jueves. 28.03.2024

"Abu Ghraib fue un picnic"

Sodomizados con palos de escoba, violados sistemáticamente, asfixiados con bolsas en la cabeza. Estas son sólo algunas de las brutales torturas que sufrieron alrededor de 500 presos en la cárcel secreta iraquí de Muthanna. Human Rights Watch ha entrevistado a 42 de los detenidos y ha publicado un estremecedor informe en el que detallan las atrocidades.
NUEVATRIBUNA.ES / AGNESE MARRA- 28.04.2010

El horror del ser humano se cuela entre las páginas del informe de Human Rights Watch. Lo que uno piensa que nunca podría suceder, sucede. El infierno más inimaginable está en la mano de unos cuantos descerebrados que gobiernan cárceles injustas, secretas, aterradoras. El documento repite en diversas ocasiones que la tortura dentro de la prisión de Muthanna fue sistemática y brutal por parte de carceleros iraquíes.

"Abu Ghraib fue un picnic" en comparación con esta prisión, ha asegurado el jeque Abdullah Humedi Ajeel al-Yawar, uno de los líderes tribales más influyentes entre los árabes sunitas de la provincia norteña de Nínive, donde la mayoría de los detenidos fueron arrestados por soldados iraquíes bajo la sospecha de que tenían vínculos con la insurgencia, publica el diario The New York Times'.

Human Rights Watch ha tenido acceso a unos 300 hombres que fueron detenidos y trasladados a Muthanna. La ONG dijo que había entrevistado a unos 42 presos que mostraron las cicatrices de las heridas que les provocaron durante su reclusión.

La mayoría revelaron datos tan espantosos como violaciones sistemáticas: fueron sodomizados con palos de escobas y obligados a punta de pistola a mantener relaciones sexuales con sus carceleros y entre los propios reclusos.

Todos coincidieron en asegurar que fueron colgados boca abajo mientras sus carceleros iraquíes les pegaban patadas. Una tortura que tenía lugar antes de ser asfixiados con una bolsa en la cabeza. La tortura continuaba, según sus testimonios, con descargas eléctricas en los genitales y en otras partes del cuerpo.

Estos nuevos informes llegan en un momento de gran delicadeza para el primer ministro iraquí Nuri Al-Maliki, que desde el pasado mes de marzo intenta mantenerse en el poder después de ganar las elecciones por un estrecho margen.

Las revelaciones podrían polarizar aún más a los iraquíes, que todavía intentan cerrar las heridas de la guerra de Irak. El jeque Abdullah Humedi, el líder tribal de Nínive, ha advertido de que detrás de estas torturas se encuentra una lucha tribal que podría sumir al país en un nuevo ciclo de violencia.

AL-MALIKI SE PONE NERVIOSO

Según un informe del Departamento de Estado iraquí, 505 personas sufrieron torturas en las prisiones del país en 2009. Sin embargo, Al-maliki resta importancia a estas revelaciones a las que ha calificado de "mentiras" y de "campaña de desprestigio" contra su Ejecutivo tramada por las embajadas extranjeras y los medios de comunicación. "No hay cárceles secretas en Irak", sentenció el primer ministro.

Al-Maliki ha explicado que la prisión de Muthanna fue en su momento una cárcel de tránsito que se usó en un "periodo específico", y que la mayoría de los presos fueron trasladados en su momento a la cárcel de Rufasa.

Asimismo intentó echar balones fuera asegurando que los presos están influidos por sus líderes tribales que son quienes les incitan a hacer estas acusaciones. Aun así, Maliki ha abierto una investigación y varios de los oficiales de la prisión están siendo interrogados.

"EEUU es el símbolo de la democracia, pero tiene casos como los abusos en Abu Ghraib", dijo Maliki. "El Gobierno estadounidense tomó medidas duras, y nosotros estamos haciendo lo mismo, ¿dónde está el problema?"

Sin embargo, parece que hasta los propios miembros de su Gobierno contradicen sus declaraciones. Wijdan Salim, ministro de derechos humanos, dijo en una entrevista la semana pasada que visitó la prisión secreta después de enterarse de su existencia y que encontró claras evidencias de abusos de atentaban "contra los derechos humanos y la ley".

Entre los casos más terribles se encuentra el de un ex militar iraquí, que utiliza una silla de ruedas y que cuenta con la ciudadanía británica, y que aseguró que fue torturado por 10 personas: 6 soldados y 4 miembros del equipo de investigación.

"Ellos aplicaron electricidad en mi pene y me sodomizaron con un palo", dijo a Human Rights Watch. "Me obligaron a firmar una confesión que no me dejaron leer".

Otro detenido, de 21 años de edad, detenido en su casa en Mosul, en diciembre, dijo que durante una sesión de tortura fue vendado, esposado, desnudado y violado por otro recluso, los guardianes se reían de sus gritos de dolor.

"Abu Ghraib fue un picnic"