viernes. 19.04.2024

El pasado domingo, tras poco más de 5 meses de ausencia pública en los medios de comunicación reapareció el “presidente” sirio Bashar al-Assad en un evento organizado en el cual daba una conferencia a la nación, con mensaje claro, contundente y en cierto modo con un aire desafiante. En su discurso afirmó que todos estos atroces acontecimientos que todos hemos observado son producto de la lucha entre el gobierno oficial y grupos de terroristas dirigidos por “manos negras” del exterior que pretenden acabar con el régimen y desestabilizar la situación del país. Así como, insistió en que lo que ha ido llevando a cabo su gobierno bajo su mandato, ha sido en defensa de su país en contra de todos aquellos que traicionan la nación y destruyen día a día cada rincón del país. De otro modo, denomina la actual situación como una lucha entre “el pueblo y los asesinos y criminales, entre la seguridad del Estado y el terrorismo de Estado". Por otra parte, presentó lo que llamó iniciativa de varias etapas para detener el conflicto en su país.

También explicó claramente que no se trata de una lucha entre el gobierno y oposición sino que se trata de “una lucha perpetrada por los enemigos cuyos objetivos son los mismos que anhelan las fuerzas del exterior que prestan ayudas a estos grupos de terroristas”. Al-Asad pretende que el mundo pienso que todo lo que ha acaecido en Siria en estos 22 meses no se trata de una simple revolución inocente que se ha ido originando en el seno de la sociedad siria sino que ha sido fruto de una supuesta conspiración por parte de otros países que actúan de este modo a favor de sus propios intereses. Realmente a estas alturas, tras la muerte de miles de inocentes civiles, de una destrucción casi íntegra del país, de una intensa lucha por el poder entre todas las entes participativas en el conflicto, ¿pretende el Sr. Al-Asad que nos creamos su teoría conspiratoria? ¿Por qué reaparece en este preciso momento? ¿Por qué esa desafiante actitud? ¿Por qué un discurso persuasivo y su vez reiterativo? Estas y más preguntas nos plantearíamos, sin embargo, si vagamos profundamente en el tema, pocas explicaciones habría a todas estas cuestiones.

Por otro lado, Al-Asad en su discurso habla de pandas adiestradas llegadas de países como Afganistán que han penetrado en todos los puntos conflictivos del país incurriendo en actos vandálicos, asesinando sin piedad a muchas personas, denominando así su actuación como “una guerra santa”. De forma disimulada acusó a Estados de la región y en concreto a países vecinos como cómplices de todos los actos terroristas que se han cometido en el país en todos estos meses, lo que ha ocasionado una situación de profundo caos y grandes pérdidas humanas y materiales.

La solución que plantea Al-Asad sería basada en varias etapas, empezando en primera instancia en un compromiso de los Estados colaboradores con los grupos “terroristas” a dejar de suministrar armamento con el fin de facilitar el regreso de todas aquellas personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares y desplazarse a países vecinos, asegurando de esta manera un rotundo control de sus respectivas fronteras. Por su parte, Al-Asad agradeció a los países que se negaron en más de una ocasión a intervenir en los asuntos internos del país, especialmente a países como Rusia, China e Irán. Señaló que su gobierno estaría dispuesto a mantener contacto con todos los espectros políticos gestionando así un diálogo abierto entre todas las partes interesadas para concluir con una solución a esta crisis política. También pidió al gobierno en la siguiente fase de diálogo nacional, que se base en una carta nacional en la cual se afirme la soberanía de Siria, su independencia así como su integridad territorial. De acuerdo a lo mencionado, el gobierno sería formado por los distintos componentes del pueblo sirio aplicándose así la Carta y la Constitución que se aprobaría una vez que se hiciera un referéndum. El nuevo gobierno será formado por una amnistía general garantizando así los derechos civiles, así como una rehabilitación de toda la infraestructura destruida en los últimos meses.

En el mismo discurso televisado, Al-Assad hico hincapié en que cualquier iniciativa externa para resolver el conflicto en Siria, debe ser compatible con el plan planteado previamente. Finalmente dejó claro que no se trata de una “transición” en todo sentido de la palabra, afirmando “¿Transición de qué a qué?”. Se trata por tanto, de una transición de la inestabilidad a la estabilidad.

Un discurso, que duró casi una hora y en cual fue interrumpido en más de una ocasión por los presentes bajo voces que gritaban: “Alá, Siria, Bashar y nada más”, el “presidente” ha sido muy claro transmitiendo su mensaje. Sin embargo, sin duda alguna se trata de un absurdo desafío a su pueblo que ha sufrido de primera mano tristes masacres así como su imagen en el exterior que ha caído en picado desde los comienzos de la revolución en Siria en los que se ha ido observando la fatalidad y la mano dura que ha mantenido el régimen de Bashar desde el primer momento. Ello no significa que la oposición no esté cometiendo crímenes y actos violentos. La negativa de Al-Asad a dejar el poder y dar paso a una real transición no ayuda mucho a la mejora de la situación de la zona sino que alimenta día tras día un ambiente de odio, rencor y aumento de violencia. Por ello, me pregunto ¿Qué será de Siria en unos meses? ¿Caerá en los próximos meses Al-Asad? ¿Habrá consenso entre todos los entes nacionales e internacionales?

Absurdo desafío