viernes. 29.03.2024
drogas

Según el New York Times, se trata de “la peor crisis de consumo de drogas” de toda la historia

Mientras el gobierno argentino celebra la instalación de una “task forcé” (fuerza operativa) de la Agencia Antidrogas (DEA) en la frontera norte del país, en Estados Unidos la epidemia de opiáceos y heroína se cobra una vida cada 15 minutos.

Según la Ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, “Estados Unidos es una potencia que sabe cómo controlar y combatir el narcotráfico”. Sin embargo las evidencias demuestran todo lo contrario; o al menos indican que la lucha contra la comercialización y consumo de sustancias tóxicas en EE UU no sólo ha resultado infructuosa, sino que no ha podido evitar que el país se encuentre sumergido en una epidemia que deja más muertes que las producidas en las guerras de Vietnam e Irak juntas.

Las morgues de las ciudades más importantes ya no dan abasto. Los municipios cuelgan carteles en los que se indica el número de víctimas por sobredosis, mientras que entidades no gubernamentales se esfuerzan por dar asistencia a quienes no pueden solventarse el tratamiento para desengancharse.

La alarma sonó en 2016 cuando el año finalizó con la friolera de 63.632 fallecidos. Las muertes por sobredosis, tanto en hombres como en mujeres a partir de los 15 años, han aumentado desde entonces en todas las categorías analizadas de estupefacientes, sin importar raza, carácter étnico ni demarcación rural o urbana.

Según el New York Times, se trata de “la peor crisis de consumo de drogas” de toda la historia. Tal es así, que en octubre del pasado año el presidente Donald Trump se vio obligado a declarar la emergencia de salud pública, meses después de manifestar en una entrevista que “el consumo de drogas en Estados Unidos era menor que el de muchos otros países del mundo”.

Según datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en 2017 se produjeron 175 fallecimientos de estadounidenses por día; es decir, siete víctimas mortales cada hora. Sin embargo esa cifra se incrementó en lo que va de 2018, llegando a producirse 200 muertes por día y convirtiéndose esta causa en la primera, por delante de las producidas por lesiones, accidentes o armas de fuego.

“La demoledora crisis financiera y económica recién superada es uno de los factores que ha incrementado el consumo de opiáceos y heroína”, sostienen los observadores del Centro de Control y Enfermedades. Otro factor es el imparable deterioro que ha azotado los últimos años a los estados industriales del este y del norte. La caída de la actividad del acero, el aluminio, la minería y otros subsectores, ha creado zonas deprimidas donde el futuro parece haber cerrado sus puertas. Los estados que crearon el vuelco electoral de demócratas a Trump -West Virginia, Ohio, Pensilvania, New Hampshire y Kentucky- son los más afectados.

EEUU: un muerto cada 15 minutos por sobredosis de opiáceos