viernes. 19.04.2024
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Una de las protestas llevó a estos sindicalistas a las islas anglonormandas, donde estuvieron aislados, amontonados con hombres de distintas nacionalidades. Allí estuvieron trabajando en el muro del Atlántico con una sola comida diaria y de bajísima calidad. La jornada laboral era de doce horas

El Socialista quiso dejar constancia en sus páginas, especialmente, durante el año 1945, del testimonio del padecimiento de los socialistas en campos de concentración nazis y en la Francia ocupada. En abril de 1945 se publicó un artículo con el significativo título de “El Grupo Móvil de la UGT nos habla de sus desventuras durante la ocupación alemana”.

El artículo comenzaba señalando que de la larga peregrinación por tierras de Francia los miembros del Grupo móvil ugetista podían escribir un libro de aventuras, pero más bien de desventuras, añadiríamos nosotros, por las fatigas y avatares padecidos. Los malos tratos provocarían no pocas lágrimas ante la impotencia, y como única salida la “rebeldía franca”, que provocaría la represión de los alemanes en campos de castigo con trabajos extenuantes y en un régimen de pan y agua.

Una de las protestas llevó a estos sindicalistas a las islas anglonormandas, donde estuvieron aislados, amontonados con hombres de distintas nacionalidades. Allí estuvieron trabajando en el muro del Atlántico con una sola comida diaria y de bajísima calidad. La jornada laboral era de doce horas.

A los españoles se les bautizó con el calificativo de “rojos”, algo que fue considerado por ellos como todo un orgullo, y que, según su relato, les daba fuerzas para resistir. Al parecer, el Gobierno Laval había advertido a los responsables de la Organización Todt de la supuesta peligrosidad de los españoles. Recordemos que se trataba de una organización alemana dependiente de las Fuerzas Armadas y del Ministerio de Armamento, y estaba encargada de la construcción de infraestructuras militares y civiles. Llevaba el nombre de su creador, el ingeniero y militar Fritz Todt. La organización esclavizó a cientos de miles de prisioneros de guerra, judíos y desertores. Esa información es la que provocaría la especial brutalidad que padecieron los españoles.

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Allí el encargado de castigar era español y franquista. Aplicaba especialmente un castigo que fue bautizado con el nombre de “martirio gimnástico”

De las islas anglonormandas se les trasladó al Campo de Castigo de Cherburgo. Allí el encargado de castigar era español y franquista. Aplicaba especialmente un castigo que fue bautizado con el nombre de “martirio gimnástico”.

Posteriormente, llegaron los bombardeos aliados sobre Cherburgo y otras localidades, momento de especial tensión para intentar salvar la vida, pero también porque de ellos dependía la liberación. Confesaron que era preferible soportar el riesgo “con coraje antes que comprometer con el miedo nuestra libertad”.

El desembarco de Normandía provocó las primeras alegrías, pero los anglo-americanos les hicieron prisioneros y les internaron en un campo de concentración bajo la acusación de colaboracionistas, realizada por las mismas autoridades que antes les habían entregado a los nazis por su condición de “rojos”. Tuvieron que esperar unas tres semanas para que, realizadas las oportunas investigaciones, fueran puestos en libertad. Muchos de estos sindicalistas decidieron, a pesar de la última injusticia, enrolarse como soldados de los ejércitos aliados, mientras que otro grupo se puso a trabajar en las obras que se pusieron en marcha de forma inmediata. 

Los ugetistas querían dejar claro que todos los padecimientos sufridos no habían disminuido lo más mínimo su espíritu de lucha, pensando en España y en la República.

Hemos consultado el número 5263 de El Socialista. Recomendamos la lectura del trabajo de fin de Máster de Chaussec DamienEspañoles durante la Segunda Guerra Mundial en Francia. Curso 2012-2013. Universidad de Cantabria-Univerité Paul Valéry Monpellier III, y que podemos consultar en la red.

El testimonio de los ugetistas de la ocupación nazi de Francia