jueves. 28.03.2024
central

Es asombroso comprobar cómo el PP se opone a sus propias políticas con la cuestión de Madrid Central. Si la memoria no fuera tan frágil, se acordaría de que tanto Gallardón como Botella trataron de llevar a cabo una operación muy similar.

En Madrid no contaminan sólo los coches, sino también centenares de calderas antiguas, algunas aún hoy de carbón, otras de gas de altas emisiones, ¿por qué un parche con tintes electoralistas?

La propuesta planteada hoy por Ahora Madrid, por el gobierno de Manuela Carmena, es ecologismo de salón y se olvida de que Madrid no sólo es un Centro, sino que tiene 21 centros, uno por distrito. Pero claro, esto ya es pensar demasiado, ¿Acaso no era posible plantear una medida de carácter global para todo Madrid y pactada con los municipios de la corona metropolitana? ¿El gobierno de Ahora Madrid desconoce que su ciudad influye sobremanera en la vida cotidiana de cientos de miles de vecinos y vecinas de muchos municipios de la región, y que no se pueden tomar decisiones sin contar con éstos y sin haber garantizado las inversiones necesarias en la mejora del transporte colectivo público, entre otras cosas? Lo que digo es polémico, puede, pero si las decisiones de allí afectan acá, tengo derecho a plantearlo y a participar. ¿No asustará ahora la participación?

La izquierda (la de verdad, no la del postureo) siempre defendió la multicentralidad, es decir, aquella que hablaba de reequilibrio territorial, económico y social de los 21 distritos de Madrid, pero también hablaba de reducir las movilidades forzosas de vecinos y vecinas que se producen con la ausencia de determinados servicios en esos distritos.

Esta propuesta de Madrid Central, al igual que hacía la de Ana Botella, la del centrismo, reduce la ciudad de Madrid al área de prestigio y escaparate, frente a la multicentralidad de los 21 distritos, donde debería haber 21 “centros” dotados de infraestructuras, servicios y equipamientos para los vecinos y vecinas que viven allí. Pero claro, de esto nadie quiere hablar, porque alguien tendría que explicar entonces por qué no se han ejecutado planes de inversión en los barrios, en los vecinos y vecinas y sí se ha anticipado a velocidad de F1 el pago de la deuda a los bancos. Pero si no la iban a pagar, ¿recuerdan? La mentira tiene las patitas cortas, ¿verdad?

Por otro lado esta propuesta, tal como se ha planteado, persigue a los vehículos que tiene hoy la mayoría de la población. Se ha pasado del que pague el que contamine, al que contamina quien puede pagar, por eso de quien puede acceder al centro.

Si hablamos de una ciudad que influye en toda la región, de una ciudad que tiene 21 distritos, insisto, ¿por qué no se toman medidas de alcance real entre todos?

Por no tener, Madrid tampoco tiene una red de aparcamientos disuasorios. Y hablar de vehículo eléctrico como la panacea hoy sin potenciar las renovables y cambiar el modelo energético es trasladar la contaminación a otra parte, sencillamente, además de no tener capacidad para evaluar el impacto real, ya que los sistemas de medición son del siglo pasado, sin exagerar.

Y la otra cuestión, que no se plantea, es que en Madrid no contaminan sólo los coches, sino también centenares de calderas antiguas, algunas aún hoy de carbón, otras de gas de altas emisiones (que habría que sustituir por modernas de bajo NOX). ¿Por qué plantear parches cuando hay que buscar un plan de estrategia territorial para toda la Comunidad Autónoma? ¿Por qué un parche con tintes electoralistas?

Si hoy restringes la movilidad individual, tienes que dar alternativas reales de movilidad a través del transporte colectivo, como Cercanías, Metro, autobuses interurbanos y EMT, al mismo tiempo que analizar las necesidades específicas de los nuevos barrios, la distribución de la red viaria intra e interdistritos o la peligrosa aglomeración que se produce en los intercambiadores en horario punta de tránsito de personas.. Por ejemplo, incrementar el número de rutas de la EMT, su frecuencia, así como también incrementar la oferta y frecuencias en Cercanías y Metro. Este incremento pasaría por ser un eje básico de una política que dé soluciones al problema de la contaminación y a la movilidad de las personas a la vez.

A modo de conclusión a esta reflexión: no se está sugiriendo que no se tomen medidas, que no se luche contra la contaminación por salud y por futuro. Lo que digo es que se deben plantear medidas en torno a acuerdos amplios, porque la ciudad de Madrid no está sola en la región, y sus decisiones nos afectan a todos y todas. Y, amigos y amigas, si nos afectan a todos y a todas, tenemos el derecho a formar parte y participar en las decisiones a tomar, porque de lo contrario lo que habrá es lo que hay, una propuesta clasista que perjudica a los distritos periféricos de la capital y los municipios de la corona metropolitana.

Podríamos hablar de la operación Chamartín, hoy también un elemento central del gobierno de Manuela Carmena, pero eso lo dejamos para el siguiente capítulo, no sin decir que es la operación especulativa perfecta y la dimisión de la voluntad de reequilibrar desde lo público la ciudad de Madrid.


Jesús Sáiz | Concejal de IUCM.LV en el Ayuntamiento de Parla

Madrid Central: ¿descontaminación o escaparate?