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nuevatribuna.es | PD |10.12.2010

Rosa Aguilar se apunta al 30%

La Ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, llegó a Cancún con una propuesta de reducción de emisiones de la Unión Europea en un 30% para 2020, respecto a los niveles de 1990. La acogida ha sido positiva y en algún caso, entusiasta, por parte de las grandes organizaciones ecologistas mundiales. La razón es muy sencilla: en medio de la cicatería, la ambigüedad y las maniobras, más o menos solapadas o a las claras de muchas de las grandes potencias industriales para hacer fracasar esta cumbre, como ya ocurrió con la de Copenhague, escuchar una propuesta valiente, alineada con las demandas básicas del colectivo científico que hace el seguimiento del cambio climático, es un chorro de aire fresco en la cargada atmósfera de las últimas sesiones de la Convención.

España se suma así a la lista de países que, junto a la Comisión Europea, han manifestado que una reducción ambiciosa de las emisiones no solo es necesaria, sino beneficiosa.
"Por fin España ha dado un salto cualitativo hacia adelante. En unas negociaciones donde Europa brillaba por su ausencia como en Copenhague, y la propuesta era demasiado pobre, este gesto, que la sociedad civil reclamaba, es bienvenido", ha manifestado Alejandro González, de Amigos de la Tierra.

Sin embargo, Europa debe ir todavía más allá. González ha señalado que "Europa es uno de los responsables históricos del cambio climático y la ciencia le exige un 40% de reducción. Muchos estudios indican que un 40% de reducción es posible”.

Es una de las pocas luces que se han visto en esta cumbre del clima. Los países industrializados están defendiendo que los futuros fondos para los países empobrecidos sean controlados fuera del seno de Naciones Unidas y que el Banco Mundial juegue un papel clave. Precisamente el Banco Mundial ha anunciado la creación de un nuevo fondo para promover el comercio de emisiones, uno de los mecanismos más deficientes en la lucha contra el cambio climático, que está sirviendo en realidad para todo lo contrario de lo que se creó y que ha invertido sus cuantiosos fondos en proyectos de quema de combustibles fósiles, tal como denuncian las organizaciones ecologistas.

Tormenta en la Cumbre del Clima

Por otra parte, en las últimas horas ha estallado una nueva tormenta entre las delegaciones oficiales: El jefe de la delegación boliviana, Pablo Solón, anunció que su país se retira del debate porque un texto que debía haberse tratado en una reunión formal fue abordado por separado por un grupo de unos 40 países. “Nuestros técnicos no han venido a pasear, sino a negociar”, afirmó el representante boliviano, quien afirmó que de los resultados de esta cumbre “dependen vidas”. "Lo que no puede pasar es que al final de esa reunión informal salga un texto", afirmó Solón, recordando también lo que ya sucedió en la anterior cumbre de Copenhague, en la que algunas potencias negociaron a última hora un acuerdo sin la participación del resto de delegaciones.

Rápidamente salió a responderle en rueda de prensa el responsable del Gobierno mexicano para el Cambio Climático, el embajador Luis Alfonso de Alba, que preside en la Cumbre: "La verdad en lo personal me sorprende que causara alguna duda, porque en general los grupos de redacción son informales y espontáneos cuando uno está buscando compromisos. Es lo que ocurre de toda la vida", aseguró. Desde su punto de vista, la presidencia mexicana ha aportado transparencia al proceso anunciando públicamente la formación de un grupo informal de 50 países que tratarán de agilizar las negociaciones, a dos días del cierre de la conferencia y destacó que "no se le negó el acceso a ningún estado, independientemente de que figurara en la lista de los destinatarios".

La comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, en declaraciones a Efe, se refirió al malestar de Bolivia con un proceso de negociación abierto ya a consultas informales y expresó su respaldo "cien por ciento a México.

"No hay un problema de procedimiento", sostuvo la comisaria europea, señalando que mientras Bolivia abandona las reuniones informales, otros países de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de América (ALBA) se quedan.

Para la Señora Hedegaard, hay que salir de Cancún "con la perspectiva de un acuerdo vinculante" en recortes de emisiones, aunque no quede concretado absolutamente todo. Según ella, hay que "ser muy prácticos" buscando acuerdos.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró por su parte que los países miembros de la Alianza Bolivariana (ALBA), integrada por Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, no serían los responsables de que no se llegara a ningún acuerdo en esta y otras cumbres climáticas. “Podemos tener las mejores intenciones y declaraciones, pero si siguen primando los intereses de ciertos países, que además están dominados por los intereses del gran capital, la gente no estará primero”, manifestó.

Luces y sombras en la recta final de la Cumbre del Clima