viernes. 29.03.2024
ELECCIONES BRASILEÑAS

"Falsedades y mentiras a la desesperada"

Así ha definido Dilma Rousseff, candidata por el Partido de los Trabajadores (PT, en el gobierno) a la presidencia de Brasil, la feroz campaña de desprestigio que ha emprendido la oposición ante las excelentes perspectivas que le otorgan los sondeos de cara a las elecciones del 3 de octubre. Todo apunta aque será elegida en primera vuelta.
NUEVATRIBUNA.ES - 24.9.2010

Todavía no se ha secado la tinta de los periódicos y revistas que divulgaron el tráfico de influencia de la ex ministra de la Presidencia de Lula, Erenice Guerra, cuando el diario O Estado de Sao Paulo revela una nueva denuncia de ese tipo. Esta vez, responsabilizan al ministro de Comunicación Social, Franklin Martins. El ministro es además Presidente de la Junta Directiva Nacional de la Empresa Brasil en Comunicaciones (EBC), que supuestamente benefició el 30 de diciembre de 2009 en una licitación a la compañía Telnet Comercio y Servicios S.A., en la cual su hijo tiene participación. El ministro Martins asegura que su hijo "no tuvo ningún efecto sobre el resultado de la oferta en cuestión" y que más bien la decisión se debió a que "esta compañía ofreció precios más bajos en las operaciones electrónicas".

Para Dilma Rousseff, estas acusaciones responden al intento de crear un clima de odio en Brasil: "Antes, combatimos el miedo que ellos intentaron crear en las personas de votar por el presidente Lula, ahora vamos a combatir el odio que destilan".

El secretario de Comunicaciones del Partido de los Trabajadores (PT), André Vargas, ha señalado directamente a la prensa brasileña afirmando que hay sectores que realizan una "prédica golpista" para debilitar al gobierno del presidente Luiz Lula da Silva y afectar a la candidata a sucederle, Dilma Rousseff: "Hay un actitud, una prédica golpista en algunos medios, esto está muy claro, si uno los lee ve esto sin disimulo en sus opiniones, en cómo manipulan informaciones para causar efectos negativos en Dilma", ha declarado Vargas en una entrevista con ANSA.

Según el secretario de Comunicaciones algunos medios de Brasil actúan "como partidos": "En estas elecciones hay un partido que se esconde bajo una aparente neutralidad, pero ha perdido credibilidad, muchas personas ya saben que existe el partido que forman algunos medios". Ha hecho notar que "no se puede hablar de imparcialidad cuando hay tanta insistencia en informar o inventar historias" contra la candidata oficialista en los comicios del 3 de octubre. Pero, a pesar de todo, ha defendido que "nosotros no vamos a impedir que la prensa diga lo que quiera, lo que vamos a exigir es tener derecho a decir nuestra palabra" y ha añadido que para la vieja prensa la libertad es sólo de ella, mientras que cuando otros la reclaman ella se considera ofendida, amenazada".

Sea como fuere, los escándalos han empezado a hacer mella en la candidata aunque no tanto como para que no pueda ser elegida en primera vuelta, que es la previsión que se baraja. De acuerdo con la última encuesta de Datafolha, la aspirante petista tiene 49 por ciento de la intención de voto de los electores, frente al 28 por ciento de su principal adversario, José Serra, aspirante por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSD. Rousseff habría perdido dos puntos respect a una encuesta anterior de Vox Populi que le daba un 51 por ciento del respaldo popular, frente al 24 por ciento que obtendría Serra.

Con la encuesta en la mano, la candidata ha participado en un aco electoral en el que ha apuntado que su adversario -sin mencionar a José Serra- vive sólo de promesas. Rousseff ha recirdado que cuando la oposición estuvo en el gobierno no creó programas sociales como Bolsa Familia para ayudar a núcleos familiares pobres ni aumentó el salario mínimo.

En el acto, en el cual ha participado el líder histórico del PT, Luiz Inácio Lula da Silva, Dilma ha subrayado que "hoy, cerca de las elecciones, van y prometen mundos y fondos pensando que el pueblo es tonto". Lula, por su parte, ha arremetido contra el acoso que está sufriendo su Gobierno al sostener que ahora los opositores están inventado el discurso de que el PT amenaza a la democracia y ha ironizado que "ellos son los demócratas, los dueños del ingenio son demócratas y los residentes en los bateyes (el hogar de personas que trabajaban en los cultivos de caña de azúcar que se caracteriza por las condiciones de vida que están por debajo del estándar) están contra la democracia".

El presidente brasileño -que ocupa el cargo desde 2003 y que concluye su mandato en diciembre- ha contrastado su modelo de gobierno con el proyecto de privatización de la oposición y ha mencionado los altos índices de su gestión, cercano al 80 por ciento de aprobación. Lula extrae una conclusión muy clara: "Normalmente alguien gana las elecciones y cuando pasa el tiempo, el pueblo comienza a escribir: fuera fulano, fuera mengano. Estoy en el octavo año de gobierno y soy el presidente mejor evaluado de la historia de este país".

"Falsedades y mentiras a la desesperada"