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¿Prenderá Al Qaeda en Yemen la mecha de la guerra que viene?

Occidente toma medidas ante la posibilidad de que la organización terrorista lleva a cabo un atentado contra un objetivo de Saná, la capital de Yemen, materializando así lo que no consiguió el pasado 25 de diciembre. Mientras EEUU ha anunciado el cierre de su embajada, España y Reino Unidos han tomado nota de la medida y sus legaciones diplomáticas en la capital yemení han extremado las precauciones.
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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 3.12.2010

Aunque en un primer momento se habló de cierre, el Ministerio español de Asuntos Exteriores ha confirmado que la embajada continúa "abierta y operativa", aunque se han restringido los accesos a la misma. Estados Unidos anunció este domingo el cirre de la suya ante las continuas amenazas de Al Qaeda en la Península Arábiga y después de que John Brennan, asesor adjunto de Seguridad Nacional de Barack Obama, asegurara en un programa de la CNN que "existen indicios" de que Al Qaeda está planeando un atentado contra "un objetivo en Saná".

Todos los movimientos que se han producido en las últimas horas parecen ir encaminados a que Yemen se convierta en un "campo de batalla clave", como lo llamó recientemente en el Congreso el propio director del Centro Nacional contra el Terrorismo, Mike Leiter, tras describir a ese país de la Península Arábiga como "una base regional para las operaciones de Al Qaeda, desde donde se pueden planear ataques y entrenar a militantes".

En definitiva, Leiter coincide con lo dicho por el senador y ex candidato a la vicepresidencia Joe Liberman, que hace poco regresó de un viaje a Saná: "Funcionarios de nuestra embajada allá fueron claros. Si Irak fue la guerra del pasado, y Afganistán la de hoy, Yemen, si no actuamos ya, será la guerra de mañana".

Este sábado, el jefe del Mando Conjunto Central del Ejército de EE UU, general David Petraeus, llegó a Yemen para reunirse con las autoridades del país, un día después de que anunciara su intención de reforzar la asistencia militar al Gobierno de Saná. Además, el presidente de EE UU, Barack Obama, atribuyó a la rama yemení de Al Qaeda el intento del joven nigeriano de detonar explosivos a bordo de un avión comercial el pasado día de Navidad. Poco después, el Reino Unido y Estados Unidos acordaban financiar una unidad antiterrorista en Yemen, como respuesta al intento de atentado perpetrado por Umar Farouk Abdulmutallab.

Un portavoz de Downing Street ha señalado que Gordon Brown y Obama han hablado por teléfono varias veces desde el atentando frustrado y han decidido aumentar la cooperación entre ambos países para combatir el extremismo. Además de impulsar la unidad antiterrorista en Yemen, también se apoyará el servicio de guardacostas del país y se pedirá al Consejo de Seguridad de la ONU que aumente sus fuerzas de paz en Somalia.

Brown ha convocado además, con apoyo de Washington y la Unión Europea, una cumbre global para tratar la radicalización en Yemen que se celebrará el 28 de enero en Londres, en paralelo a la que tendrá lugar ese mismo día sobre el conflicto en Afganistán. El primer ministro británico precisó en su página web que, entre otros países clave, quiere atraer a la reunión a Arabia Saudí y los Emiratos Árabes.

En realidad, tanto Estados Unidos como como Arabia Saudí llevan años respaldando a las autoridades de Yemen en la lucha contra el terrorismo. De acuerdo con el presupuesto del 2009, Washington invirtió unos 67 millones de dólares en recursos en inteligencia. Pero se cree que la cantidad es mucho mayor ya que incluye la financiación de operaciones encubiertas de la CIA y Fuerzas Especiales. De hecho, y de acuerdo con la versión de Al Qaeda en la Península Arábiga, el atentado contra el avión de NorthWest se produjo en represalia por un bombardeo estadounidense contra uno de sus campamentos en Yemen, hace dos semanas, en el que habrían muerto al menos 30 militantes.

Todos los pronósticos coinciden en que EEUU dedicará ahora más recursos a neutralizar esta nueva amenaza antes de que se salga de control. También aumenta las voces que critican la falta de una postura más clara y firma ante el gobierno en Saná. Y no falta quien reclame medidas más contundentes. De todas formas, no parece que Washington quiera abrir una tercer frente de guerra, tras Irak y Afganistán, al menos hasta que Al Qaeda le dé el pretexto para hacerlo, llevando a cabo un atentado como el que intentó el pasado 25 de diciembre. De ahí, las medidas de precaución que están adoptando todos los gobiernos occidentales con presencia diplomática en la capital yemení.

Un dato irónico en todo este asunto es que el presunto líder de Al Qaeda en la península, Said al-Shihri, fue prisionero en Guantánamo (Cuba) durante seis años tras su captura en Pakistán en el 2001 por sus supuestos vínculos con Al Qaeda. En noviembre del 2007 EEUU lo entregó a autoridades saudíes que, luego de someterlo a un breve programa de rehabilitación, decidió liberarlo. A los pocos meses, cruzó la frontera hacia Yemen y se reintegró al grupo.

¿Prenderá Al Qaeda en Yemen la mecha de la guerra que viene?