sábado. 20.04.2024

Cuba y el caso Zapata: ¿A cuánto están los derechos humanos?

AGNESE MARRA
La comunidad internacional exige a Cuba el respeto de los derechos humanos y la liberación de los presos de conciencia. Guillermo Fariñas, disidente cubano, presiona al régimen de Castro con una huelga de hambre desde su casa. Al mismo tiempo en Honduras asesinan a cuatro activistas de la resistencia. Colombia tiene 5.730 presos de conciencia… ¿Cuál es la lista de países que sí puede vulnerar derechos?
> PILAR REGO: Cuba, los hermanos Castro y los derechos humanos
NUEVATRIBUNA.ES - 03.03.2010


El pasado 24 de febrero Orlando Zapata Tamayo pasó a ser la segunda víctima de huelga de hambre en Cuba. El primero fue el dirigente estudiantil Pedro Luis Boitel, a comienzos de los años setenta. Mucho se ha escrito desde la pasada semana. Para algunos Zapata ya es un mártir y las posibilidades de cambio en Cuba están más cercanas. Los cubanos son más pesimistas.

La muerte de este albañil, preso político, que vivió más de 11 años de cárcel ha puesto a la comunidad internacional en pie de guerra contra Cuba. La postura no es novedosa, pero el trágico suceso, les ha envalentonado para defender con ímpetu y entusiasmo los derechos humanos en la pequeña isla.

Por otro lado el régimen castrista elabora sus particulares campañas de comunicación. Primero el diario oficial Granma aseguraba que Zapata era un preso común (el actor Willy Toledo se lo creyó a pies juntillas). Días después la estrategia ha cambiado, y ahora el régimen quiere hacer ver que le trataron lo mejor posible, que tuvo una muy buena atención médica, y que el preso solicitaba una televisión y un teléfono en su celda.

Pero a los hermanos Castro la situación se le complica. Al día siguiente de morir Zapata, cinco presos cubanos anunciaron que ellos también iniciaban una huelga de hambre. Tres días después la dejaron. Pero el periodista y opositor Guillermo Fariñas ya lleva siete días desde su casa sin ingerir ningún alimento. Ha abierto su residencia de Santa Clara a todos los medios que quieran conocer su historia y denunciar la vulneración de los derechos humanos que hay en su país.

Guillermo Fariñas es hijo de un militante que luchó con el Che en Congo. Su madre también revolucionaria, le envió a la Unión Soviética a estudiar. Trabajó para el Gobierno hasta el año 89, cuando entregó su carné del partido comunista, indignado por el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa. Desde ese momento es considerado disidente, ha pasado en la cárcel 11 años y medio, y lleva a sus espaldas un total de 24 huelgas de hambre. La última la hizo en 2006 para pedir acceso libre a Internet y duró varios meses, lo que le costó pasar por varias operaciones debido a su delicado estado de salud.

Con la muerte de Zapata ha vuelto a iniciar otra para pedir la liberación de los 26 presos políticos que están enfermos. El estado de salud de Fariñas es muy delicado y su familia teme que sea su última huelga de hambre. Según cuenta en el diario El País este hecho no parece importarle, ya que uno de sus objetivos es ser visto como un mártir: “Hasta los psicólogos del ministerio de Interior dicen que es mi perfil: yo tengo alta vocación de mártir…”, - dice tras haber afirmado antes: “Sí, me quiero morir. Ya es hora de que el mundo se percate de que este Gobierno es cruel”. Cuando el periodista le pregunta por el dolor de su familia si llegara a fallecer, responde: “…Supongo que la madre de Martí sufrió, también la de Antonio Maceo”, dice comparándose con dos de las figuras históricas más importantes de la independencia de Cuba.

A pesar de que el Gobierno cubano no tiene ninguna responsabilidad con Fariñas, ya que ha decidido hacer la huelga de hambre desde su casa, todos los días, le visita un médico del Estado y un médico disidente. Estos días los está pasando al lado de su familia y junto a un grupo de compañeros disidentes que apoyan su causa. En la última semana ha recibido la visita de medios de todo el mundo, que siguen su caso minuto a minuto.

EL VALOR DE LOS DERECHOS HUMANOS

Fariñas tiene el apoyo de la comunidad internacional. España ha exigido a Cuba que libere a los presos políticos y respete los derechos humanos. Lo mismo ha hecho el Partido Popular Europeo, Estados Unidos, o la ONG Amnistía Internacional (AI)

La diferencia de todos ellos, es que sólo AI tiene coherencia cuado pide respeto por los derechos humanos. Es sabido que este organismo internacional vigila esta materia y denuncia a todos los mandatarios y gobiernos que vulneran el derecho internacional (España tiene varias denuncias por detenciones ilegales y maltrato a los inmigrantes). Se caracteriza por una escrupulosa objetividad y se ubica fuera de toda ideología. Del resto no se puede decir lo mismo.

La muerte de Zapata ha suscitado una extraña (por poco habitual) defensa de los derechos humanos. Cuba parece ser la única causa que moviliza a todos, especialmente a la derecha. Se le exige, se le obliga, se le exhorta. No pasa lo mismo con Israel y sus asesinatos masivos del pueblo palestino. Tampoco sucede con China, donde quitando algunas noticias sobre Google y el acceso a Internet, ni los medios masivos ni los gobiernos denuncian los millones de chinos encarcelados en situaciones de tortura permanente, tantas veces denunciada por AI. El propio Zapatero no ha exigido a Marruecos que libere ninguno de sus cientos de presos políticos que tiene en sus cárceles infrahumanas. Sólo le pidió que respetara los derechos humanos cuando España se vio involucrada en el caso Haidar.

Cuba vulnera los derechos humanos. Cuba tiene a un total de 57 presos políticos en sus cárceles, según los últimos datos de AI. Cuba ha asesinado cientos de opositores en su pasado. De todas estas afirmaciones no hay duda alguna, hay muchos datos que lo confirman. Pero ¿Por qué valen más los derechos humanos en Cuba que en otros países? ¿Quién mide la importancia de que un país respete estos derechos y otro no?

Si en Cuba hay 57 presos políticos, en Colombia hay 7.250, de ellos, solo 1.520 son miembros de la insurgencia y los demás, es decir 5.730 son presos de conciencia. Todos ellos suponen el 80% de los presos políticos en Colombia. Estos también son datos de AI y también se han denunciado en varias ocasiones. ¿Por qué no importan los presos de conciencia de Colombia?

La misma semana que moría Zapata Tamayo, la organización de Derechos Humanos por el Derecho a Alimentarse, FIAN Honduras, denunciaba los asesinatos de Vanesa Zepeda, Julio Fúnez Benítez y Claudia Larissa Brizuela, todos miembros de la resistencia hondureña. Desde que tomó la presidencia Porfirio Lobo , en unas elecciones consideradas ilícitas para la mayoría de los países latinoamericanos y hasta para la OEA, varias ONG revelaban la persecución y las amenazas que reciben los miembros de la resistencia. La cantidad de indígenas que se encuentran en cárceles bajo la categoría de ‘presos de conciencia’ en México, Guatemala o Perú tampoco parecen importar, al menos a estos países no se les exige nada.

El hecho de que otros países cometan los mismo crímenes o incluso peores que los que comete y ha cometido Cuba, no exculpa de nada al régimen castrista. Pero el cinismo masivo también es denunciable. La polémica que se ha desatado por la muerte de Zapata poco tiene que ver con los derechos humanos, tiene que ver con las ideologías.

No es una cuestión de que la izquierda defienda todo lo que sucede en Cuba, como se dice en las tertulias de algunos medios. El sueño revolucionario hace mucho tiempo que murió. La izquierda denuncia los crímenes de derecho humanos en todas partes, Cuba incluida. Pero la izquierda tan criticada en estos momentos por el caso Zapata, pide que eso que tanto preocupa de la isla de Castro sea igual de importante en el resto del planeta. Porque cuando los derechos humanos se enmascaran tras el imperio de una determinada ideología, pierden todo su peso.

Cuba y el caso Zapata: ¿A cuánto están los derechos humanos?