jueves. 25.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 29.5.2009

La fase final de la guerra civil de Sri Lanka dejó un balance de más de 20.000 civiles muertos, la mayoría de ellos a causa de los bombardeos de la artillería del Ejército, según revela una investigación efectuada por el diario británico "The Times". Estas cifras triplican las anunciadas oficialmente hasta la fecha.

Las autoridades de Sri Lanka han insistido en que sus fuerzas dejaron de utilizar su armamento pesado el 27 de abril y respetaron la llamada Zona de No Combates en la que se refugiaban alrededor de 100.000 mujeres, hombres y niños de la etnia tamil. Según Colombo, todas las muertes de civiles fueron causadas por los rebeldes de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE). No obstante, según el rotativo, las fotografías aéreas, los documentos oficiales, los testimonios personales y los análisis de expertos "ofrecen una historia diferente".

Después de prohibir el acceso a periodistas y a organizaciones humanitarias a la zona del frente, el Ejército lanzó a finales de abril una feroz ofensiva final que concluyó tres semanas más tarde con la derrota definitiva de los Tigres Tamiles y el final de 26 años de guerra civil.

Documentos confidenciales adquiridos por "The Times" revelan que hasta finales de abril se había registrado la muerte de 7.000 civiles en la Zona de No Combates. Según las mismas fuentes, el balance fue aumentando en las fechas posteriores, a razón de mil civiles muertos cada día hasta el 19 de mayo, un día después de que se anunciara la muerte del líder y fundador del LTTE, Velupillai Prabhakaran.

Estas cifras coinciden con las ofrecidas a "The Times" por el padre Amalraj, un sacerdote católico que huyó de la Zona de No Combates el 16 de mayo y está internado en la actualidad junto a otros 200.000 supervivientes en el campo de refugiados de Manik Farm. Todos estos datos elevarían el balance de civiles muertos a más de 20.000.

El diario británico se hizo con algunas fotografías aéreas de la zona que reflejan --según se aprecia en el vídeo colgado en su página de Internet-- la absoluta devastación del mísero campo de refugiados de la Zona de No Combates. En uno de los extremos de las imágenes se aprecian pequeños montones de arena que corresponden a cementerios improvisados. Otra fotografía muestra un cementerio militar más ordenado, que parece albergar los restos de cientos de rebeldes. Otra de las imágenes revela que las posiciones de tiro de los Tigres Tamiles se encontraban justo al lado del campamento de refugiados.

Varios expertos independientes que analizaron las fotografías facilitadas por "The Times" explicaron que tanto la posición del Ejército como de los rebeldes, por un lado, y la estrechez del terreno, por otra, dan a entender que es improbable que hayan sido los morteros de los Tigres Tamiles los causantes de la devastación y del alto número de muertos. "Por lo que parece, lo más probable es que el Ejército localizara las posiciones de tiro (de los rebeldes) y las convirtiera en objetivo de sus ataques aéreos y de sus morteros", declaró Charles Heyman, director de la revista "Armed Forces of the UK".

Un portavoz de la Alta Comisión de Sri Lanka en Londres declaró al diario: "Rechazamos todas estas acusaciones. Los civiles no murieron a causa de los bombardeos del Gobierno. Si hubo muertos de civiles ha sido a causa de las acciones de los Tigres Tamiles, que disparaban y mataban a las personas que intentaban escapar".

EL CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS

El pasado miércoles, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU eximió de responsabilidad alguna a Sri Lanka en la muerte de civiles, a petición de varios aliados de Colombo, como China, Egipto, India y Cuba.

Al respecto, la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) lamentó que la resolución aprobada en Ginebra por el Consejo hubiera "ignorado" la petición de la propia alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, en favor de una investigación internacional sobre los abusos cometidos durante la reciente ofensiva militar en Sri Lanka y, en lugar de ello, haya reafirmado "el principio de no interferencia en la jurisdicción interna de los Estados".

Concretamente, fue aprobada una resolución --con 29 votos a favor, doce en contra y seis abstenciones-- "en la que se elogia ampliamente al Gobierno de Sri Lanka por su actual política y no se tratan las serias acusaciones de violaciones de Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario por parte de las fuerzas gubernamentales, centrándose sólo en los abusos cometidos por los LTTE", denunció HRW.

¿Ofensiva final o solución final?