jueves. 25.04.2024
Satélite SAC-D/Aquarius diseñado y construido para la agencia espacial argentina CONAE
Satélite SAC-D/Aquarius diseñado y construido para la agencia espacial argentina CONAE.

cite>“Volvemos a ser parte del mundo con valor agregado y con ciencia y tecnología”, dijo Cristina FernándezEn el acto de firma de un convenio para la construcción de radares y la inauguración oficial de un laboratorio de alta complejidad, la Presidenta Cristina Fernández sostuvo: “Volvemos a ser parte del mundo con valor agregado y con ciencia y tecnología”.

En contraste con las políticas de los año 90, en la que el entonces ministro de Economía, el neoliberal Domingo Cavallo, enviaba a los científicos a “lavar los platos”, el interés de CFK por el desarrollo científico y tecnológico del país se manifestó no sólo en la creación de un ministerio del área, la construcción de un polo científico donde antes funcionara unas bodegas, en pleno barrio de Palermo, sino también en el impulso y seguimiento de los avances de ciencia aplicada que está viviendo el país.

En este sentido, la Presidenta acaba de presentar, a través de una videoconferencia con el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, la inauguración de un laboratorio público del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), que implicó la inversión de 20 millones de dólares del programa ProSap, de ese ministerio, con lo que se respondió a una demanda del sector desde hace más de treinta años. El ministro Domínguez señaló que “tenemos que seguir dotando de herramientas al sector agropecuario nacional, que es el más productivo del planeta. Por eso se incrementó en un 700 por ciento el presupuesto del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y por eso el SENASA puede construir un laboratorio que es reconocido en toda Latinoamérica”.

En el mismo acto, la Presidenta anunció la puesta en marcha del sistema nacional de radares meteorológicos con el que, señaló la CFK, “El país adquiere independencia de carácter tecnológico en materia tan sensible como son los radares. Lo importante es que las patentes son del Estado argentino, de todos los argentinos”. Además, añadió, este radar tendrá “algo grado de sustentabilidad porque será muy demandado por el sector privado, ya que permitirá conocer previamente las condiciones meteorológicas, que es clave para las decisiones que toma el sector agropecuario”, entre otras muchas aplicaciones.

A ello se añade el lanzamiento al espacio del satélite SAC- D/AQUARIUS, en colaboración con la agencia espacial de los Estados Unidos, la NASA. El satélite fue construido por la empresa pública INVAP, con la asistencia de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONAE) y tiene por objetivo científico observar la tierra con el fin de obtener nueva información sobre el fenómeno del cambio climático, mediante la medición de la salinidad superficial de los mares a escala global. También debe identificar los puntos calientes en la superficie del suelo con el propósito de colaborar en la elaboración de la cartografía de riesgo de incendios y realizar mediocres de humedad del suelo para prevenir, mediante alertas tempranas, inundaciones y otras catástrofes naturales.

El satélite SAC- D/AQUARIUS

En la página web INVAP se señala que “se trata de un satélite diseñado específicamente para proporcionar mediciones mensuales a escala global de cómo varía la salinidad del agua de mar en la superficie de los océanos, dato clave para estudiar los vínculos entre la circulación oceánica y el ciclo hídrico global. Las variaciones en la salinidad de la superficie del océano son un área clave de incertidumbre científica. Las variaciones de salinidad modifican la interacción entre la circulación oceánica y el ciclo global del agua, que a su vez afecta la capacidad del océano de almacenar y transportar el calor y regular el clima de la Tierra. La misión SAC-D/Aquarius busca determinar cómo el océano responde a los efectos combinados de la evaporación, precipitación, el derretimiento del hielo y el escurrimiento de ríos en la temporada y entre las estaciones así como su impacto en la distribución global tanto como la disponibilidad mundial de agua dulce.

La salinidad y temperatura superficiales determinan la densidad oceánica. Los avances tecnológicos recientes han facilitado la posibilidad de examinar distintos procesos a través de instrumentos de teledetección vía satélite. A esto se suma la comprensión de cómo las variaciones climáticas llegan a inducir cambios en la circulación oceánica mundial y cómo se comportan los océanos frente al cambio climático y del ciclo natural del agua.

A su vez, el satélite SAC-D lleva otros instrumentos provistos por INVAP, las agencias espaciales de Italia, Francia y de la propia Argentina, utilizados para monitorear los cambios ambientales globales, los parámetros de la atmósfera, los riesgos naturales y el hielo marino, estudiar el efecto de la radiación cósmica en los dispositivos electrónicos y caracterizar los desechos espaciales”.

En el acto de firma de un convenio para la construcción de radares y la inauguración oficial de un laboratorio de alta complejidad, la Presidenta Cristina Fernández sostuvo: “Volvemos a ser parte del mundo con valor agregado y con ciencia y tecnología”.

 

En contraste con las políticas de los año 90, en la que el entonces ministro de Economía, el neoliberal Domingo Cavallo, enviaba a los científicos a “lavar los platos”, el interés de CFK por el desarrollo científico y tecnológico del país se manifestó no sólo en la creación de un ministerio del área, la construcción de un polo científico donde antes funcionara unas bodegas, en pleno barrio de Palermo, sino también en el impulso y seguimiento de los avances de ciencia aplicada que está viviendo el país.

 

En este sentido, la Presidenta acaba de presentar, a través de una videoconferencia con el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, la inauguración de un laboratorio público del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), que implicó la inversión de 20 millones de dólares del programa ProSap, de ese ministerio, con lo que se respondió a una demanda del sector desde hace más de treinta años. El ministro Domínguez señaló que “tenemos que seguir dotando de herramientas al sector agropecuario nacional, que es el más productivo del planeta. Por eso se incrementó en un 700 por ciento el presupuesto del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y por eso el SENASA puede construir un laboratorio que es reconocido en toda Latinoamérica”.

 

En el mismo acto, la Presidenta anunció la puesta en marcha del sistema nacional de radares meteorológicos con el que, señaló la CFK, “El país adquiere independencia de carácter tecnológico en materia tan sensible como son los radares. Lo importante es que las patentes son del Estado argentino, de todos los argentinos”. Además, añadió, este radar tendrá “algo grado de sustentabilidad porque será muy demandado por el sector privado, ya que permitirá conocer previamente las condiciones meteorológicas, que es clave para las decisiones que toma el sector agropecuario”, entre otras muchas aplicaciones.

 

A ello se añade el lanzamiento al espacio del satélite SAC- D/AQUARIUS, en colaboración con la agencia espacial de los Estados Unidos, la NASA. El satélite fue construido por la empresa pública INVAP, con la asistencia de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONAE) y tiene por objetivo científico observar la tierra con el fin de obtener nueva información sobre el fenómeno del cambio climático, mediante la medición de la salinidad superficial de los mares a escala global. También debe identificar los puntos calientes en la superficie del suelo con el propósito de colaborar en la elaboración de la cartografía de riesgo de incendios y realizar mediocres de humedad del suelo para prevenir, mediante alertas tempranas, inundaciones y otras catástrofes naturales.

 

 

El satélite SAC- D/AQUARIUS

 

En la página web INVAP se señala que “se trata de un satélite diseñado específicamente para proporcionar mediciones mensuales a escala global de cómo varía la salinidad del agua de mar en la superficie de los océanos, dato clave para estudiar los vínculos entre la circulación oceánica y el ciclo hídrico global. Las variaciones en la salinidad de la superficie del océano son un área clave de incertidumbre científica. Las variaciones de salinidad modifican la interacción entre la circulación oceánica y el ciclo global del agua, que a su vez afecta la capacidad del océano de almacenar y transportar el calor y regular el clima de la Tierra. La misión SAC-D/Aquarius busca determinar cómo el océano responde a los efectos combinados de la evaporación, precipitación, el derretimiento del hielo y el escurrimiento de ríos en la temporada y entre las estaciones así como su impacto en la distribución global tanto como la disponibilidad mundial de agua dulce.

La salinidad y temperatura superficiales determinan la densidad oceánica. Los avances tecnológicos recientes han facilitado la posibilidad de examinar distintos procesos a través de instrumentos de teledetección vía satélite. A esto se suma la comprensión de cómo las variaciones climáticas llegan a inducir cambios en la circulación oceánica mundial y cómo se comportan los océanos frente al cambio climático y del ciclo natural del agua.

A su vez, el satélite SAC-D lleva otros instrumentos provistos por INVAP, las agencias espaciales de Italia, Francia y de la propia Argentina, utilizados para monitorear los cambios ambientales globales, los parámetros de la atmósfera, los riesgos naturales y el hielo marino, estudiar el efecto de la radiación cósmica en los dispositivos electrónicos y caracterizar los desechos espaciales”.

Fuerte inversión de Argentina en Ciencia y Tecnología