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¿Tenían que morir tantas vidas para darse cuenta que las leyes estaban mal dadas?

Esa es la pregunta que se hace la líder indigenista, Daysi Zapata, tras conocer que el Gobierno peruano ha decidido derogar dos normas que afectaban a los indígenas de la región. La derogación se produce después de que hayan fallecido 34 personas debido a las manifestaciones y a la violencia ejercida por la policía peruana.
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 16.06.2009

El Gobierno peruano dio marcha atrás en la crisis con las comunidades amazónicas al anunciar este lunes un proyecto para derogar definitivamente dos de las controvertidas leyes de la selva, que generaron los violentos enfrentamientos que dejaron 34 muertos hace diez días.

En una reunión de trabajo con líderes selváticos en la región Junín, el presidente del Consejo de Ministros, Yehude Simon, aseguró que no defraudarán a los pueblos indígenas porque "los compromisos se cumplirán".

Simon firmó un acta de entendimiento con los representantes de 390 comunidades indígenas en la que se compromete a proponer este martes al Congreso, a través de un proyecto de ley, la derogatoria de los decretos legislativos 1090 y 1064, conocidos como las leyes de la selva.

Ambos decretos regulan el uso y explotación de los recursos hídricos y naturales de la selva, incluidos los recursos gasísticos, petroleros y madereros, y son contestados por los movimientos indígenas por su contenido supuestamente lesivo para ellos y porque, aseguran, no se respetan los mecanismos de consulta legales.

DIÁLOGO

El primer ministro destacó los resultados del diálogo "con los verdaderos representantes de los nativos, con los "Apus", con la gente que tiene la voluntad real de solucionar sus problemas". El resto de leyes en disputa (ocho en total) serán evaluadas por el Grupo Nacional de Coordinación para el Desarrollo de los Pueblos Amazónicos que se instalará el martes en Lima.

En el acta se acordó que las comunidades nativas levantarán el bloqueo de la carretera La Merced-La Oroya-Lima (nudo vital del país) por un lapso de cuatro horas diarias, hasta que se deroguen definitivamente los decretos legislativos. El estado de emergencia en la región Amazonas, donde murieron 24 policías y diez civiles, se levantará, agregó Simon.

El alcalde de la provincia de Bagua, en Amazonas, Luis Núñez Terán, que participa en la reunión con Simon, dijo que la petición de derogatoria de las normas abre el camino a "un mejor diálogo" con los aborígenes. "Ya hay un clima de pacificación en Bagua, pero había mucha preocupación por la posible continuidad del estado de emergencia y del toque de queda", dijo el alcalde a la agencia estatal Andina.

34 MUERTES A CAMBIO DE DOS LEYES

No obstante, la presidenta de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), organización amazónica que encabezó las protestas, Daysi Zapata, expresó sus dudas sobre las palabras de Simon. "¿Tantas vidas tenían que morir para que el Gobierno se dé cuenta de que las leyes estaban mal dadas?", se preguntó Zapata en un comunicado.

Por su parte, el Partido Nacionalista Peruano, que apoyó a los pueblos indígenas en sus reclamos y protestó airadamente contra las leyes de la selva, saludó que se haya dado "marcha atrás".

El portavoz nacionalista, Freddy Otárola, expresó su esperanza en que la presidencia del Congreso, que ocupa el oficialista Luis Velásquez, tenga el mismo tono dialogante que el primer ministro. "Esperemos que esto traiga paz a todos los peruanos y que verdaderamente se legisle con los amazónicos y con las comunidades", declaró Otárola al Canal N.

En ese contexto arribará el martes a Lima el relator especial de la ONU para los Pueblos Indígenas, James J. Lenoir Anaya, por invitación del Gobierno peruano, según informó el canciller, José Antonio García Belaúnde. Su agenda, aún no definida, incluirá una visita a Bagua, epicentro de los disturbios.

MARCHA SOLIDARIA

La tensión persiste en la andina ciudad de Andahuaylas, donde representantes de la Defensoría del Pueblo, la Iglesia católica y la municipalidad intentan disuadir a los dirigentes gremiales que acatan un paro indefinido desde el viernes pasado.

El aeropuerto de Huancabamba, cerca de Andahuaylas, está cerrado por la presencia de manifestantes, el tránsito de vehículos es restringido y los comercios atienden a puerta cerrada.

A diferencia de Andahuaylas, estudiantes de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga y el Frente de Defensa de Ayacucho marcharon pacíficamente por las calles de la ciudad del mismo nombre en solidaridad con la protesta amazónica.

¿Tenían que morir tantas vidas para darse cuenta que las leyes estaban mal...