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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 12.11.2010

La moción lleva la firma del Partido Democrático (PD) y de la formación Italia de los valores (IdV) y ha sido presentada este viernes después de que el 'premier' transalpino retara al presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, a presentar esa misma medida si quería conseguir su dimisión.

Gianfranco Fini, que lidera a la la treintena de diputados de Futuro y Libertad escindidos del Pueblo de a Libertad (PdL) del primer ministro, formuló su petición para que Berlusconi salga del ejecutivo tras los últimos escándalos y todo indica que será él quien finalmente haga caer al Cavaliere. El secretario de Futuro y Libertad (FIL) en la cámara baja, Italo Bocchino, ya señaló el jueves, en declaraciones a la televisión Rai 2, que si Berlusconi no dimite, el lunes encontrará una carta (de dimisión) firmada por todos los miembros de su partido "que forman parte del gobierno", añadiendo que el FIL no votará los presupuestos presentados por el Ejecutivo.

Como es seguro que Berlusconi no dimitirá, lo más probable es que su Gobierno caiga en una moción de confianza o ante su evidente inferioridad de escaños. Esto puede ocurrir cualquier día a partir de la semana que viene.

Ahora, los políticos italianos sólo piensan en el día después. Las posibilidades con tres: que surja un segundo Ejecutivo del Cavaliere' fruto de nuevos equilibrios, que sea un Gobierno técnico el que pilote la situación hasta llegar a unas elecciones anticipadas o que se vaya directamente a las urnas y, en último lugar, que una mayoría alternativa de la oposición forme un equipo de transición.

Berlusconi tiene claro que cualquier alternativa pasa por él mismo y nadie más. Por eso, su partido, el PDL, ya ha dejado claro que si cae el primer ministro habrá que ir a una nueva votación. Precisamente, el canciller italiano, Franco Frattini, ha dicho este viernes que Silvio Berlusconi debe ser confirmado en el cargo, y que la alternativa a ello es una convocatoria anticipada de elecciones: "No podemos imaginar una alternativa a este presidente del Consejo, que venció las elecciones de 2008. Puede suceder nuevamente que se confirme a Berlusconi o se pida al pueblo decidir".

Pero la decisión final estrá en manos del presidente de la República, Giorgio Napolitano, que antes debe explorar el nuevo panorama político y las posibles combinaciones. Lo que está meridianamente claro es que el Gobierno de centro-derecha de Silvio Berlusconi tiene los días contados. Sólo falta saber cuándo y cómo caerá.

El primer ministro ha recibido las últimas noticias en Seúl, donde ha participado en la cumbre del G-20. Berlusconi se ha marchado a toda prisa y sin hacer declaraciones. Ni siquiera ha comparecido en la tradicional rueda de prensa con la que cada mandatario suele cerrar este tipo de eventos. El jueves ya dijo todo lo que tenía que decir, a preguntas de los periodistas: "Nessun passo indietro, non possiamo fidarci dei finiani. Con Gianfranco è diventata una questione personale" ("Ningún paso atrás, no nos podemos fiar de los finianos, La cuestión con Gianfranco -Fini- se ha vuelto personal".


Fini coloca a Berlusconi al borde del abismo