martes. 16.04.2024

Ecolo Verdes llama a acudir a la concentración en solidaridad con el pueblo japonés y exige el cierre de las centrales nucleares

En ella, los presentes harán público su profundo pesar por las víctimas del terremoto acaecido en Japón, y expresarán su solidaridad con la población damnificada por la catástrofe. Además, se pedirá el cierre de las centrales nucleares por ser una  fuente permanente de inseguridad para toda la población. Se hará especial hincapié en la central nuclear de Garoña (Burgos), de tecnología similar a la de Fukushima I, lo que hace urgente el cierre de esta instalación y no prolongar su vida hasta 2013. Además, el proceso del ATC (el cementerio nuclear) debe ser paralizado.

“La energía nuclear no nos hará más independientes, ya que el 100% del uranio que usamos en las centrales nucleares españolas es importado. Tampoco es más rentable porque se tardan 10 años, a veces incluso más, en construir una central. Y como se ha visto, no es nada segura”, afirma Verónica Juzgado, candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid por Ecolo Verdes.

Bajo el CIEMAT, un cementerio nuclear oculto en Madrid

Tras el estallido de la crisis en la central japonesa de Fukushima, los pronucleares alegan que España no es Japón, y que aquí nunca habrá un terremoto de tal magnitud. Es cierto, no tenemos dicho problema, pero sí existen otra serie de riesgos que no se dan en el país nipón. Ecolo Verdes ha tenido acceso a documentos oficiales del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que demuestran la existencia de vertidos radiactivos en el agua potable que circula por el alcantarillado de Madrid. Así se ha detectado en las mediciones realizadas en la depuradora de la China, una de las más antiguas de al capital. Dicha radiactividad se debe en gran parte a los vertidos del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.

El CIEMAT fue la sede en el pasado de la antigua Junta de Energía Nuclear (JEN), donde en 1970 se produjo un accidente en la planta de reelaboración de combustible nuclear, debido al cual tuvo lugar un importante vertido al alcantarillo de agua altamente radiactiva que contenía plutonio. Durante su recorrido, el vertido pasó por las instalaciones de la depuradora de la China, contaminando además los ríos Manzanares, el Jarama y el Tajo, que se vio afectado hasta su desembocadura en Lisboa.

Posteriormente siguieron produciéndose vertidos de forma controlada. En el año 2004, el delegado sindical de CGT en la depuradora y colaborador habitual de Ecolo Verdes, Luis González, denunció que en diciembre de 2003 se vertieron 90.000 litros de agua  procedentes de la piscina de refrigeración del antiguo reactor nuclear experimental JEN-1. Cantidad 10 veces por encima de lo que autoriza la ley.

Tras conocerse la enfermedad de un trabajador de la depuradora de la China, cuya dolencia, según los informes médicos, estaría en relación con la exposición a radiaciones ionizantes, González solicitó la realización de un estudio radiológico de la planta, la colocación de medidores de radiactividad y un reconocimiento médico de toda la plantilla potencialmente afectada.

La respuesta fue el despido fulminante del trabajador, después declarado nulo por el Tribunal Supremo. Hoy, siete años después,  ya incorporado a su puesto a ser firme la sentencia del Supremo, González ha comunicado a Ecolo Verdes que continúan sin medidor y que no se ha hecho ningún estudio radiológico en la planta.

“Exigimos que el Ayuntamiento de Madrid instale medidores de radiactividad en la planta, así como la puesta en marcha de un plan de desmantelamiento de la misma, cuestión a la que ya se comprometió Ruiz Gallardón. También recordamos que el 28 de febrero enviamos al CSN una petición sobre estas cuestiones, y seguimos sin respuesta”, lamenta Ramón Linaza, candidato de Ecolo Verdes a la alcaldía de la capital.

La recogida de cosechas y tierras contaminadas por el accidente de 1970 supuso el enterramiento de importantes cantidades de residuos radiactivos en las instalaciones del CIEMAT, probablemente también en lo que es ahora la zona deportiva y recreativa infantil. Greenpeace ya denunció en 2006 que en dicha zona deportiva y recreativa infantil, el CSN había detectado la presencia de plutonio, lo que le llevó a denunciar que el CIEMAT y el CSN minimizaban el  nivel de radiactividad de la zona, transitada frecuentemente por niños.

Según otros estudios citados por la Coordinadora de Afectados por el PIMIC (Plan Integrado de Mejoras de las instalaciones del CIEMAT) los trabajadores de la JEN-CIEMAT realizaron movimientos de tierra, labores de limpieza y jardinería, obras y recolección de frutas y hongos para consumo particular, entre otros trabajos, en zonas con tasa de dosis y contaminación radiactiva por encima de los límites establecidos legalmente.

El PIMIC es en realidad un proceso de desmantelamiento y descontaminación radiactiva del CIEMAT que se inició en el año 2000 y que continúa vigente. Entre las operaciones previstas, se encuentra el removimiento de las tierras y residuos radiactivos enterrados, con el consiguiente peligro de que se liberen en sus instalaciones y en la atmósfera en forma de aerosoles cantidades difícilmente cuantificables de plutonio, americio, uranio, radio, cesio, estroncio, etc.

El PIMIC también supone la a generación, almacenaje y transporte de cientos de toneladas de residuos de media y baja actividad y más de 15 toneladas de residuos de alta actividad. Hay que tener en cuenta que el CIEMAT está ubicado en pleno casco urbano de Madrid, en una zona que linda con la Dehesa de la Villa y la Ciudad Universitaria , áreas ambas con alta densidad demográfica, que pueden verse afectadas en caso de emergencia radiológica.

Ecolo Verdes denuncia que hay un cementerio nuclear oculto en Madrid