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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 20.10.2010

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha enviado a la policía para desbloquear los depósitos de combustible "a fin de restablecer lo antes posible una situación normal" en el país, afectado por las huelgas y protestas contra la reforma del sistema de pensiones, según ha informado el Elíseo este miércoles en un comunicado. "Llevaré a término la reforma de las pensiones porque mi deber como jefe de Estado es garantizar a los franceses que ellos y sus hijos podrán contar con una jubilación y que el nivel de las pensiones se mantendrá", afirma Sarkozy en la nota.

Sarkozy, que ha reconocido que es "una reforma difícil", ha subrayado que tanto él como su Gobierno se han mostrado "atentos a todas las propuestas, principalmente las de los agentes sociales". Asimismo ha hecho hincapié en que aunque "es normal que en una democracia cada uno pueda expresar su inquietud o su oposición", hay ciertos límites "que no deben franquearse y mi deber es garantizar el respeto del orden republicano al servicio de todos los franceses".

"Para millones de nuestros conciudadanos, los transportes constituyen una cuestión vital", así pues, esto constituye una "libertad fundamental", ha señalado el mandatario galo. Sin embargo, "estos últimos días muchos franceses han visto su vida cotidiana perturbada por problemas de aprovisionamiento que han afectado a una parte de las estaciones de servicio", ha lamentado. Así pues, el presidente francés ha informado de que el jueves dio "instrucciones para desbloquear la totalidad de los depósitos de carburante con el fin de restablecer cuanto antes una situación de normalidad".

El presidente francés no se deja impresionar por las movilizaciones contra la reforma que ayer sacaron a la calle a 3,5 millones de personas, aunque el Gobierno rebaja la cifra a algo más de un millón. Y eso que un sondeo del Instituto BVA revela un nuevo desplome de su popularidad: el 70% de los franceses tiene una mala opinión de él. Ayer mismo, Sarkozy, que se reunió en Deauville con sus homólogos de Rusia y Alemania, recibió el apoyo de la canciller germana, Angela Merkel. "Creo que la población alemana y la francesa no podrán evitar enfrentarse a la verdad. Y la verdad es que la gente vive más", dijo Merkel. El gobierno alemán aprobó en la pasada legislación el retraso progresivo de la edad de jubilación hasta los 67 años.

Entretanto, el fuerte aumento de la adhesión de los estudiantes a la protesta ha provocado que la prensa gala hable ya de una verdadera guerrilla urbana y que la ministra de Justicia, Michèle Alliot-Marie, quien pretende emplear toda la fuerza de la ley contra ellos, haya dicho que "es un verdadero problema. Tan pronto como hay manifestaciones y hay jóvenes, se mezclan con ellos pequeños grupos que sólo quieren armar escándalo". Los estudiantes insisten en que su participación en las movilizaciones, en la víspera de que el Senado francés vote hoy o mañana la controvertida reforma de pensiones en su totalidad, tiene como objetivo la lucha contra la injusticia social.

Lo cierto es que con estudiantes o sin ellos, cientos de miles de franceses han marchado en cada una de las seis jornadas de protesta organizadas desde septiembre contra la reforma de las pensiones. Las encuestas sugieren que una amplia mayoría de los franceses respalda las protestas y casi tres de cada cuatro quiere que el gobierno de marcha atrás con la reforma. Francia, un país con fuerte tradición de protesta callejera y sensibilidad por los derechos laborales, está viviendo ahora los choques entre manifestantes y policías que ocurrieron en Grecia a principios de año.

"Al infierno con la deuda nacional. ¡No les demos nada, nos importa un comino el...