viernes. 29.03.2024
Granados, González y Aguirre en la Asamblea de Madrid. (Imagen de archivo)

Con los gobiernos del PP, la política regional fue supeditada a los vaivenes del mercado y se actuó decididamente con la intervención de la Administración Pública para eliminar cualquier obstáculo que limitase la actividad de las fuerzas económicas

La Comunidad de Madrid es la región más rica del Estado Español, en ella se encuentran los municipios con mayor renta media por hogar de España, aunque todos ellos situados en el norte y el oeste de la región.

Sin embargo, el sur y este son desde los primeros años del siglo pasado la gran fábrica de la Comunidad de Madrid y a su vez la gran sufridora de todas las crisis. En los años 80 seguía estando presente la crisis de los años 70 y los Expedientes de Regulación de Empleo y las reconversiones sectoriales que trajeron desempleo, pobreza y un paisaje de ruina industrial desolador. La crisis de los 90, eminentemente industrial, eliminó miles de puestos de trabajo que se ubicaban en polígonos sin los servicios más elementales de salubridad, agua y alcantarillado. Eran los tiempos en los que la economía sumergida campaba a sus anchas en polígonos y empresas pequeñas y medianas. Y fueron también años de intensa lucha sindical y movimiento vecinal, aún ahora hay un poso de aquellas luchas del movimiento obrero, que se iniciaron en los años de dictadura.

En el proceso democrático, todo estaba por corregir. Sur y este necesitaban equipamientos sociales, y, especialmente formas de equilibrar los excesos inmobiliarios que se habían producido en anteriores épocas y, necesitaban resolver sus déficits, más acentuados en estas zonas metropolitanas.

El aumento del PIB durante el periodo de crecimiento económico no movió ni un ápice el porcentaje de población bajo riesgo de pobreza (1). Los años de crecimiento económico no permitieron posicionar en un lugar más estratégico a esta zona. El abuso sistemático del gobierno regional con sus actuaciones urbanas y económicas mantuvo y, en algunos casos, acrecentó un sur-este con pocas alternativas a una situación donde la ratio social y económica era claramente adversa.

Mientras, otras zonas de la región eran más favorables a recibir industria limpia, servicios a las empresas y entornos residenciales más cualificados. 

Además la región de Madrid cuenta con unas bases de modelo de crecimiento frágiles, lo que en todas las crisis económicas nos hace perder una buena parte del bienestar, el empleo y las empresas creadas durante los años de expansión económica; y la Comunidad de Madrid siempre ha mantenido ritmos más lentos de entrada y salida de las crisis, así que la voracidad de éstas deja a los trabajadores y a la sociedad madrileña muy maltrecha.

El sur y este de la región son los que más se tambalean y sufren las embestidas de las crisis. Tienen menos capacidad de resistencia, debido en gran medida a que en la Comunidad de Madrid se percibe constantemente la ausencia de un plan a escala territorial, con el objetivo de reequilibrar y redistribuir, que cuente también con un impulso de desconcentración de actividades de mayor valor añadido del sector secundario y terciario tradicionalmente alojadas en el municipio de Madrid. Su difusión en el territorio cubriría tanto el objetivo de dinamización económica como el de recualificación social, mejora de la calidad de vida y reequilibrio regional.

Los dos partidos políticos (PSOE y PP) que han gobernado en democracia la Comunidad de Madrid (tres partidos si se cuenta el pacto con el PCE-IU de los socialistas regionales), han tenido entre sus objetivos programáticos el reequilibrio regional. En los primeros años de democracia, los socialistas en los gobiernos regionales y municipales tuvieron muy buenas intenciones pero no avanzaron en la tarea de dotar a la Madrid de un plan a escala regional.

Con los gobiernos del Partido Popular, la política regional fue supeditada a los vaivenes del mercado y se actuó decididamente con la intervención de la Administración Pública regional para eliminar cualquier obstáculo que limitase la actividad de las fuerzas económicas.

La situación actual es fruto de esa apuesta económica y social de los poderes públicos y de los grandes grupos económicos. El abuso en el uso del suelo generó una actividad económica altamente relacionada con el sector del comercio-ocio y construcción, evidentemente respaldado por el sector financiero.

Sin embargo, los pronunciamientos públicos del PP tuvieron también como uno de sus objetivos el reequilibrio de la región. Desde Granados a Ignacio González, y la misma Esperanza Aguirre, alabaron en muchas intervenciones los beneficios de su política en el reequilibrio territorial.

Con el objeto declarado de ‘’la centralidad, en busca del reequilibrio territorial” se definieron estrategias territoriales en la corona metropolitana, en el entorno de la M50, y así surgieron: la Ciudad de la Imagen, en Pozuelo de Alarcón; el Parque Empresarial de Las Rozas; el área de centralidad de Alcorcón; el Programa de Actuación Urbanística (PAU) de Arroyo Culebro, en Getafe, Leganés y Pinto y el área de oportunidad de Alcalá-Garena fueron las de mayor entidad.

La empresa pública ARPEGIO–Áreas de Promoción Empresarial con Gestión Industrial Organizada, S.A. – habría de desarrollar dichas actuaciones, como beneficiaria de las expropiaciones. Las labores de esta empresa se centraban en la gestión del suelo, su planeamiento y urbanización, autofinanciándose en sus actuaciones con la comercialización de parcelas; por lo general, en concurso público.

Con el transcurso de los años, las estrategias se fueron modificando y se ajustaron a otras situaciones que se alejaron de aquel espíritu, ¡que nunca dejo de ser espíritu¡ con objetivos de reequilibrio y de generación de actividad económica. Se modificó algún terciario-no todo- que promovía un modelo rígido anglosajón de oficinas alrededor de áreas de ocio, en especial campos de golf, y también se dio espacio a algunas necesidades públicas, como fue el caso de la cadena de TV regional Telemadrid.

Las actuaciones del PP en la región fueron creando una amplia oferta recreativa y de ocio privatizado mediante la creación de instalaciones deportivas y lúdicas.

Sin haberse llevado a cabo, ya comenzaban a verse poco atractivas las llamadas áreas de centralidad y oportunidad del Sur y del Corredor y, el parque empresarial de las Rozas también se mostraba poco viable, pues comenzaban a existir otras zonas de espacio económico y de negocio como Barajas y La Moraleja, con localizaciones más próximas a las áreas de centralidad del municipio.

Se revisaron las actuaciones, favoreciendo el uso residencial del suelo y la construcción de viviendas con mayor edificabilidad bruta como se indica en los objetivos de la empresa pública ARPEGIO.

Y, es así cómo en esa inconexa idea del territorio, la vivienda sustituiría a la desmesurada estrategia de dotación de suelo para oficinas.

El sur recibió la universidad Carlos III y nuevos espacios residenciales como el sector 3, pero sobretodo el sur se confirmó como un gran centro de ocio-comercial, mientras que el norte se reafirmaba como “polo de la centralidad madrileña”: a los PAUs residenciales, a los parques de oficinas de Arroyo la Vega y La Moraleja, y al Campo de las Naciones, se suman la Ciudad Aeroportuaria y la Operación Chamartín, prolongaciones de la Castellana y de la Ciudad Deportiva.

Y, mientras el desarrollo urbanístico-inmobiliario estaba huérfano de un plan regional equilibrador, ARPEGIO, la empresa pública de suelo, bajo la batuta de Granados, González y Aguirre, aceptaba e incentivaba iniciativas privadas altamente especulativas que han conformado el Madrid que tenemos.

Las actividades de ocio continuaron siendo el elemento clave de las políticas del PP, en actuaciones aisladas como el Parque Temático de la Warner o bien integradas dentro de una urbanización, como sucedió en Aranjuez.

El Parque Warner, llamado a ser el más importante parque temático urbano de España, aspiraba a completar la oferta turística de la Comunidad de Madrid. El gobierno regional se implicó a fondo y aportó el suelo destinado a su construcción, para lo que ARPEGIO expropió una parcela de 400 hectáreas (2).

En la periferia, cerca de Arroyomolinos, se construyó Xanadú, uno de los centros de ocio más grandes de España, el centro comercial y de ocio permitió obtener sustanciosas plusvalías al grupo promotor hispano-norteamericano, beneficiándose del suelo público aportado por ARPEGIO. Para impulsar este proyecto, se argumentaron beneficios económicos, sociales y laborales importantes, pero la realidad lo desmintió enseguida. Ni el complejo terciario (de servicios) ha colaborado a equilibrar laboralmente el municipio, ni la zona, ni la oferta residencial ha beneficiado a grupos sociales frágiles, por el contrario ha propiciado empleos eventuales y con salarios bajos, además de generar, como en el resto, altos niveles de precariedad y una importante inyección de suelo residencial que alimentó las ansias del desbocado mercado inmobiliario, revalorizando todo el entorno por la actividad de ocio instalada. Desde su creación en 2003 ha pasado ya por inversores canadienses y americanos. De nuevo en 2017 está a la venta.

Y también, en las actuaciones de suelo en el sur metropolitano, El PAU de Arroyo Culebro, se extiende entre los municipios de Getafe, Leganés y Pinto-Fuenlabrada, sobre una superficie bruta de 1.200 hectáreas. Cómo en otras actuaciones, aquí se elevó también el índice de edificabilidad con respecto a los planes iníciales.

Y se programaron dos ‘suburbios-jardín’ con golf: Ciudad-Jardín La Montaña, de Aranjuez, y Ciudad-Golf El Espartal, de Valdemoro, muy limitados en su ejecución por la actividad de los movimientos ecologistas.

En la periferia sur, en los municipios de Valdemoro y Aranjuez, dos actuaciones próximas al Parque Warner de San Martín de la Vega reflejan influencias anglosajonas: ambas vuelven a incorporar el golf como reclamo de la promoción residencial privada.

El desarrollo urbano de El Espatarral, contó con la firma del Alcalde de Valdemoro y el Consejero de Presidencia y presidente de ARPEGIO, Francisco Granados Lerena, una finca de 1.318 hectáreas de superficie y de gran valor ecológico.

Este proyecto, que de nuevo rompía los límites de edificabilidad prefijados, formaba parte de un eje de actividad económica vertebrado por la construcción de una nueva carretera. Tendría, por su lado norte, el parque temático Warner de San Martín de la Vega (donde estaba prevista su ampliación con la construcción de complejos hoteleros y una zona comercial y de ocio) y, por el sur, el área del Casino-Ciudad Jardín de Aranjuez.

Porque en el caso de Aranjuez, casino y viviendas fueron las apuestas de reequilibrio en el sureste de la región. El reequilibrio al parecer vendría oponiendo al casino en el norte (Torrelodones), el del sur en Aranjuez.

No se puede decir que todas estas actuaciones en lo territorial y urbanístico, donde predominan las actividades de ocio, hayan conseguido irradiación económica positiva en su entorno, más allá de la mejora de la accesibilidad que les es imprescindible para funcionar. Lo peor es que, en muchas de ellas, ni siquiera se ha conseguido la viabilidad económica mínima que justifique su creación. No es extraño, por eso, que acaben convirtiéndose en operaciones ruinosas para sus promotores que -cuando son públicas, lo acaba pagando el contribuyente- se reconviertan o cambien de uso en residencial. Los grandes proyectos de ocio y consumo, comienzan a ser proyectos ya en desuso por los cambios de hábito sociales y de consumo. Esperemos que no se conviertan, en un futuro, en espacios abandonados o de marginalidad social.

Se podía pensar que alguna intervención territorial, pero como siempre aislada, podía salvarse de estos desmanes, tal es el caso de terciario innovador en municipios como Getafe, Leganés o Móstoles, impulsores de parques científico-tecnológicos, algunos en partenariado con la Comunidad (a través del IMADE, ya desaparecida, y de ARPEGIO), las universidades de la región y las propias empresas de sectores avanzados, de los que, por otro lado se desconocen resultados. Sin embargo, en algunos casos, la dependencia con respecto al municipio de Madrid, sigue siendo extraordinaria. Por ejemplo, el consorcio urbanístico tecnológico de Leganés, ha trasladado recientemente sus oficinas al centro financiero de la ciudad de Madrid y, en otros como en el centro tecnológico de Móstoles, un uso de parcela de parque tecnológico para Mercadona o para la ITV son opciones bastante frustrantes en el panorama tecnológico regional, que pudieran pretender una comunidad más equilibrada (3).

Claro que, pedir que estos llamados centros tecnológicos funcionen, es como pedir cuentas a la empresa MADRID NETWORK (MN) creada por el PP para fomentar el sector regional de la I+D+i, una empresa de derecho privado y no sujeta a los controles de las empresas públicas, por lo que puede contratar y gestionar sin control público, aunque su presidente lo nombra el Gobierno regional. Buena parte del dinero público destinado a I+D parece que ha caído en manos ajenas a los interés de la investigación y el desarrollo, ya que ha estado financiando con dinero público proyectos fallidos de empresas relacionadas con ex altos cargos de los gobiernos de Esperanza Aguirre.

La actividad de investigación y desarrollo, que debía estar entre los mejores instrumentos de nuestra economía regional, se vio mermada durante muchos años de gobierno del Partido Popular. Su absoluto desapego hacia esta materia originó que en 2010, la ley de Medidas Fiscales y Administrativas y Racionalización del Sector Público, suprimiera la Comisión Interdepartamental de Ciencia y Tecnología de la Comunidad de Madrid, creándose de nuevo en 2016.

Hace menos de un año, la comisión de investigación sobre corrupción política en la Comunidad de Madrid, llamó a comparecer al Director de Proyectos de Nuevo Arpegio, al objeto de informar sobre actuaciones realizadas por la empresa en el marco de los Convenios Urbanísticos firmados entre esta y diversos ayuntamientos del sur de la región.

Julia Carricajo de Caso. Socióloga


(1) La Comunidad de Madrid, como el resto del país, mantiene un desempleo estructural ligado a las características de nuestro aparato productivo.
(2) Participando en su estructura empresarial como accionista mayoritario de la empresa concesionaria.
(3) El parque tecnológico de Madrid está ubicado en el norte, en la ciudad de Tres Cantos, a 20 km del municipio de Madrid.

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