajustes y la austeridad impulsada por los acreedores internacionales ha causado que el paro se haya más que duplicado hasta el actual máximo histórico del 22 %. También se han cerrado alrededor de un tercio de los negocios y la caída del poder adquisitivo de gran parte de los griegos se ha reducido a casi la mitad, mientras que más de un cuarto de la población vive bajo el umbral de la pobreza. 

La subida de impuestos y tasas unida a la reducción de las pensiones ha abocado a una situación especialmente difícil a la población de más edad con las jubilaciones más modestas, según han denunciado numerosas ONG. El déficit público cerró en 2011 en el 9,1 %, muy por detrás de los planes previstos, debido al efecto que la contracción económica tiene en la recaudación fiscal.

Al mismo tiempo, la prima de riesgo está por encima de los 2.700 puntos básicos, un nivel de financiación que impide que Grecia pueda financiarse y la hace completamente dependiente de la UE y el FMI para no suspender pagos.

La llamada crisis de la deuda comenzó poco después de la victoria del socialdemócrata Yorgos Papandreu en octubre de 2009, tras anunciar que el déficit dejado por el anterior gobierno conservador de Nueva Democracia no era del 6 %, sino del 12,7 % del PIB.

Posteriores revisiones de la UE lo situaron finalmente en el 15,4 %

En 2008 Grecia puso fin a un ciclo de crecimiento de 15 años, lo que unido a la desconfianza generada por los datos del déficit oculto y las drásticas rebajas de calificación de las agencias de medición de riesgo cerraron los mercados a la deuda pública helena.

En mayo de 2010, la UE y el FMI aprobaron la concesión de un préstamo por valor de 110.000 millones de euros, que se ha ido entregando por tramos, a cambio de un draconiano plan de ahorro en el gasto público y otros ajustes estructurales.

Un año más tarde, se aprobó otro programa de ayuda por valor de 130.000 millones de euros, que incluyó la quita de la mitad de la deuda pública en manos privadas, alrededor de 100.000 millones.

La impopularidad de las medidas de ahorro avivaron la protesta en la calle y desgastó tanto a Papandreu que el pasado noviembre dejó el Gobierno, que fue remodelado para dar entrada también a conservadores y ultranacionalistas dirigidos durante cinco meses, hasta principios de mayo, por el ya exprimer ministro Lukás Papadimos.

Grecia sigue sumida en la incertidumbre