jueves. 18.04.2024
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El pleno de la Eurocámara ha rechazado este jueves -por una amplia mayoría de 461 votos en contra, 101 votos a favor y 88 abstenciones- la moción de censura planteada por los euroescépticos y la ultraderecha contra el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, por el escándalo desvelado por 'Lux Leaks' de los acuerdos secretos que Luxemburgo firmó con multinacionales para minimizar el pago de impuestos.

Juncker ha conseguido ver reforzada la confianza de la Eurocámara respecto a la votación que le eligió el 15 de julio presidente (422 votos a favor, 250 en contra y 47 abstenciones)

En contra de la moción de censura han votado la gran mayoría de populares, socialistas, liberales, verdes e incluso de los eurodiputados de Izquierda Unitaria. Este último grupo trataba de reunir firmas para presentar su propia moción de censura pero finalmente ha votado en contra para no asociarse con la extrema derecha.

La moción fue promovida por el grupo Europa de la Libertad y de la Democracia Directa -en el que se encuadran los eurodiputados del británico UKIP de Nigel Farage y del italiano Movimiento Cinco Estrellas, de Beppe Grillo- y contó con el apoyo de parlamentarios no inscritos, entre ellos la presidenta del Frente Nacional Francés, Marine Le Pen.

El texto de la moción de censura denunciaba que los Estados miembros de la UE han perdido "miles de millones de euros en ingresos fiscales potenciales como consecuencia de los agresivos regímenes de elusión del impuesto de sociedades establecidos en Luxemburgo durante el periodo en el que el nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ocupó el cargo de primer ministro".

Además, acusaba al propio Juncker de "responsable directo de las políticas de elusión fiscal" y consideraba "intolerable que una persona responsable de agresivas políticas de elusión fiscal ocupe el puesto de presidente de la Comisión Europea".

El presidente de la Comisión ha llegado a admitir que hubo "excesiva ingeniería fiscal" en Luxemburgo, aunque siempre repite que este tipo de acuerdos existen en 22 Estados miembros, y ha dejado las manos libres a la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, para que investigue si estos acuerdos eran ilegales (ya lo está haciendo en los casos de Amazon y Fiat).

Además, Juncker ha anunciado nuevas medidas para combatir la elusión fiscal por parte de multinacionales, en particular la creación de una base común del impuesto de sociedades y el intercambio automático de información entre los Estados miembros de decisiones tributarias anticipadas que beneficien a este tipo de compañías.

El grupo de la Libertad Europea para la Democracia Directa (EFDD) liderado por Nigel Farage (UKIP) y los No Inscritos -en el que también se encuentra Marine Le Pen- fueron los autores de esa moción de censura, para la que inicialmente consiguieron el aval requerido de 76 firmas.

Hoy sumaron otros 25 apoyos más, pero que se quedaron lejos de los dos tercios requeridos por la Eurocámara para lograr la luz verde.

El eurodiputado de UKIP, Steven Woolfe, dijo al término del voto que "el PE ha votado para proteger el escándalo que empapa al presidente de la Comisión en lugar de proteger a los propios ciudadanos que han visto como sus ingresos fiscales nacionales sufren la hemorragia que les han causado los esquemas de Juncker en favor de la fiscalidad de las grandes empresas".

Los dos grandes grupos del hemiciclo, el Partido Popular Europeo (PPE) y los socialdemócratas (S&D) votaron en contra, igual que los Verdes y liberales (ALDE).

La mayor parte de eurodiputados de la Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL) ha optado por la abstención, incluidos sus integrantes españoles de Podemos e Izquierda Unida (IU)

Otros miembros de la GUEN/NGL han preferido no votar esta moción promovida por lo eurófobos que presentaba una disyuntiva complicada para el grupo que por su parte también había intentado promover una moción de censura contra Juncker, sin éxito por la falta de apoyos de Verdes y socialdemócratas.

"Obviamente no podíamos ponernos del lado de los euroescépticos", explicó a Efe la líder de IU en la Eurocámara, Marina Albiol.

Iglesias denunció  la hipocresía de los euroescépticos británicos respecto a Juncker y la evasión fiscal.

El tercer grupo del PE en número de votos, los conservadores y reformistas europeos (ECR), liderados por el partido de David Cameron en la Eurocámara, optaron igualmente por la abstención, dijeron fuentes del grupo a Efe.

En el debate sobre la moción previo al voto, el líder del PPE, Manfred Weber, señaló que detrás de la misma está la búsqueda por parte de los euroescépticos de sus "15 minutos de gloria".

Por su parte, su homólogo del grupo socialdemócrata, Gianni Pittella, llamó la atención sobre que los eurófobos y populistas hayan presentado una moción cuando acaba de ponerse encima de la mesa el plan de inversión Juncker para el crecimiento y el empleo "una oportunidad para impulsar la economía europea".

La moción de censura contra Juncker fue presentada hace dos semanas por el grupo eurófobo tras saberse que Luxemburgo pactó ventajas fiscales secretas con casi 340 multinacionales entre 2002 y 2010, entre ellas Pepsi, IKEA, AIG, Coach o Deutsche Bank.

Juncker, que fue primer ministro de Luxemburgo entre 1995 y 2013, dijo el pasado día 13 de noviembre ante los eurodiputados que él no fue el arquitecto del modelo luxemburgués, pero admitió ser "políticamente" responsable de lo que ocurrió "en cada esquina de ese país" mientras lo gobernaba.

El presidente del Ejecutivo comunitario ha confiado las pesquisas sobre las posibles ayudas de estado en favor de multinacionales a su comisaria de Competencia, la danesa Margrethe Vestager, quien ahora ha dado prioridad a un asunto que se empezó ya a investigar en junio pasado.

Vestager comunicó recientemente que su prioridad es finalizar hasta el segundo trimestre de 2015 las investigaciones contra Luxemburgo, Holanda e Irlanda por presuntas ayudas de Estado ilegales a multinacionales, sin descartar la apertura de nuevos casos.

Juncker renueva la confianza de una Eurocámara que aisla a los eurófobos