viernes. 19.04.2024
Louise_Weiss
Manifestación de las sufragistas de París (1935)

@Montagut5 | Francia fue uno de los países occidentales donde más tarde se reconoció el derecho al voto femenino, una paradoja en el país de los derechos. En otros trabajos nos hemos dedicado a plantear el problema. En este presente nos centrarnos en el papel de los socialistas en esta materia.

En Francia se produjo un claro fenómeno de incomprensión hacia la causa de las mujeres por parte del movimiento obrero, y que hunde sus raíces hasta en figuras como el mismo Proudhon en el siglo anterior, aunque el socialismo utópico fue mucho más favorable a la causa de los derechos de la mujer, como el caso de Fourier. Nos referimos a que un sector del socialismo no veía con buenos ojos la lucha femenina porque era más importante la lucha de clases y aquella podía entorpecer a ésta. Por otro lado, tenemos que tener en cuenta que hubo socialistas que consideraban que la incorporación de la mujer a la vida laboral podía ser perjudicial para ellas y para la causa de la izquierda al aumentar el número de trabajadores y, por consiguiente, producirse un mayor abaratamiento de los salarios. Además, las sufragistas solían ser mujeres de la burguesía, siendo, a fin de cuentas, enemigas de clase.

En el seno del socialismo francés habría que destacar la figura de Louise Saumoneau, que rompió las vinculaciones con el sufragismo, en línea con los recelos hacia sus protagonistas por su condición burguesa, pero para luchar por las reivindicaciones femeninas en el partido socialista. En 1913 creó el Groupe de Femmes Socialistes. Pero estalló la Gran Guerra y se paralizaron los esfuerzos.

Al terminar la contienda la cuestión del voto femenino fue discutida en el parlamento en dos ocasiones, en 1919 y 1922, pero fue rechazada. Por fin, en 1929 parecía más favorable la situación en la Cámara baja, pero el Senado frenó la propuesta.

En el Congreso de Nancy en el mes de junio de 1929, los socialistas franceses tomaron una serie de resoluciones sobre el derecho al voto de las mujeres. El Partido Socialista quería reafirmar que, además de ser el partido de la clase obrera, era el defensor de los oprimidos y de las causas justas. Los socialistas consideraban que era un hecho que un número creciente de mujeres se estaba incorporando al mundo laboral, y que parecía justo que pudieran participar en la gestión de la riqueza que estaban contribuyendo a crear, además de demostrar que su acceso a las profesiones liberales se elevaba al mismo nivel que su actividad. Por otro lado, aumentaba el porcentaje de mujeres socialistas que entraban en los municipios, por lo que el Partido señalaba a sus Federaciones la necesidad de colocar en un lugar prioritario la lucha por la reforma electoral.

El Congreso Nacional del Partido Socialista francés llamó la atención, por lo tanto, a todos sus componentes sobre este estado de cosas, aprobando que se debía promover la afiliación de mujeres al mismo para desarrollar entre ellas el sentido de las reivindicaciones socialistas, una idea de propaganda que compartían con otras formaciones, ya que hemos visto este mismo objetivo dentro del PSOE.

Se encomendaba a la Comisión Administrativa Permanente y a las Federaciones la obligación de emprender una campaña en favor de los derechos políticos de las mujeres con el fin de promover un estado de opinión en Francia para vencer la resistencia del conservadurismo del Senado y conquistar para las próximas elecciones legislativas la igualdad política mediante la obtención del voto y la elegibilidad de las mujeres.

No se consiguió hasta después de la Segunda Guerra Mundial en otro contexto histórico harto diferente.

Para relatar el Congreso de Nancy hemos consultado el número 6356 de El Socialista.

Los socialistas franceses y el voto femenino a fines de los años 20