viernes. 26.04.2024

¿Quién confía en el G-20?

AGNESE MARRA
Los mandatarios van llegando a cuenta gotas. Esta noche es la cena inaugural de los que algunos como Gordon Brown han calificado como "el más grande desafío al que se enfrenta el planeta”. Sus homólogos de Francia Alemania no piensan lo mismo. Mientras, Obama descarta fracturas y pide a gritos unidad.
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Enfrentamientos y ataques a entidades financieras
Pese a que las protestas han comenzado de forma pacífica, se han ido recrudeciendo a medida que los manifestantes se aproximaban a la City y concretamente a algunos de los bancos que han tenido que ser rescatados por el Estado.
NUEVATRIBUNA.ES - 1.4.2009

Palabras como ‘regulación’ o ‘confianza’ se repiten desvergonzadamente en la semana previa a la cumbre del G-20, o como diría Gordon Brown, con su presidencia tambaleándose: "El más grande desafío al que se enfrenta el planeta”.

Estas frases son buenas declaraciones para cualquier medio de comunicación, sin embargo su vaguedad, inconsciencia y demagogia pueden herir el oído de más de uno. ¿El G-20 es la solución a la crisis? ¿No era la Cumbre de Washington del pasado mes de noviembre en la que se iba a encontrar un nuevo modelo económico? ¿Una reunión en la que se encontrarán las pautas para luchar contra la recesión? ¿Realmente son pautas pensadas o son improvisaciones apresuradas que se van adaptando a las catástrofes diarias que escupe esta crisis?

Seguir hablando del G-20 como la panacea de la crisis económica es más que aventurado, por no utilizar otros términos. Barack Obama aterrizaba ayer en Londres con sus deberes hechos y con un mensaje de “esperanza y unidad” que como mínimo se puede calificar de “ingenuo”. Su homólogo británico asiente las palabras del estadounidense y añade: "Debemos pasar este test, son grandes días de negociación los que tenemos por delante, no será fácil, pero por las conversaciones mantenidas sé que el mundo quiere unirse y que llegaremos a un acuerdo para ponernos de parte del crecimiento".

LOS DOS BANDOS DEL G-20

No está claro que el mundo quiera unirse, pero todos pueden estar de acuerdo en superar este tsunami económico. No son meras suposiciones. En las últimas semanas se han escuchado declaraciones de líderes europeos como Nicolas Sarkozy o Angela Merkel, con criterios muy alejados de Estados Unidos o Reino Unido. En la cena inaugural de esta noche será fácil ver dos bandos claramente diferenciados.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, advirtió esta mañana que no se asociará a la cumbre del G20 si la reunión se culmina con "un comunicado de falsos compromisos" que no aborde las soluciones para salir de la crisis económica. Estas declaraciones poco tienen que ver con los mensajes de unidad de la que tanto habla el bloque anglosajón (Estados Unidos y Reino Unido). Pero si después Sarkozy añade que "la política de la silla vacía marcaría un fracaso, que sería el de la cumbre ", las grandes soluciones del G-20 se desmoronan.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha sido la primera en informar que Alemania no está dispuesta a aumentar el gasto fiscal para quebrar la recesión porque “ya se ha estimulado suficientemente la economía alemana con dos planes que suman 81.000 millones de euros”, ha explicado Merkel. Sarkozy apoya esta teoría y hoy ha querido recordar que Alemania y Francia “están en la misma longitud de onda" para llevar a la cumbre una visión europea. "Queremos un capitalismo de empresarios, no de especuladores", dijo.

Merkel y Sarkozy también coinciden en una visión más escéptica (o realista) de las soluciones de la Cumbre: "Hablamos de construir una nueva arquitectura para el mercado financiero internacional y no podremos conseguir ésto en Londres", declaró hoy Merkel en una entrevista para el Financial Times.

El bloque anglosajón que se caracteriza por un optimismo generalizado, hoy ha mostrado comprensión ante el "escepticismo sano de los contribuyentes" sobre el gasto excesivo de su dinero, "particularmente cuando se percibe que parte del dinero está siendo destinado a otros que son considerados los precipitadores de la crisis", ha declarado Obama desde la capital británica. Aun así el presidente estadounidense ha descartado que se vaya a producir una fractura en las negociaciones entre su país y las principales economías europeas, en concreto Alemania y Francia, informó al Financial Times.

LA ‘MORAL ECONÓMICA’ DE SARKOZY

El mandatario francés, además de mostrar su desconfianza ante la próxima Cumbre también ha dejado clara su postura ante las posibles soluciones de la crisis. En su opinión, para que la situación económica mejore es necesario recuperar la confianza y para ello serán necesarias "reglas claras" en un sistema financiero "totalmente desregulado", que debería ser objeto prioritario de los debates en Londres.

"Si no se pone un poco de moral, de reglamentación, un poco de orden en un sistema financiero totalmente desregulado que camina cabeza abajo no tenemos ninguna posibilidad de restablecer la confianza y la situación económica", alertó el presidente galo.

En cuanto a las posibilidades de lograr un acuerdo, Sarkozy explicó que los "sherpas" económicos han trabajado toda la noche en la elaboración de un comunicado bajo la presidencia británica pero que en este momento "ningún acuerdo está estabilizado".

Así pues, en la cena de Jefes de Estado y de Gobierno con la que comienza esta noche en Londres la reunión todavía habrá que negociar: "Y sé por experiencia que habrá que luchar hasta el último minuto", ha declarado Sarkozy. Así comienza la Cumbre del G-20, y nuestra ‘confianza’ en ella.

¿Quién confía en el G-20?