viernes. 29.03.2024

Los sindicatos libres se expandieron por Barcelona, parte de Cataluña y en el Levante en tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera

@Montagut5 | En el año 1919 la violencia social alcanzó cotas muy elevadas en Barcelona. El origen de la verdadera oleada de asesinatos estaría en los hechos que siguieron a la huelga de la compañía La Canadiense. El paro, secundado por la CNT, fue extendiéndose hasta convertirse en una verdadera huelga general que paralizó durante más de un mes la industria barcelonesa. Los empresarios y sectores conservadores reaccionaron y solicitaron la ayuda del Estado.

La patronal optó, frente a la negociación, por la coerción, especialmente sobre los militantes de la CNT pero, también, a través de los lockouts, es decir, los cierres de las fábricas que dejaban a la plantilla sin trabajo y sin salario. Un sector de los empresarios presionó para que se creara un sindicato que hiciera frente a los anarquistas, cada vez más numerosos y activos.

A finales de 1919 se creó la Unión de Sindicatos Libres en el Ateneo Obrero Legitimista en Barcelona. En el acto fundacional se eligió presidente a Ramón Sales Almenós, que había llegado a militar de joven en la CNT, aunque muy pronto se apartó del sindicalismo revolucionario. Los sectores del tradicionalismo catalán se encargaron de establecer las bases organizativas del sindicalismo libre, pero intentando marcar una clara diferencia con los sindicatos católicos, como lo pone de manifiesto que adoptaran los medios básicos del sindicalismo como eran la huelga, el boicot, el contrato colectivo y hasta algo parecido al concepto de lucha de clases, porque siempre pretendieron dejar claro que no querían plegarse a los intereses de la patronal. Además, defendían el aconfesionalismo. Se estableció el principio de que no tenían filiación política alguna y que su naturaleza era obrerista y profesional. Eso no quiere decir que no manifestaran muy pronto su proximidad a los Sindicatos Católicos-Libres del padre Gafo, con los que se fusionarían en 1924, surgiendo la Confederación Nacional de Sindicatos Libres de España.

CNTLa militancia de los sindicatos libres comenzó con obreros tradicionalistas contrarios al poder que los sectores anarquistas más radicales habían adquirido en la CNT. Los obreros de los sindicatos libres solían ser trabajadores especializados y contrarios al sindicato único de encuadramiento de trabajadores por industrias. Posteriormente, también ingresaron miembros tránsfugas de la CNT, especialmente en tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera, pero que una vez terminado este período regresarían a la CNT. Por fin, hubo un tercer sector de afiliados: trabajadores del sector servicios y de la pequeña industria.

Los sindicatos libres se expandieron por Barcelona, parte de Cataluña y en el Levante en tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera.

Los sindicatos libres fueron acusados de actuar como agentes de la patronal, aunque era evidente que compartieran militantes tránsfugas en los dos sentidos con la CNT. Esta acusación se basaba en el hecho de que muchos de los pistoleros a sueldo que participaron en los asesinatos de líderes sindicales y de trabajadores, como los de Salvador Seguí o Francesc Layret, salieran de su seno. En la Barcelona de principios de los años veinte se desató una verdadera guerra entre los anarcosindicalistas y los sindicatos libres y los pistoleros.

La Unión de Sindicatos Libres alcanzó, sin lugar a dudas, un evidente protagonismo en la Barcelona de aquella época. En la República fueron ilegalizados. Durante la guerra civil sus líderes se unieron al bando franquista o fueron asesinados.

Los Sindicatos Libres en Barcelona