miércoles. 24.04.2024
Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe
Juan Manuel Santos (i) y Álvaro Uribe.

En los primeros seis meses de este año las FARC llevaron a cabo 1.115 acciones armadasEl presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, que el próximo mes de agosto cumplirá un año en el palacio de Nariño, sostiene que las operaciones militares contra las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), han permitido entrar “en lo más profundo de sus retaguardias, donde nunca un soldado había puesto sus botas”. Al inaugurar el nuevo período legislativo, alabó lo hecho por su antecesor, Álvaro Uribe, entre 2002 y 2010, afirmando que la transformación que se produjo en el país, “que cambió la vida a los colombianos y nos volvió un país atractivo para el turismo y la inversión, está fundada en los logros de la Seguridad Democrática del presidente Uribe”.

Después de su discurso, se conocería la caída del encargado de las finanzas del bloque oriental de las FARC, conocido con los alias de “Diomedes” y “El Gato”, que habría sido, además mano derecha del abatido “Mono Jojoy”.

Pero algunas cifras desmienten en parte el optimismo del presidente colombiano, que como ministro de Defensa de Uribe tuvo un destacado protagonismo en la política contra las FARC del anterior gobierno. En los primeros seis meses de este año las FARC llevaron a cabo 1.115 acciones armadas, lo que representa algo más de un 10% respecto al mismo período del año anterior. Las cifras están incluidas en un estudio de la ONG Corporación Nuevo Arco Iris, que habla de una nueva estrategia y táctica militar de los insurgentes, bautizada como “Plan 2010”, y que está basada en la descentralización, la movilidad de pequeños grupos en Unidades Tácticas de combate y nuevos métodos de guerra.

Hubo una sobrevaloración de los éxitos conseguidos en 2008 por el ejército, cuando anunciaron triunfalmente que las FARC estarían prácticamente liquidadas en el plazo de uno o dos años. Esta optimista proyección se hacía después de las importantes bajas sufridas por la guerrilla en un pequeño lapso de tiempo. En primer lugar, la muerte (1 de marzo de 2008) de Raúl Reyes y la captura de su computadora con importante información, tras el ataque del ejército a un campamento situado en territorio de Ecuador. Reyes, teórico número 2 de la organización, era además el cerebro de la importante red de contactos y financiación que las FARC habían tejido en todo el mundo. 

Solo dos días después de la muerte de Reyes se produjo la baja de Iván Ríos, el miembro más joven del secretariado, y aparentemente el más ortodoxo y radical, que fue ultimado por su propio jefe de seguridad. Era el protegido de Fernando Cano, el actual máximo dirigente de las FARC.

En el mes de mayo de ese mismo 2008 se conoció la noticia de la muerte, esta vez por causas naturales, del histórico líder y fundador de las FARC, Manuel Marulanda, alias 'Tirofijo'. Para la revista colombiana Cambio, estas muertes fueron el más duro revés sufrido por la organización guerrillera en 40 años. Y después, en octubre del 2010, vendría la muerte de Víctor Julio Suárez, conocido con el alias del 'Mono Jojoy', jefe militar y número 2 de la organización. 

Estas caídas fueron muy importantes, junto con la estrategia de expulsar a la guerrilla de los grandes centros de población y producción. Pero el estudio de la Corporación Nuevo Arco Iris pone en entredicho el entusiasmo que se mostró en la última parte del gobierno de Uribe. “La nueva estrategia de las FARC, de campos minados y francotiradores, ha afectado los operativos militares por tierra. En algunas zonas, la población no ha sentido cambios significativos con el proceso de desmovilización paramilitar y, otra vez, se empiezan a manifestar nexos entre líderes políticos y miembros de la Fuerza Pública con grupos neoparamilitares o bandas criminales, lo que crea desconfianzas en la acción del Estado, dándole alas a las guerrillas”, dice el estudio.

Este aumento de la actividad no tendría que ver con el cambio de gobierno y la llegada de Juan Manuel Santos a la presidencia. De hecho desde hace ya dos años se viene manifestando esta tendencia. La conclusión de este estudio es que el incremento paulatino de las acciones de las FARC estaría más asociada a un plan de reestructuración que inició su nuevo jefe máximo, Alfonso Cano, y no a la supuesta debilidad del presidente Santos.

La investigación de Nuevo Arco Iris señala que las acciones de las FARC están caracterizadas por los golpes de mano, por la movilidad y por eludir choques prolongados. Esta nueva estrategia ha traído consigo el uso masivo de minas antipersonal, la utilización de francotiradores y, sobre todo desde 2010, el aumento acelerado de los hostigamientos como táctica militar.

El nuevo jefe de las FARC, Alfonso Cano, es calificado como ideológicamente dogmático y señala que a diferencia de Marulanda y el Mono Jojoy, parece un ermitaño, se mueve con pocos hombres, no permanece más de dos días en el mismo campamento, parece un hombre invisible, habla poco y fuma mucho. 

León Valencia, director de la Corporación Nuevo Arco Iris, dijo al diario colombiano El País, de Cali, que el suroccidente del país es el nuevo centro de operaciones de las FARC. Y que Cali es ahora la ciudad más importante para los insurgentes, después de su fracaso de tomar Bogotá. “Ya es hora de que se reconozca que el fin de las FARC no está cerca y, al contrario, está reacomodándose”, fue una de sus conclusiones. 

A un año de gobierno de Juan Manuel Santos, las FARC se muestran más activas