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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 21.8.2009

De acuerdo con la cadena privada Sky News, el excarcelado fue recibido en el aeropuerto de Trípoli por "miles de personas" que ondeaban banderas libias y escocesas. Horas antes, el ex recluso había abordado el avión en el aeropuerto de la ciudad escocesa de Glasgow, después de que el Ejecutivo de Escocia ordenara su liberación.

El ciudadano libio salió de la cárcel de Greenock, en Glasgow, poco después de que el Gobierno escocés anunciase su puesta en liberad por razones humanitarias, tras ser condenado en 2001 a cadena perpetua por el atentado contra un avión de Pan Am que estalló sobre la localidad escocesa de Lockerbie.

El ministro de Justicia de Escocia, Kerry MacAskill, hizo pública la decisión, que supone un desafío a los llamamientos hechos por EE.UU para que continuara en la cárcel. El presidente de EEUU, Barack Obama, ha lamentado "profundamente" la decisión tomada por el Ejecutivo escocés de excarcelar al único condenado por el atentado de Lockerbie.

MacAskill se responsabilizó totalmente de su decisión, que justificó por el criterio del sistema judicial escocés según el cual "la Justicia debe ser servida, pero hay que mostrar compasión" en casos como éste, ya que al terrorista libio sólo le quedan tres meses de vida, conforme a los últimos informes médicos.

Al Megrahi es el único condenado por la explosión en 1988 de un Boeing 747 que se dirigía a EEUU cuando sobrevolaba Lockerbie, atentado en el que murieron los 259 ocupantes del aparato, 189 de ellos estadounidenses, y 11 vecinos del municipio. Después de que ocurriese el atentado, Reino Unido y Estados Unidos acusaron a los servicios secretos libios de estar detrás de lo ocurrido y más en concreto a Abdelbaset Alí al Megrahi y a Al Amin Jalifa Fhimah. Sin embargo, estos no fueron juzgados hasta mayo de 2000 en una base holandesa pero bajo jurisdicción escocesa en virtud de un acuerdo alcanzado con las autoridades libias.

"ME PARECE FATAL"

Las familias de las víctimas mostraron ayer su pesadumbre por la decisión del Gobierno escocés. "Me parece fatal. Estoy triste y decepcionada. Mi corazón está roto", dijo Susan Cohen al enterarse de que al acusado le permitieron abandonar la prisión escocesa y regresar a su Libia natal por motivos humanitarios. La hija de Cohen, una joven estudiante, era una de las 290 personas que viajaban en el avión Pan Am y que murieron cuando éste se estrelló a la altura de la ciudad de Lockerbie.

"Me temía que esto sucedería algún día", dijo Cohen, quien agregó que "ahora que se han hecho amigos de Gadafi (el líder libio) los países occidentales le van a ofrecer todo lo que éste pida. Querían a Al Megrahi y ya lo tienen. Ni tan siquiera ha trascendido un día de margen. Y la mínima esperanza que teníamos depositada en la justicia... ha desaparecido", agregó.

Por su parte, Victoria Cummock, cuyo marido falleció en el atentado, dijo que, a su parecer, los gobiernos de Estados Unidos y de Reino Unido le debían a las víctimas el hecho de que Al Megrahi cumpliese su condena. "Si cometió el crimen debería cumplir el tiempo de cárcel, pero cuando mezclas justicia y política, siempre gana esta última", agregó.

Así las cosas, Mark Zaid, abogado de muchos de los familiares afectados, lamentó en declaraciones recogidas por la CNN, que los gobiernos "no actúan para proteger los intereses de la gente, sino para proteger los intereses del país. Eso es diferente".

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