miércoles. 24.04.2024

La ciudad de Detroit ha declarado la mayor bancarrota municipal de la historia estadounidense tras ser incapaz de mantener una década de deuda creciente y población menguante en medio de la profunda crisis industrial que atraviesa.

“Tenemos que afrontar el hecho de que Detroit no puede y no paga sus deudas...es insolvente”

Se cae un mito. Detroit, la cuna de la industria automotriz estadounidense y la que llegó a ser la cuarta ciudad más poblada de EEUU, pidió permiso al juez para acogerse al capítulo 9 de protección por bancarrota.

Se convierte así en la mayor ciudad norteamericana en declararse en quiebra en la historia del país. “Tenemos que afrontar el hecho de que Detroit no puede y no paga sus deudas...es insolvente”, se limitaron a señalar las autoridades locales, que llevaban semanas en negociaciones con los acreedores y sindicatos para evitar esta situación.

Era el resumen de la historia de una ciudad cuya crisis, que comenzó cuando en los años 50 perdió la mitad de su población por la avalancha de crímenes, llegó a su punto más álgido durante la crisis financiera. El sector del motor, que tuvo que ser rescatado por el Gobierno norteamericano, fue una de las principales víctimas de la recesión.

Esto no significa que la ciudad, que tiene ahora unos 705.000 habitantes, vaya a instalarse para siempre en la ruina. El concepto de quiebra en EEUU difiere del español: al otro lado del Atlántico, urbes y pueblos se acogen al capítulo 9 para reestructurar sus deudas, al igual que hacen las empresas al pedir la protección del capítulo 11 de la misma ley.

Bajo ese paraguas, se paralizan todas las acciones legales presentadas por los acreedores en contra del territorio, que debe elaborar un nuevo plan para salir del agujero, lo que puede suceder en días o en años.

Kevin Orr, nombrado por el estado de Michigan como el gestor externo de la ciudad, fue el encargado de solicitar la protección por quiebra bajo el capítulo 9 de la ley de bancarrotas de Estados Unidos.

Ahora la Justicia debe decidir si acepta la petición de suspensión de pagos y reestructuración de la deuda por valor de 18.500 millones de dólares, aunque desde junio varios bancos habían acordado con Orr una quita de hasta el 75%, según el diario Detroit News.

"El presidente y los miembros del equipo del presidente continúan observando de cerca la situación en Detroit", dijo hoy la portavoz Amy Brundage.

¿Las consecuencias? En primer lugar, los expertos destacan que la ciudad, sede de General Motors (la segunda empresa automovilística del mundo por ventas), llevará consigo para siempre el estigma de la quiebra. Después, anticipan más recortes para los trabajadores de la ciudad y más rebajas de gasto que afecten a los servicios públicos. Por último, temen que sea la primera de una estela de quiebras. De momento, Detroit empequeñece la bancarrota del condado de Jefferson, en Alabama, que hasta ahora había sido la mayor de la nación.

"Mientras que los líderes de la planta en Michigan y los acreedores de la ciudad entienden que deben encontrar una solución al problema financiero de Detroit, nos mantenemos comprometidos a continuar nuestra fuerte asociación con Detroit, ya que trabaja para recuperar, revitalizar y conservar su estatus como una de las grandes ciudades de Estados Unidos", dijo Brundage.

La ciudad ha perdido un 60 % de su población desde los años cincuenta,

La petición de bancarrota desencadenaría la caída de contrataciones y gastos municipales al mínimo necesario, lo que ha provocado críticas y peticiones para que la que fuera una de las capitales más boyantes del mundo venda muestras de su antiguo esplendor, como sus colecciones de arte o edificios.

La capital del motor lleva en caída libre desde los noventa y, tras nefastas gestiones de alcaldes, a lo que se sumó la crisis financiera de 2008, terminó por condenarse a la suspensión de pagos a una ciudad que fue el símbolo del poder industrial estadounidense.

La ciudad ha perdido un 60 % de su población desde los años cincuenta, hasta en entorno de los 700.000 habitantes, mientras que solo entre 2000 y 2010 experimentó un salida de un cuarto de sus habitantes, con partes convertidas en barrios fantasmas.

Además de la caída de contribuyentes y de ingresos, el desempleo, la salida de negocios y empresas ha provocado que las arcas de la ciudad no puedan ingresar lo suficiente para mantener sus compromisos y los gastos de servicios públicos.




 

Detroit declara la mayor quiebra municipal de la historia de EEUU