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25 de julio de 2009, 14:37
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 25.7.2009
Zelaya reconoció que había contactado con asesores del Gobierno "de facto" de Roberto Micheletti para tratar de hallar una solución a la crisis constitucional en la que se encuentra sumergida Honduras tras el golpe del 28 de junio que le apartó del poder.
Sus seguidores, que le acompañaron en la fugaz visita a Honduras para protegerle de las medidas de seguridad que amenazaban con detenerle, le pidieron que se adentrara en el país, pero decidió regresar con el fin de "no provocar a los militares y policías hondureños armados" que le esperaban en la vigilancia del puesto fronterizo. El derrocado mandatario tiene en su contra varias órdenes de arresto por presuntos delitos cometidos en su gestión, como es traición a la patria, entre otros.
En declaraciones a la agencia Notimex recogidas por Europa Press, Zelaya reveló que había iniciado contactos con asesores Micheletti, porque ninguna de los dos partes puede gobernar con plenitud. "He tenido tres llamadas con sus asesores para tratar de resolver la crisis, pero no quiero arriesgarme a actos de violencia". "Tengo claro que se pueden producir enfrentamientos y no quiero ser la causa", manifestó.
Zelaya recordó que Micheletti "no puede gobernar contra el pueblo y contra un presidente exiliado" aunque reconoció que él tampoco podría hacerlo sin un acuerdo con las Fuerzas Armadas. Lo mejor es llegar a un entendimiento con el respeto a la voluntad popular soberana".
Al respecto señaló que hará "todo lo que se debe hacer" para tratar de encontrar una solución si bien descartó volver a la mesa de negociación con la mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, porque ese espacio "ya está eliminado después de dos sesiones sin ningún resultado" y enumeró al respecto una serie de alternativas.
OBJETIVO: VOLVER A ENTRAR EN HONDURAS
Así las cosas, Zelaya reorganizará a sus seguidores para intentar volver a pisar suelo hondureño, y así lo confirmó la cadena Telesur que detalló que está esperando que llegue más gente a este lugar de los que han logrado pasar las barreras policiales.
"Zelaya dijo que su familia, que se encuentra en la localidad hondureña de El Paraíso, no ha podido reunirse con él, porque no han podido pasar los retenes de las fuerzas de seguridad, por lo que continuaban su camino hacia la localidad de Las Manos, puesto fronterizo ubicado a unos 240 kilómetros en el norte de Managua.
Según anunció Zelaya, estaba previsto que llegara a este lugar el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, sin embargo, este hecho todavía no se había producido. Los medios especulan con la posibilidad de que el mandatario defenestrado regrese a la cercana ciudad de Ocotal, a unos 25 kilómetros de aquí, donde pasaría la noche del viernes (sabado en España) antes de poner en marcha su presunta marcha hacia Honduras.
El Gobierno "de facto" se pronunció sobre el retorno de Zelaya y manifestó que con su gesto había promovido "la subversión, el baño de sangre y las tropas extranjeras para mancillar la soberanía".
La cancillería interina precisó en un comunicado que el depuesto Zelaya había desatendido "el llamamiento de las instancias internacionales como el Departamento de Estado norteamericano, de otros gobiernos americanos y del mundo que favorecen una solución pacífica a la situación política de Honduras".
Zelaya reconoció que había contactado con asesores del Gobierno "de facto" de Roberto Micheletti para tratar de hallar una solución a la crisis constitucional en la que se encuentra sumergida Honduras tras el golpe del 28 de junio que le apartó del poder.
Sus seguidores, que le acompañaron en la fugaz visita a Honduras para protegerle de las medidas de seguridad que amenazaban con detenerle, le pidieron que se adentrara en el país, pero decidió regresar con el fin de "no provocar a los militares y policías hondureños armados" que le esperaban en la vigilancia del puesto fronterizo. El derrocado mandatario tiene en su contra varias órdenes de arresto por presuntos delitos cometidos en su gestión, como es traición a la patria, entre otros.
En declaraciones a la agencia Notimex recogidas por Europa Press, Zelaya reveló que había iniciado contactos con asesores Micheletti, porque ninguna de los dos partes puede gobernar con plenitud. "He tenido tres llamadas con sus asesores para tratar de resolver la crisis, pero no quiero arriesgarme a actos de violencia". "Tengo claro que se pueden producir enfrentamientos y no quiero ser la causa", manifestó.
Zelaya recordó que Micheletti "no puede gobernar contra el pueblo y contra un presidente exiliado" aunque reconoció que él tampoco podría hacerlo sin un acuerdo con las Fuerzas Armadas. Lo mejor es llegar a un entendimiento con el respeto a la voluntad popular soberana".
Al respecto señaló que hará "todo lo que se debe hacer" para tratar de encontrar una solución si bien descartó volver a la mesa de negociación con la mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, porque ese espacio "ya está eliminado después de dos sesiones sin ningún resultado" y enumeró al respecto una serie de alternativas.
OBJETIVO: VOLVER A ENTRAR EN HONDURAS
Así las cosas, Zelaya reorganizará a sus seguidores para intentar volver a pisar suelo hondureño, y así lo confirmó la cadena Telesur que detalló que está esperando que llegue más gente a este lugar de los que han logrado pasar las barreras policiales.
"Zelaya dijo que su familia, que se encuentra en la localidad hondureña de El Paraíso, no ha podido reunirse con él, porque no han podido pasar los retenes de las fuerzas de seguridad, por lo que continuaban su camino hacia la localidad de Las Manos, puesto fronterizo ubicado a unos 240 kilómetros en el norte de Managua.
Según anunció Zelaya, estaba previsto que llegara a este lugar el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, sin embargo, este hecho todavía no se había producido. Los medios especulan con la posibilidad de que el mandatario defenestrado regrese a la cercana ciudad de Ocotal, a unos 25 kilómetros de aquí, donde pasaría la noche del viernes (sabado en España) antes de poner en marcha su presunta marcha hacia Honduras.
El Gobierno "de facto" se pronunció sobre el retorno de Zelaya y manifestó que con su gesto había promovido "la subversión, el baño de sangre y las tropas extranjeras para mancillar la soberanía".
La cancillería interina precisó en un comunicado que el depuesto Zelaya había desatendido "el llamamiento de las instancias internacionales como el Departamento de Estado norteamericano, de otros gobiernos americanos y del mundo que favorecen una solución pacífica a la situación política de Honduras".
