sábado. 20.04.2024
Foto de Rebeca Burguillo (Oslo).

Breivik había solicitado la presencia de medios en su declaración con el fin de obtener una mayor repercusión para sus tesisEl presunto autor de los atentados de Noruega, Anders Behring Breivik, se declaró este lunes “no culpable" ante el juez instructor del caso por el doble ataque del viernes que dejó 76 víctimas mortales, según el último balance dado por la policía.

El agresor, que ya se confesó autor en solitario de ambos ataques ante la policía, se presentó al mediodía a prestar declaración ante el juzgado de distrito de Oslo, que finalmente se celebró a puerta cerrada a instancias de las fuerzas de seguridad noruegas.

Los manifestantes que se concentraron en el exterior de la sede judicial golperaon las ventanas del vehículo en el que llegó Breivik, al que llamaron "traidor sangriento".

El turismo, un Volvo de color azul oscuro, continuó su camino después de que interviniera la Policía. Uno de los manifestantes ha asegurado que Breivik viajaba en el asiento trasero del vehículo escoltado por la Policía. "Todo el mundo aquí le quiere muerto", ha asegurado uno de los tres manifestantes que han golpeado el coche a su llegada.

Breivik justificó la bomba de Oslo y el tiroteo de Utoya por la necesidad de "salvar a Europa del Islam", según anunció el juez al término de la primera vista. El magistrado aseguró que Breivik actuó con el apoyo de "otras dos células organizadas" y ordenó su detención por un periodo de ocho semanas en régimen de aislamiento, sin acceso a noticias, a correspondencia ni a visitas. 

En su declaración, Breivik afirmó que su objetivo era enviar una "fuerte señal al pueblo" e impedir "futuros reclutamientos" para el gubernamental Partido Laborista, al que acusó de haber "traicionado al país" y de haber "importado musulmanes de forma masiva".

Breivik abandonó el tribunal de distrito de Oslo en un convoy de la Policía una vez concluida su primera comparecencia ante la Justicia, que duró 35 minutos, según informaron fuentes policiales.

Breivik, noruego de 32 años definido como un fundamentalista cristiano, islamófobo y ultraderechista, había solicitado la presencia de medios en su declaración con el fin de obtener una mayor repercusión para sus tesis.

El presunto autor y único detenido hasta el momento por la tragedia, explicó a los investigadores de la policía que su matanza fue "atroz", pero "necesaria", tal y como dijo posteriormente su abogado, Geir Lippestad.

Además, su defensor explicó que Breivik aseguraba no sentir culpa por la masacre que había cometido, alegando que iba a ser el desencadenante de su "revolución".

La fiscalía, por su parte, está estudiando pedir ocho semanas de detención provisional, una medida excepcional dentro de la regulación nacional, para preparar el caso.

Según el código penal noruego, la pena máxima que podría recibir Breivik es de 21 años de cárcel, ya que en el país nórdico las condenas no son acumulativas. No obstante, la ley permite una prolongación de la condena si existe riesgo de reincidencia en el delito. "En teoría, podría estar en la cárcel el resto de su vida", declaró un profesor de Derecho Penal de la Universidad de Oslo, Staale Eskeland.

El pasado viernes por la tarde un potente coche bomba estalló frente al Ministerio de Petróleo y Energía de Noruega, matando a siete personas, y dos horas después un hombre disfrazado de policía irrumpió en el campamento de las juventudes socialdemócratas noruegas en Utoya y asesinó a tiros a al menos 86 personas, en su mayoría menores de 20 años.

Breivik actuó para "salvar a Europa del Islam"