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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 13.04.2009

Las tropas tailandesas cargaron este lunes, un día después de la entrada en vigor del estado de excepción , contra los manifestantes antigubernamentales en varios lugares de Bangkok, donde más de cien personas resultaron heridas y dos murieron, según anunció el Gobierno en un canal de televisión.

A lo largo del día, los soldados dispararon sus rifles en repetidas ocasiones para disolver a los grupos de manifestantes que reaparecían en varias zonas de la capital, alentados por la última consigna del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, su líder y quien la noche anterior, desde el exilio, llamó a los suyos a hacer la revolución.

El Gobierno anunció que había adoptado medidas destinadas a asegurar su control sobre la puertos y aeropuertos, para impedir la repetición de hechos como los ocurridos a finales del pasado año, cuando miles de detractores de Shinawatra ocuparon las dos terminales aeroportuarias de Bangkok durante una semana.

"El Comando de Operaciones de Emergencia utilizará todos los medios disponibles para restablecer rápidamente el orden y reabrir el tráfico para que la población pueda retomar sus vidas", dijo el jefe de las Fuerzas Armadas, Songkitti Jaggabatara, tras mantener una reunión urgente con los altos mandos castrenses y policiales.

Enviados desde la frontera con Camboya y pertrechados para el combate convencional, aunque con munición de fogueo, según aseguró el portavoz del Ejército, coronel Sansen Kaewkamnerd, los soldados fueron haciéndose lentamente con el control de la situación.

DISPERSIÓN PARCIAL DE LOS MANIFESTANTES

"Las tropas y la Policía han conseguido limpiar de manifestantes muchas áreas de la ciudad", dijo a los periodistas el portavoz del Gobierno, Panithan Wattayanakorn.

En un enfrentamiento ocurrido en el cruce de Din Daeng, en la parte nueva de la urbe, los "camisetas rojas", llamados así por el color de las prendas que visten, arrojaron cocteles molotov contra los militares cuando éstos efectuaron disparos y lanzaron gases lacrimógenos para atemorizar a la muchedumbre.

Al menos dos autobuses del servicio metropolitano ardieron tras ser incendiados durante las protestas y muchos más fueron empleados por los manifestantes para bloquear las calles, transportar a sus correligionarios de un punto a otro de la metrópoli o estrellarlos contra las formaciones de soldados.

Entretanto, unos 10.000 partidarios de Shinawatra, depuesto en el golpe de Estado perpetrado por los militares en 2006, seguían atrincherados tras neumáticos y vayas metálicas en varias calles próximas a la sede gubernamental, y atacaban con bombas incendiarias el cuartel general del Ejército, causando daños menores.

Los enfrentamientos y escaramuzas comenzaron antes de que amaneciera, a cierta distancia del epicentro de la protesta situado al lado del Palacio del Gobierno, cuando las tropas cargaron contra varios miles de activistas que bloqueaban desde el viernes una de las principales arterias de la ciudad.

El portavoz del Ejército señaló que, antes de cargar, los oficiales al mando de las tropas intentaron negociar con los cabecillas, pero la respuesta de los manifestantes fue enfilar autocares en marcha contra los soldados.

EL PRIMER MINISTRO PIDE CALMA

Hacia el mediodía, en un breve discurso transmitido por los canales estatales de televisión, el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, instó a los manifestantes antigubernamentales a retirarse de las calles de Bangkok y pidió la cooperación de la población para restablecer el orden en la capital.

El Centro de Emergencias Médicas confirmó que 94 personas resultaron heridas, entre ellas 24 con pronóstico grave.

En su discurso, Vejjajiva señaló que entre los heridos figuraban 23 militares, cuatro de ellos por balazos recibidos en el transcurso de los enfrentamientos ocurridos el mismo día en el que la población de Tailandia comenzaba a celebrar las festividades del Sognkran, o del Año Nuevo tradicional.

En declaraciones al canal CNN televisión desde Dubai, Shinawatra acusó al Gobierno tailandés de ocultar las muertes causadas por los soldados, que, aseguró, utilizaron munición real contra los manifestantes.

El Ejército tailandés no consigue sofocar las protestas en Bangkok