martes. 23.04.2024

Mustafa Abdel Jalil, presidente del Consejo Nacional Libio, formado por los rebeldes que pretenden derrocar al régimen de Muamar Gadafi, ha cifrado en al menos 10.000 las personas que han muerto en el conflicto que comenzó el pasado febrero en Libia, según ha afirmado el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Franco Frattini.

Al término de una reunión en Roma con el líder de los sublevados, Frattini ha dicho que a esas personas, "víctimas de un régimen sanguinario", se suman entre 50.000 y 55.000 heridos, según los datos aportados por Jalil.

Antes del encuentro, el ministro italiano ha anunciado en unas declaraciones a Canale 5 que Roma acogerá el próximo 2 de mayo una conferencia internacional para debatir sobre la situación de Libia y proponer posibles soluciones. La solución que se está planteando la comunidad internacional prevé que Gadafi "se marche", ha precisado.

"Desde luego, estamos analizando varias posibilidades. Lo están haciendo sobre todo la ONU y la Unión Africana, y nosotros acogeremos en Roma una conferencia internacional que estará coordinada por nosotros", ha explicado.

Frattini ha añadido que en ese encuentro también se hablará de cómo podrían los sublevados vender en el mercado internacional petróleo procedente de las zonas que controlan.

Jalil, por su parte, ha asegurado que el gobierno que formen los rebeldes favorecerá las relaciones con Italia, Francia y Qatar, los únicos países que han reconocido al Consejo Nacional Libio hasta el momento.

Con la visita oficial de Jalil a Italia, donde se reunirá también con el primer ministro, Silvio Berlusconi, y con el presidente, Giorgio Napolitano, Roma da su reconocimiento oficial a los sublevados como representantes del pueblo libio.

OPERACIÓN MILITAR INTERNACIONAL

El ministro de Exteriores italiano también ha comentado la lentitud que algunos achacan a la misión militar internacional en Libia, que está coordinada por la OTAN y cuyo fin es proteger a los civiles libios de los ataques de las fuerzas de Gadafi.

Frattini ha recordado que en el Consejo de Seguridad de la ONU se decidió "no realizar una intervención militar terrestre, solo proteger a los civiles", y que esta intervención "ha evitado un baño de sangre" y, por tanto, ha demostrado ser "absolutamente fundamental".

"Está claro que para vencer rápidamente en el aspecto militar harían falta muchos otros instrumentos, pero son instrumentos que la comunidad internacional no ha aceptado: una intervención terrestre, bombardeos selectivos también en zonas urbanas", ha indicado.

"Pero imaginémonos los daños colaterales, cuántas víctimas civiles habría. Por eso lo importante es detener el avance de este dictador sanguinario", ha añadido. Tras reunirse con Jalil, el ministro ha asegurado que si Gadafi estuviese en peligro de muerte, "sería ayudado, como cualquier otro libio".

El Consejo Nacional libio cifra en 10.000 los muertos