jueves. 28.03.2024

galvez3En pocas palabras se puede decir que Bernardo de Gálvez fue un alto funcionario del Estado, un ilustrado interesado en desarrollar la agricultura, el comercio y la industria y un político hábil situado en el lugar y el tiempo para dejar una huella personal duradera en la creación de la joven República.

La familia Gálvez procedía de la vecindad de Guernica en el país Vasco y su escudo incluía el árbol y los dos lobos negros del antiguo señorío de Vizcaya. Participaron activamente en las batallas de la Reconquista, entre ellas la de Clavijo, una mítica batalla que se sitúa en el año 844 en la que el apóstol Santiago ayudó a los combatientes cristianos y en la que se logró acabar con el humillante tribuno de las cien doncellas que probablemente nunca tuvo lugar si bien sus consecuencias políticas fueron parecidas a las de la segunda batalla de Albelda que tuvo lugar en el año 859, también en la Rioja. Esa participación les permitió incluir tres conchas o veneras en su escudo de armas.

Bernardo de Gálvez fue un alto funcionario del Estado, un ilustrado y un político hábil situado en el lugar y el tiempo adecuados para dejar una huella personal duradera en la creación de la joven República.

En el siglo XIII residían en Teruel y por esa época les dieron tierras en Santaella, Córdoba. Durante las campañas de los Reyes Católicos para conquistar el reino de Granada llegaron a Málaga y acabadas las guerras se quedaron a vivir en Macharaviaya, en la comarca de la Axarquía, que entonces formaba parte de Granada y que actualmente pertenece a la provincia de Málaga.

Macharaviaya en sus orígenes era una alquería árabe; en 1505 se construyó una iglesia y fue fundada como ciudad en 1572.

En Macharaviaya la familia impulsó la agricultura basada en el cultivo de la vid, que quisieron diversificar añadiendo una fábrica de naipes que tenía la exclusiva para los territorios americanos pero que fracasó. También crearon una escuela pública gratuita que enseñaba a niños y niñas, en aulas separadas, eso sí.

En el siglo XVIII la familia se dedicó al servicio de la Corona en América: el primero en salir fue José, visitador del reino de Nueva España y luego ministro de Indias de Carlos III; le siguieron su hermano Matías que fue virrey de Nueva España y Bernardo, hijo de Matías y protagonista de este artículo. Otros dos hermanos de José, Miguel y Antonio fueron embajadores en Prusia y Rusia y creador de la administración marítima de Cádiz respectivamente. Era tan influyente la familia en las colonias de América del norte y tan notorio su patriotismo y servicio a España que a mediados de la década de 1780 se escribió un pasquín en México en el que se decía “el padre está aquí, el hijo en la Habana y el espíritu en España”.

ESCUDO  DE LA FAMILIA  GALVEZEn el siglo XIX la filoxera acabó con la vid en Macharaviaya y provocó un empobrecimiento que forzó el que su población tuviera que emigrar a otros lugares. Su población actual es de cerca de 400 habitantes.

El municipio está hermanado con las ciudades estadounidenses de Galveston en Texas y Pensacola en Florida, ambas a causa de su relación con Bernardo de Gálvez, que fundó la primera y ganó una importante batalla en la segunda. En su término municipal nació el poeta Salvador Rueda en 1857.

Bernardo de Gálvez nació el 23 de julio de 1746 en Macharaviaya, fue a Ávila a estudiar la carrera militar y a los 16 años participó en la guerra contra Portugal donde alcanzó el grado de teniente y se embarcó para América donde participó al frente de los dragones de cuera, una fuerza militar bien entrenada y efectiva, en la guerra contra los apaches contando con la ayuda de los indios ópatas. Curiosamente, esos dos nombres –apaches y ópatas- con los que se les conocen, les fueron dados por otras tribus y significan lo mismo, enemigo, mientras que a sí mismos ambos se designaban como los hombres. (En la imagen: Escudo de armas de Bernardo de Gálvez)

La última persona que hablaba el lenguaje ópata desapareció hace sesenta años; quedan pequeños grupos de esa etnia en el norte de México. En cuanto a los apaches, hoy en día no llegan a los 6,000 los que viven en el suroeste de los EEUU.

En sus cartas sobre la guerra contra los apaches Bernardo de Gálvez muestra una capacidad de entender las razones de sus enemigos que le alejan del estereotipo de militar sin convicciones propias. Expresaba en ellas su comprensión por la resistencia que opusieron a la colonización ya que les aportaba más desventajas que beneficios y su opinión de que era fundamental que los dirigentes se desvivieran por mejorar las condiciones de vida de sus gobernados para merecer así su lealtad.

En su opinión era fundamental que los dirigentes se desvivieran por mejorar las condiciones de vida de sus gobernados para merecer así su lealtad.

A los 24 años ya era comandante en lo que hoy es Nuevo México, a los 26 regresó a Europa y residió en Pau con el regimiento de Cantabria donde aprendió a hablar francés que más adelante le sería de mucha utilidad. A los 29 años fue destinado a Sevilla y participó en una de las expediciones punitivas contra Argel, que fracasó y donde fue herido de gravedad. Fue ascendido a teniente coronel y nombrado profesor en la academia de Ávila y al año siguiente volvió a América como gobernador de la Luisiana occidental, un territorio de más de dos millones de kM² y 50,000 habitantes. Persiguió el contrabando inglés y se esforzó por asegurar la comunicación con Cuba y el sur del territorio que administraba y aumentar el comercio con Francia. En esa época parece que fue cuando alcanzó el convencimiento de que Inglaterra era la principal amenaza para el imperio español. En 1778 ó 1780 la fecha varía según las fuentes, fundó la ciudad de Galveston, en Texas.

ESPOSA DE BERNARDO  DE GALVEZ    DOÑA  FELICITAS de Saint Maxent

En 1777, a los 31 años se casó con Felicitas de Saint-Maxent, criolla de Nueva Orleáns, viuda de Juan Bautista de Estrehan, funcionario del rey de Francia. El matrimonio tenía una hija, Adelaide, a quien Bernardo de Gálvez siempre consideró como propia. Felicitas era hija del general y comerciante Gilberto Antonio de Saint-Maxent cuyas otras hijas también se casaron con altos funcionarios del rey de España: Isabel con Luis de Unzaga, que fue gobernador de Luisiana y más tarde capitán general primero de Cuba y después de Venezuela, Victoria con Juan Antonio de Riaño y Bárcena que fue intendente general en Valladolid y Mariana o María Ana, tuvo como esposo a Manuel de Flon que fue intendente general de Puebla y Mexico. Todos ellos constituían redes familiares y económicas con los otros miembros de la familia Gálvez a los que ayudaba su carácter alegre y jovial.

El matrimonio tuvo tres hijos, volvió por un año a España en 1783 y en 1785 Bernardo regresó a América, donde había sido nombrado virrey de México. Al morir en 1786 su viuda viajó con los hijos a Madrid y estableció una tertulia de ilustrados a la que acudían personajes como el conde de Aranda, Sabatini o Moratín. En 1790 la reina María Luisa y Godoy la desterraron por dos años a Valladolid y Zaragoza y en 1799 murió en Aranjuez. (En la imagen: Felicitas de Saint-Maxent, esposa de Bernardo de Gálvez)

Este es un breve resúmen de su carrera profesional pero la razón del reconocimiento oficial que obtuvo es que fue una personalidad atrayente, un dirigente inspirador y valiente que tuvo la oportunidad de dejar su huella en la historia pese a que hasta hace muy poco era un desconocido para la mayoría de los españoles que desconocían la importancia de su intervención en la guerra de independencia de los EEUU.

Cuando empezó la guerra de la independencia de los EEUU contra el rey de Inglaterra la política oficial española era de apoyo encubierto a los rebeldes, a los que financiaba pero cuyo apoyo no se quería formalizar para evitar crear un mal ejemplo para las propias colonias españolas en América y posiblemente Gálvez fue algo más allá de lo deseado por algunas de las autoridades españolas de entonces aunque eso queda para la segunda parte de este artículo.

Bernardo de Gálvez, español y ciudadano honorario de los EEUU