jueves. 28.03.2024

“Están militarizando el Atlántico Sur una vez más”

“Están militarizando el Atlántico Sur una vez más”, disparó la presidente Cristina Fernández en un discurso en vísperas del 30 aniversario del comienzo de la guerra de las Malvinas (2 de marzo), al tiempo que anunciaba que Argentina presentará su protesta formal ante el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU. Considera el gobierno argentino que Gran Bretaña está poniendo en riesgo la seguridad internacional, aunque se encargó de recalcar que no habrá respuesta desde Buenos Aires fuera de la política y la diplomacia. “Que nadie se haga ilusiones”, añadió la mandataria, dejando claro que Argentina no contempla una respuesta de tipo militar.

“No podemos interpretar de otra manera (la militarización) el envío de destructores acompañando al heredero real”, dijo también Cristina Fernández. La llegada a Malvinas del príncipe Guillermo, oficialmente en una misión de entrenamiento, y la próxima llegada del sofisticado destructor HMS Dauntless, uno de los más modernos de su flota, que está equipado con misiles antiaéreos de alta tecnología Sea Viper, añadió tensión en los últimos días a la relación bilateral.

El acto en la Casa Rosada contó con la presencia de los habituales invitados en este tipo de actos, como Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, artistas que simpatizan con el gobierno y sindicalistas. Pero lo significativo, por lo inusual, fue que también se invitó a dirigentes políticos de la oposición y a veteranos de la guerra. La presidente convocó a representantes opositores para que la acompañen el próximo 14 de junio cuando, una vez más, Argentina plantee el caso Malvinas en el Consejo de Descolonización de la ONU.

Al final de su discurso, y retomando la idea de la militarización, Cristina Fernández hizo un llamamiento directo al primer ministro británico, David Cameron, para que le dé una oportunidad a la paz y no a la guerra.

El acto comenzó con la firma del decreto que oficializa la desclasificación del llamado Informe Rattenbach. Se trata de la investigación que encabezó el ya fallecido general Benjamín Rattenbach sobre la actuación de las fuerzas armadas argentinas en la guerra. El informe fue encargado por el último presidente de la dictadura, el general Reynaldo Bignone, que simplemente lo archivó ante la catastrófica radiografía que presentaba. Versiones sin confirmar dicen que recomendaba el fusilamiento del general Galtieri, el presidente de facto que decidió la invasión argentina de las islas. Una revista publicó hace tiempo algunos extractos del informe, pero se sospecha que lo conocido es parcial y que algunos pasajes fueron eliminados o modificados.

En 30 días, una comisión se encargará de dictaminar que el informe original no contiene ningún dato que comprometa la seguridad nacional

En 30 días, una comisión se encargará de dictaminar que el informe original no contiene ningún dato que comprometa la seguridad nacional, en cuyo caso se seguiría manteniendo el secreto de esos aspectos.

En su discurso, la presidente también advirtió que se están depredando los recursos naturales, la pesca y el petróleo, “lo que podría derivar en un desastre si no hay control”. Hay más de cien barcos que pescan en la zona en disputa, entre ellos muchos españoles. Lo hacen gracias al sistema de licencias que los isleños modificaron en 2005, lo que provocó la protesta argentina. El negocio pesquero es el principal ingreso de los isleños, que reciben unos 70 millones de libras por año.

En cuanto al petróleo, el miembro de la asamblea Legislativa de las islas, Dick Sawle, dijo estos días a la emisora porteña Radio 10 que continuarán con su política de entregar permisos para la explotación de hidrocarburos: “son recursos naturales nuestros, está muy claro en nuestra Constitución”, dijo

Al anunciarse el acto de la presidente se especuló con la posibilidad de que Argentina cancelase el permiso para el vuelo semanal que enlaza la ciudad chilena de Punta Arenas con las islas, sobrevolando territorio argentino. Un vuelo que fue posible gracias a los acuerdos firmados en 1999 y que es vital para el abastecimiento de productos frescos (huevos, verduras, etc). Pero Cristina Fernández no hizo ninguna mención al tema, aunque la comunicación con las islas se ha visto dificultada en los últimos días por la decisión de los países del MERCOSUR de no admitir en sus puertos barcos con bandera de las islas.

A este acuerdo se sumaron después Cuba, Nicaragua y las islas caribeñas de San Vicente, Granadinas, Dominica y Barbuda. Argentina ha recibido además el apoyo de otros países, incluyendo Chile, que durante la guerra dio apoyo logístico a Gran Bretaña. Esto supone un creciente clima internacional a favor de las reivindicaciones argentinas. Especialmente significativa fue la reciente declaración del Departamento de Estado norteamericano en la que, aún reconociendo de hecho la administración británica de las islas, instó a los dos países al diálogo, a través de los canales diplomáticos normales.

Para subrayar su voluntad de diálogo, el gobierno de Buenos Aires tomó estos días una medida importante, al cubrir su embajada en Londres, vacante desde hacía dos años. Fue designada una embajadora política, Alicia Castro, muy cercana a la presidente y que fue 5 años titular de la embajada en Caracas.

La iniciativa de la presidente Cristina Fernández es la movida más importante desde que el ex presidente Carlos Menem alentara, infructuosamente, una política de seducción hacia los isleños. En 1990 ambos países acordaron un “paraguas”, para discutir de todo menos de la soberanía, sin ningún resultado positivo para Argentina. El ministro de Exteriores de entonces, Guido Di Tella, llegó a mandar mensajes de felicitación navideña a cada uno de los isleños, con un osito de peluche.

Desde el punto de vista simbólico, Argentina adoptó la decisión de que el próximo torneo de fútbol se llame “Crucero General Belgrano”, en recuerdo del buque hundido por los británicos y que le costó la vida a sus 323 tripulantes, a pesar de que el buque estaba fuera de la zona de exclusión. Y el nombre de la copa que alzará al final del torneo el campeón, llevará el nombre de “Gaucho Rivero”, un gaucho que vivía en las islas cuando llegaron los británicos, en 1823, y que intentó sin éxito resistir la invasión.

Las islas tienen 3.142 habitantes, de los que 29 son argentinos. Hay también unos 300 chilenos. En el cementerio de Darwin están enterrados 237 de los 649 soldados argentinos caídos en combate durante la guerra. Otros 439 soldados se suicidaron al volver de la guerra. En el conflicto, que se desarrolló entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1992, también murieron 255 británicos y tres isleños.



Cristina Fernández acusa a los ingleses de militarizar el Atlántico Sur