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NUEVATRIBUNA.ES - 15.09.2010

El movimiento ultracatólico conservador, Tea Party, se está consolidando en el panorama político estadounidense. La noche del miércoles se anotó otro punto más gracias a la sonada victoria en la última gran jornada de elecciones primarias republicanas de su candidata Christina O'Donnell.

La gran triunfadora de la noche fue O'Donnell, que se ha impuesto en las primarias de Delaware ante el candidato del ala moderada del partido republicano, Mike Castle. La ganadora del Tea Party ahora se batirá con el candidato demócrata, Cris Coons, por el escaño en el Senado que ocupó el actual vicepresidente, Joe Biden.

Su victoria es digna de tener en cuenta, ya que el rival al que se enfrentaba fue gobernador durante dos mandatos y es el congresista más tiempo en activo en la historia del estado, un personaje muy conocido y respetado. Sin embargo, el triunfo de O’Donell, a la que daban por perdedora, fue abrumador. Cuando se habían recontado el 78% de los colegios electorales ya había recibido el respaldo del 54% de los votantes
Con estos comicios el Tea Party ya suma siete victorias en las primarias. Cuatro republicanos y tres demócratas se han sido eliminados por los jóvenes candidatos que apoya fervientemente Sarah Palin –la imagen pública de este movimiento conservador- y que en algunos casos eran completamente desconocidos en la política norteamericana.

Uno de los pocos que ha roto con la tendencia ultraconservadora ha sido el congresista demócrata por Nueva York, Charles Rangel, que se sometía a una primaria contra otros cinco candidatos después de que una comisión de la Cámara de Representantes le acusara de una serie de faltas éticas. Rangel, que tuvo que dimitir al frente del poderoso Comité de Asignaciones de la Cámara, se ha impuesto finalmente con cierta comodidad.

También se sometía a la voluntad de los votantes el alcalde de Washington, el demócrata Adrian Fenty, quien en las encuestas iba por detrás de su rival en la primaria, Vincent Gray, quien finalmente se ha impuesto.

EL TEA PARTY: NUEVO ENEMIGO D ELOS REPUBLICANOS

El triunfo de O’Donell muestra una tendencia que empieza a preocupar al partido republicano. El Tea Party se dio a conocer en los coletazos de la era Bush, pero con Obama en el Gobierno fue cuando consiguió más fuerza, ubicándose como la principal oposición del mandatario norteamericano.

En un principio este grupo ultraconservador aparecía en el momento preciso para recomponer el inestable e inseguro partido republicano, que no sabía cómo quitarse de encima la pesada imagen de George Bush. El discurso anti impuestos, pro americano, contra la inmigración “que quita trabajo” y en contra de leyes como la de la reforma sanitaria, son gran parte de los mensajes con los que han ido conquistando a un sector norteamericano.

Sarah Palin no tardó en unirse a ellos y perfilarse como la representación política del movimiento. El partido republicano sentía tener un aliado, un grupo de presión que le traería nuevos votos, lo que no se imaginaban es que se los terminaría quitando.

La derecha republicana ahora ocupa un puesto demasiado progresista para el Tea Party que se caracteriza por un discurso radical y agresivo. Estos ultraconservadores no le perdonan la vida a nadie y les da igual oponerse a republicanos o a demócratas si alguno de ellos no comparte sus ideas.

El partido republicano todavía no sabe cómo reaccionar ante un movimiento como éste. Han advertido a la candidata Christina O'Donnell que no espere sus apoyos, ya que según las encuestas, el candidato que proponían los republicanos y que fue derrotado por O’Donell, tenía más posibilidad de ganar el escaño ante el demócrata que ella. Y es que hay un sector de la población que sigue temiendo al Tea Party, lo que le resta votos a la derecha.

El resultado es que las elecciones del 2 de noviembre, en las que se renovará toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado de EEUU, así como una treintena de gobernadores estatales, tiene entre sus candidatos a un importante número de ultraconservadores.

El Tea Party ha ganado la batalla de las primarias, pero cuando se enfrenten a los demócratas se podrá apreciar hasta qué punto es importante su poder, y si realmente han obtenido el puesto político al que aspiran. Por otro lado, los republicanos tendrán que buscar sus propios mensajes porque hasta ahora los de sus ‘aliados’ han sido contraproducentes.

El Tea Party vapulea a la derecha republicana