viernes. 29.03.2024

España no se moja con Cuba

Pese a que uno de los objetivos de Zapatero durante la presidencia europea era revisar las relaciones con la isla, el Grupo socialista en Estrasburgo vota junto a la derecha una resolución de condena por la muerte de Zapata pero renuncia a romper la Posición Común que rige las relaciones con La Habana desde 1996 a instancias del entonces Gobierno de Aznar.
NUEVATRIBUNA.ES / I.G.C. 11.03.2010

España dejó este jueves pasar la oportunidad de llevar a cabo lo que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se marcó como uno de los objetivos de la presidencia española de la Unión Europea: revisar la llamada Posición Común que, desde 1996, supedita las relaciones comunitarias con Cuba a que haya avances en materia de derechos humanos. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos viene defendiendo la necesidad de revisar dicha posición auspiciada por el entonces Gobierno de José María Aznar, al entender que supone un obstáculo para asentar la democracia en la isla.

Los europarlamentarios socialistas votaron en contra de una enmienda presentada por la Izquierda Unitaria, a iniciativa del eurodiputado Willy Meyer (IU), en la que se planteaba precisamente el apoyo a “los esfuerzos de la presidencia española por normalizar las relaciones UE-Cuba, proceso que debería culminar con la retirada absoluta de la posición común”. Por el contrario, salió aprobada una dura condena al régimen castrista por la muerte “cruel y evitable” del disidente cubano Orlando Zapata, un texto que fue negociado por todos los grupos a excepción de Izquierda Unitaria.

El vicepresidente de la delegación socialista en Estrasburgo, Ramón Jáuregui, tuvo que salir al paso de las evidentes contradicciones del PSOE en este asunto y explicó que no podían suscribir una enmienda de la Izquierda Unitaria que se había apartado de la resolución conjunta de la mayoría y que “no responde literalmente a la posición de la presidencia española, que busca un consenso en la UE para renovar el marco de relaciones, pero no una ruptura absoluta de la posición común”. Tan solo veinticuatro horas antes, la también socialista María Muñiz aseguraba que la actual estrategia comunitaria con Cuba “bloqueaba” cualquier posibilidad de avances democráticos en la isla al tiempo que afirmó que la Posición Común es un instrumento “periclitado y caduco”.

DURAS CRÍTICAS DESDE CUBA

La respuesta al otro lado del Atlántico no ha tardado en llegar. La Asamblea Nacional cubana ha rechazado con contundencia el “sucio debate” llevado a cabo en el Parlamento Europeo y advierte de que ni la ley Helms Burton de bloqueo ni la Posición Común “tienen el más mínimo futuro”. Las autoridades cubanas rechazan “la imposición, intolerancia y la presión como norma en las relaciones internacionales”.

Respecto al texto de condena por la muerte de Zapata, la Asamblea Nacional cubana advierte de que una “condena tan discriminatoria y selectiva sólo puede explicarla el fracaso de una política incapaz de poner de rodillas a un pueblo heroico”, una condena que “manipula sentimientos, tergiversa hechos, esgrime mentiras y oculta realidades”, se asegura en una declaración difundida tras el debate en la Eurocámara.

Para la Asamblea, la resolución del PE llega tras “una campaña concertada por poderosas empresas mediáticas, fundamentalmente de Europa, que han atacado ferozmente a Cuba” y con el “pretexto” de la muerte de un recluso “sancionado primero por delito común y luego manipulado por intereses norteamericanos y la contrarrevolución interna”. El texto llegado de la isla señala que Zapata se negó a ingerir alimentos “por voluntad propia” y “a pesar de las advertencias y la intervención de los especialistas médicos cubanos”.

“Este hecho lamentable no puede ser utilizado para condenar a Cuba aduciendo que pudo haber evitado una muerte. Si en un campo nuestro país no tiene que defenderse con palabras, pues la realidad es irrefutable, es en el de la lucha por la vida de los seres humanos, ya sean nacidos en Cuba o en otros países”, añade. “Un solo ejemplo es la presencia de los médicos cubanos en Haití desde 11 años antes del terremoto de enero último” y que ha sido “silenciada”, en su opinión, “por la prensa hegemónica”.

Detrás de la condena europea, la Asamblea cubana ve “un profundo cinismo” y se pregunta “cuántas vidas de niños se han perdido en las naciones pobres por la decisión de los países ricos, representados en el Parlamento Europeo, de no cumplir sus compromisos de ayuda al desarrollo”. “Todos sabían que era una sentencia de muerte masiva, pero optaron por preservar los niveles de derroche y ostentación de un consumismo a la larga suicida”, continúa.

“Ofende a los cubanos también ese intento de darnos lecciones, en momentos en que en Europa se reprime a inmigrantes y desempleados, mientras aquí el pueblo libremente, en reuniones de vecinos propone a sus candidatos para las elecciones municipales, libremente y sin intermediarios”, prosigue.

“No tienen moral para evaluar a un pueblo agredido y brutalmente bloqueado aquellos que participaron o permitieron el contrabando aéreo de detenidos, el establecimiento de cárceles ilegales y la práctica de torturas”, señala en alusión a los vuelos de la CIA con prisioneros islamistas y la existencia de centros de detención como el de Guantánamo.

España no se moja con Cuba