viernes. 29.03.2024

El mundo se queda perplejo ante la brutalidad de la represión en Guinea-Conacry

AGNESE MARRA
En dos días este país africano se ha convertido en un infierno dantesco. Más de 12.000 personas heridas, 160 muertos y centenares de mujeres violadas y desparecidas. Los militares del Gobierno dictatorial han salido a las calles para acabar con la vida de cualquier guineano que alce la voz.
NUEVATRIBUNA.ES - 30.09.2009

Sangre, gritos, violaciones y muertos. Muchos muertos. Guinea Conakry (conocida como Guinea Francesa) ha sido el escenario del infierno humano, una “una carnicería” puntualizaron desde Human Rights Watch.

El pasado lunes 50.000 ciudadanos se concentraron para protestar contra el gobierno dictatorial de Musa Dadi Camara. La manifestación se produjo en el estadio 28 de Septiembre de la capital. Los militares dejaron entrar a los manifestantes al recinto para después cerrar las puertas y disparar indiscriminadamente contra la población.

Los resultados fueron estremecedores: 12.000 personas heridas, 160 fallecidas y centenares de mujeres violadas y golpeadas. Los pocos que consiguieron salir por la única puerta que quedó abierta fueron detenidos y rematados con bayonetas.

En los alrededores del estadio los militares desnudaban a las mujeres para después penetrarlas con sus fusiles. “Están violando a las mujeres en público”, denunciaba para France Press, el opositor al régimen, Mouctar Diallo. El relato de uno de los delegados de Human Rights Watch es dantesco: “Ví a varias mujeres desnudas y metidas dentro de los camiones militares, donde se las llevaron. No sé qué pasó con ellas”.

Los abusos y los asesinatos continuaron el martes. “Los militares también van a los barrios a saquear las propiedades y a violar mujeres. Tenemos esta información que corroboran fuentes cercanas a la policía y a los militares”, detalló Mamadi Kaba, presidente de la sección guineana de la Red Africana de Defensa de los Derechos Humanos (RADDHO).

Hasta el momento la cifra de fallecidos es la que han dado los hospitales, por lo que los muertos que no llegaron a los centros médicos no se han podido contabilizar. Fuentes de Human Rights Watch, señalaron que las salas de hospital parecían una “auténtica carnicería”.

CONDENA INTERNACIONAL

El líder de la junta militar, Musa Dadi Camara, admitió que los abusos de los soldados se produjeron porque “perdieron el control debido a la inestabilidad del país”, pero sin vergüenza alguna ha negado que se violara a las mujeres.

La masacre fue condenada de forma contundente por Francia. El ministro de Asuntos Exteriores galo, Bernard Kouchner, anunció que París suspendía inmediatamente la cooperación militar con la que fuera su colonia hasta 1958.

Kouchner calificó la represión de “sangrienta y salvaje” y solicitó a la Unión Europea la aprobación de sanciones contra sus responsables, al tiempo que el Ejecutivo francés estudia revisar “toda la colaboración bilateral” con Guinea.

El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, también mostró su repulsa contra la masacre, y Human Rights Watch, ha pedido que el Gobierno militar de Camara sea juzgado internacionalmente.


LA TRISTE HISTORIA DE UN PAÍS DE ÁFRICA

Hasta 1993 los ciudadanos de Guinea-Conakry no pudieron votar a su presidente. El elegido fue el general Lansana Conté quien ganó en una reñida votación. Conté gobernó hasta su fallecimiento, el 22 de diciembre de 2008. Seis horas después de su muerte, el jefe de la junta militar, Musa Dadi Camara se instaló en el poder con la promesa de hacer una transición democrática.

Casi dos años después la transición no se ha producido y después de este baño de sangre parece más difícil que nunca. El dictador anunció que se presentaría a las próximas elecciones de enero de 2010. Sin embargo con esta postura el general contravendría la promesa de no interferir en el proceso democrático de Guinea.

Durante el año y medio de su Gobierno, Camara ha llevado a cabo una persecución desmedida contra todos los políticos del país, a quienes ha encarcelado y en ocasiones asesinado. Los maltratos contra los ministros e incluso contra los embajadores en el país son habituales.

Según testimonios de generales cercanos a Camara -informa la corresponsal de El Mundo en Nairobi- el militar duerme de día, pasa las noches en vela para evitar un contragolpe y obliga a alguno de sus secuaces a probar su comida, debido a su temor de ser envenenado.

Como sucede en la mayoría de los países de este continente, el pueblo de Guinea-Conacry vive en la pobreza más absoluta. Sus ciudadanos se mantienen con menos de un dólar al día, mientras su tierra es una de las más ricas de minerales del mundo. Además de vivir en la miseria, hoy son asesinados y violados como deshechos humanos.

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