viernes. 19.04.2024
greenpeace activists are led away in copenhagen
Los activistas consiguieron 'colarse' en el Palacio.

El ex presidente de Greenpeace España Juan López de Uralde se expone a una pena de hasta seis años de prisión por participar junto con otros activistas en un acto de protesta durante la cumbre del clima de Copenhague celebrada en 2009.

Era un 17 de diciembre cuando el ahora presidente del proyecto Equo (movimiento que pretende con unas nuevas siglas políticas concurrir a las elecciones de 2012) junto con el suizo Christian Schmutz, la noruega Nora Christiansen y el holandés Joris Thijssen, se hacían pasar como invitados en la cena de gala celebrada en el Palacio de Christiansborg con la reina Margarita II como anfitriona. Cuando llegaron al Salón donde se ofició el banquete, los cuatro activistas desplegaron unos carteles en los que se podía leer en inglés: Los políticos hablan, los líderes actúan”. La acción tenía como objetivo pedir a los líderes mundiales que llegaran a un acuerdo para frenar el cambio climático y supuso la detención de los ecologistas que permanecieron 21 días en una prisión de la capital danesa.

Esta semana, el Ministerio de Justicia danés decidió incluir en la acusación el agravante por “allanamiento de morada” rescatando una figura legal en desuso, conocida como ‘The Queen’s Paragraph’, “el párrafo de la Reina” que no se utiliza desde hace 75 años y por el cual los activistas se enfrentan a penas de hasta seis años de cárcel.

La noticia ha provocado el estupor de las organizaciones ecologistas y del propio Uralde que señaló que el Gobierno danés está utilizando a su monarquía contra los ecologistas. "Va a seguir apretándonos, no va a parar hasta meternos en la cárcel. Es la naturaleza represora del Gobierno danés. Lo único que quieren es meternos en prisión, por eso tratan de aplicarnos la pena más dura", afirmó el activista.

REPRESIÓN AL MOVIMIENTO ECOLOGISTA

Este viernes, Ecologistas en Acción anunció el envío de una carta al embajador danés en España, Lars Thuesen, mostrando su “estupor y rechazo” a la propuesta del Ministerio de Justicia de su país. Luis González, coordinador de Ecologistas recuerda al embajador que “el Gobierno que usted representa sabe que la acción no tenía como finalidad realizar ningún tipo de injurias a nadie, sino denunciar la pasividad con la que discurría la cumbre ante la importancia de lo que allí se estaba tratando”.

El coordinador de la organización ecologista subraya que “ya en su momento se trató con desproporcionada dureza a los cuatro activistas de Greenpeace, teniéndolos 21 días en prisión por una acción simbólica claramente pacífica. Es como si a su Gobierno no le quedaran muchas más herramientas que la represión en su relación con el movimiento ecologista.”

Luis González es contundente cuando le recuerda al embajador danés que “durante la cumbre, el gobierno que usted representa convirtió Copenhague en un espacio fuertemente represivo, en contra de la tradición democrática que siempre había caracterizado a los países nórdicos. Le recuerdo que fueron detenidas casi 2.000 personas, la mayoría de ellas de forma “preventiva”. Es decir, que se les privó de su libertad y de su derecho de expresión política, algo que, al menos aquí, consideramos un preocupante indicador de pobreza democrática.”

”ALGO HUELE A PODRIDO EN DINAMARCA”

El coordinador ecologista subraya que han sido los propios tribunales daneses quienes han sancionado la actuación policial, remarcando su ilegalidad porque no existieron nunca los disturbios que tanto se anunciaron obligando al Gobierno danés a indemnizar con 1.200 euros a cada una de las personas detenidas ilegalmente.

González se despide del embajador, mostrando su completa solidaridad con los activistas de Greenpeace, pidiendo que no se les reprima más, y parafraseando a Shakespeare concluye diciendo que “efectivamente, algo huele a podrido en Dinamarca y no son precisamente las organizaciones ecologistas”. Por último, manifiesta su confianza en que “sean capaces de volver a tener una relación proporcionada entre actos y consecuencias, reencontrando el pulso democrático.”

‘The Queen’s Paragraph’