jueves. 28.03.2024
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Estos decretos de diciembre, aunque su cumplimiento solo pudo darse en las zonas dominadas por los franceses o por el gobierno josefino y fueron abolidos con la restauración de Fernando VII, supusieron un conjunto de medidas muy importantes porque prefiguraron las que el liberalismo español estableció con posterioridad

@Montagut5 | En este artículo estudiamos los decretos que firmó Napoleón desde Chamartín de la Rosa, localidad al norte de Madrid y hoy distrito de la capital y que, a pesar del interés prioritario de Napoleón de ganar la guerra, decidió plantear cambios profundos en las estructuras del Antiguo Régimen español.

Sin lugar a dudas, el contexto en el que se dieron explica el carácter revolucionario de estos decretos de Chamartín, ya que se promulgaron cuando Napoleón había conseguido sofocar la resistencia. El emperador vino a España para dominar la situación ante el repliegue francés que había comenzado en el verano de 1808, algo impensable en aquel momento en Europa. Estos decretos castigaban a las fuerzas más reaccionarias, especialmente la Iglesia, por ser las más contrarias no sólo a la presencia francesa sino, sobre todo, a las ideas de cambio.

El día 2 de diciembre de 1808 el emperador instaló su cuartel general en el Palacio del duque del Infantado en Chamartín, propiedad incautada a su propietario, y hoy desaparecida. Además de la gestión de la capitulación de la capital, el día 4 de diciembre decretó la destitución de los miembros del Consejo de Castilla por considerarlos cobardes e indignos de su cargo, pero, sobre todo, suprimió el Tribunal de la Inquisición por atentar contra la soberanía y autoridad civil. Fue la primera vez que se abolió el Santo Oficio, antes de que lo hicieran los liberales. Además, sus bienes se debían expropiar para amortizar la deuda.

El emperador decretó la reducción de los conventos a una tercera parte de los existentes, además de prohibir la admisión de novicios y dio libertad a los religiosos que se quisieran secularizar. La reducción del clero regular siempre fue una idea que muchos ilustrados defendieron y que definitivamente harían los liberales.

Por fin, decretó el fin del derecho feudal, de las cargas personales, los derechos exclusivos de pesca, de almadrabas, derechos sobre hornos, molinos y posadas, así como la supresión de aduanas interiores con el fin de fomentar la libre industria.

El 12 de diciembre dio un decreto por el que se abolía la jurisdicción señorial, declarando que no habría más jurisdicción que la real.

En conclusión, estos decretos de diciembre, aunque su cumplimiento solo pudo darse en las zonas dominadas por los franceses o por el gobierno josefino y fueron abolidos con la restauración de Fernando VII, supusieron un conjunto de medidas muy importantes porque prefiguraron las que el liberalismo español estableció con posterioridad. 

Cuando en Chamartín se abolió el Antiguo Régimen