Denuncian la inacción de la administración pública para abordar los impactos en la salud, sociales y ambientales de la actividad portuaria y cuestionan esta forma de turismo masivo
Los niveles de contaminación del aire provocados por la llegada de grandes naves de crucero a los terminales del puerto de Barcelona resultan preocupantes, como lo demuestran las mediciones realizadas por asociaciones de vecinos y ecologistas. Denuncian la inacción de la administración pública para abordar los impactos en la salud, sociales y ambientales de la actividad portuaria y cuestionan esta forma de turismo masivo. El puerto de Barcelona ha pasado de recibir 0,6 millones de cruceristas en el año 2000 a 2,6 millones en 2013.
Ante el inicio del Congreso GreenPort en la ciudad de Barcelona, la Federación de Asociaciones de Vecinos y Vecinas de Barcelona, Ecologistas en Acción y la alemana Unión para la Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad (NABU) analizaron los gases de escape de los cruceros en las terminales del puerto, encontrado elevadas superaciones de contaminantes atmosféricos. Las organizaciones han detectado niveles elevados de partículas en suspensión, componente cancerígeno clasificado por la Organización Mundial salud (OMS) como de nivel 1, el más alto de la escala.
Sus emisiones afectan a la salud humana, la agricultura, los ecosistemas y contribuyen al cambio climático
Cruceros y otras embarcaciones operan mediante el uso de fueloil pesado que contiene hasta 3.500 veces más azufre que el diésel que utilizan automóviles y camiones. La quema de este aceite residual emite altas cantidades de contaminantes tóxicos en el aire, como el dióxido de nitrógeno, partículas, dióxido de sulfuro y otros hidrocarburos peligrosos. Sus emisiones afectan a la salud humana, la agricultura, los ecosistemas y contribuyen al cambio climático. Las naves mantienen sus motores trabajando para mantener todos sus sistemas eléctricos funcionando mientras están atracadas en el puerto. Puesto que la industria del crucero está experimentando tasas de crecimiento constante, los mayores destinos europeos de cruceros, con Barcelona a la cabeza, están expuestos a cada vez mayores emisiones tóxicas.
En las mediciones realizadas hoy se registraron concentraciones de hasta 480,000 partículas ultra finas por centímetro cúbico cerca de las terminales de cruceros; unas 100 veces más que la concentración de fondo normal de las ciudades. Estos niveles de contaminación son una grave amenaza para todos los habitantes, que pueden provocar enfermedades respiratorias y cardiovasculares, daños neurológicos, cáncer y muerte prematura”, dijo el Dr. Axel Friedrich, experto internacional encargado de las mediciones. El trabajo de Friedrich viene avalado por años de experiencia como responsable de calidad del aire de la agencia ambiental federal alemana.
El 18 de mayo 2014, Barcelona superó el récord anual de cruceristas en un día, con la llegada de 7 cruceros con un total de 31.600 pasajeros. Se espera que este año se superarán los 2,6 millones de pasajeros que se alcanzaron en 2013.
Las organizaciones denuncian la falta de regulación, evaluación y control ambiental que existe sobre los cruceros en relación a las exigencias ambientales que deben cumplir las ciudades costeras. “La apuesta por un modelo turístico de crecimiento ilimitado, con el sector de los cruceros como punta de lanza, está generando una nueva burbuja y a la vez es el vector de una profunda transformación de la ciudad en todos los ámbitos. Con la connivencia del poder municipal, lobbys, grandes corporaciones e inversores internacionales han hecho de la ‘marca Barcelona’ una pista de aterrizaje de sus operaciones especulativas, al que, cada vez más, las políticas públicas están sometidas. Es inaceptable la exposición a la contaminación a la que se somete a los habitantes de Barcelona, especialmente en los barrios próximos al puerto. Nuestra salud no se puede poner en juego", dijo Lluís Rabell, Presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos y Vecinas de Barcelona. "Además de replantearse el modelo turístico de la ciudad, la administración tiene que tomar medidas inmediatas contra la contaminación causada por los cruceros", añadió Rabell. Por otra parte, las organizaciones destacaron medidas como la instalación de alimentación de tierra para la conexión a la red eléctrica mientras los barcos están atracados.
"No sólo las personas, también el medio ambiente es sensible a las crecientes cargas de contaminación del aire, causantes de la acidificación y eutrofización de los ecosistemas. Es irresponsable que se siga permitiendo a los cruceros quemar combustibles muy sucios delante de nuestras ciudades cuando existen medidas alternativas", señaló María García, de Ecologistas en Acción. “Si un crucero quiere entrar al puerto de Barcelona se le debería obligar a utilizar las mejores tecnologías disponibles para la reducción de emisiones como los filtros de partículas y los catalizadores SCR, el uso de combustibles menos contaminantes y la conexión a la red eléctrica cuando está en puerto. El Congreso GreenPort debe utilizarse para abordar este grave problema o de lo contrario no merece ese nombre", agregó García.
