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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 23.04 2009

Los soldados mexicanos que combaten a los carteles de la droga han detenido arbitrariamente a sospechosos, les han pegado y torturado con descargas eléctricas entre otros abusos, según Mauricio Ibarra, portavoz de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). La ONG ha dicho este miércoles (madrugada del jueves en España) que las denuncias sobre los excesos del Ejército aumentaron sustancialmente desde que el Ejecutivo de Felipe Calderón desplegara a 10.000 soldados en Ciudad Juárez, uno de los bastiones del narcotráfico en la frontera con Estados Unidos.

CNDH ha especificado que las patrullas han mantenido a sospechosos en barracas militares durante más de doce horas y les han agredido físicamente para obtener información antes de entregarlos a los investigadores de la policía.

El Ejército ha admitido ciertos abusos aunque ha rechazado las acusaciones más graves de la ONG. Los militares se han defendido de las quejas de la CNDH con la excusa de que la mayor parte de los habitantes de Ciudad Juárez está de acuerdo con su presencia, que, por otra parte, ha logrado reducir dramáticamente el número de víctimas.

"Los soldados aplicaron descargas eléctricas en diferentes partes del cuerpo de los detenidos: en los testículos, brazos, piernas y nalgas", ha detallado Ibarra. El activista de derechos humanos ha añadido que algunos de los denunciantes aseguraron que les pegaron con bates de béisbol en las plantas de los pies.

CNDH ha presentado 22 acusaciones formales contra el Ejército desde que Calderón asumió la presidencia en 2006. La lucha contra los carteles de la droga ha sido una de las promesas electorales centrales del actual mandatario. El año pasado, 6.300 personas murieron en la guerra que las fuerzas de seguridad y el narcotráfico libran en la frontera con Estados Unidos.

NO SON POLICÍAS

Las denuncias sobre detenciones arbitrarias suman 172 en el primer trimestre del año, más de la mitad de las 311 que recibió la CNDH durante todo 2008. La ONG ha comentado que aún no ha concluido la investigación de estos casos. "Vemos con gran preocupación cómo aumentan los incidentes. Las Fuerzas Armadas no están entrenadas para ejercer como policías. Por ello, cuando cumplen esa función, tienden a cometer excesos", ha dicho Ibarra.

El Ejército tomó el control de Ciudad Juárez durante marzo, en lo que es la más grande operación de los últimos años, con oficiales enmascarados apostados a la salida de bancos y supermercados, además de un enorme despliegue en las calles.

La denuncia más grave contra los uniformados fue presentada por dos madres que, a comienzos de este mes aseguraron, que el Ejército secuestró a sus hijos, torturó a uno y maltrató físicamente al otro hasta matarlo. Las fuerzas de seguridad negaron esta acusación. "En estos casos no hubo participación de soldados o de la policía federal", ha afirmado con firmeza Enrique Torres, portavoz militar.

Torres ha explicado que en la zona de lucha contra el narcotráfico han encontrado a civiles vestidos con uniforme cometiendo abusos. "No decimos que los excesos no ocurren ni intentamos esconderlos", ha precisado el portavoz.

El ejército mexicano y sus torturas a los narcos