viernes. 19.04.2024

@jgonzalezokDieciocho años después de iniciada la causa, el ex presidente argentino, Carlos Ménem, ha sido condenado a 7 años de prisión por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia. La condena podría haber sido mayor, pero el tribunal tuvo en cuenta su edad –cumplirá 83 años el próximo 2 de julio-, su delicado estado de salud, la ausencia de antecedentes y el largo tiempo que demandó la causa.

El exmandatario no estuvo presente en la lectura de la sentencia, al aportar un certificado médico en el que consta que padece diabetes, hipertensión arterial y angustia.

Es la primera condena en la recuperada democracia contra un presidente, aunque su sucesor, Fernando de la Rúa, está siendo juzgado por un caso de sobornos en el Senado –en un juicio que todavía está en marcha-, después de haber sido sobreseído por los muertos por la represión policial en diciembre de 2001.

En el caso de Ménem en 2001 ya estuvo seis meses en prisión domiciliaria por esta misma causa, coincidiendo con su luna de miel, ya que se había casado con la exmiss Universo chilena Cecilia Bolocco. Pero después sería exonerado por un tribunal que ahora está siendo sometido a investigación para averiguar si fue sobornado. Durante la dictadura militar (1976-1983), el exmandatario pasó varios años detenido: primero en un barco y luego desterrado en una remota localidad del norte del país.

El caso del contrabando de 6.000 toneladas de armas fue desvelado en 1995 por una investigación periodística del diario Clarín –que ganaría el premio Rey de España-. En el caso de la venta de armas a Ecuador, tuvo el agravante de que Argentina actuaba como mediadora en el conflicto que en aquél entonces enfrentaba a Ecuador con Perú. En cuanto a las armas enviadas a Croacia, se produjo cuando tropas argentinas integraban las fuerzas de la ONU que se interponían entre serbios y croatas.

Los hechos, en ambos casos, se produjeron entre 1991 y 1995. Mediante decretos secretos, el gobierno de Carlos Ménem autorizó la salida del país de un importante cantidad de armas con destinos ficticios –Venezuela y Panamá- y que acabarían en los citados escenarios, violando la legislación internacional.

La sentencia recuerda que entre las armas había cohetes y misiles anti-tanque. Y que en el contrabando hubo ánimo de lucro, ya que se considera que hubo comisiones por valor de un millón de dólares. En total fueron condenadas otras diez personas, entre ellas el ex ministro de Defensa, Oscar Camilión y el excoronel y traficante de armas Diego Palleros.

El abogado Ricardo Monner Sans, que fue uno de los denunciantes del contrabando de armas, declaró que la sentencia ha reafirmado el principio de igualdad ante la ley. “Es un acto de docencia y de decencia, porque por más que sean delincuentes de cuello blanco tienen que pagar, no con la idea de venganza sino con la idea de dar un mandato moral”, señaló.

Pero las desventuras de Ménem no acaban aquí, ya que todavía puede ser procesado por la voladura, en 1995, de una fábrica militar en la localidad de Río Tercero, que causó siete muertos y más de 300 heridos. La explosión podría haber sido un sabotaje para ocultar el faltante de armas, que habrían sido enviadas de contrabando a Ecuador y Croacia. Por este caso se ha pedido también el procesamiento del que fuera jefe del Ejército, general Martín Balza, actual embajador en Costa Rica.

Al ser senador, la Cámara tendrá que decidir si acepta la petición del tribunal para que se le retire la inmunidad. El gobierno tiene mayoría absoluta y desde hace años se presenta como la contracara del menemismo y la década neoliberal de los 90. Pero también es cierto que en los últimos años Ménem ha venido votando a favor del kirchnerismo, especialmente en momentos en que su apoyo era especialmente necesario. En los últimos años ha mantenido un perfil muy bajo y apenas acude al Senado. Era común el comentario de que el gobierno lo estaría protegiendo judicialmente a cambio de su ayuda en el Senado. Y hace unos meses hizo unas declaraciones muy elogiosas de la presidente.

En los últimos diez años, 30 presidentes latinoamericanos estuvieron envueltos en casos de corrupción. Aparte de los presidentes de facto, que en algunos casos fueron juzgados por crímenes de lesa humanidad, la lista de civiles es amplia. Algunos huyeron de sus países, otros fueron juzgados, pero solo algunos serían condenados. Entre ellos están el paraguayo Juan Carlos Wasmosy, el peruano Alberto Fujimori, el guatemalteco Alfonso Portillo y el nicaragüense Arnoldo Alemán

El expresidente Menem es condenado a 7 años de cárcel