jueves. 28.03.2024
artemisa

Nace en Roma el 27 de julio de 1593. Era la hija mayor del pintor Orazio Gentilleschi, que era uno de los grandes pintores de la escuela romana de Caravaggio. Tiene otros cuatro hermanos.

Artemisia perdió a su madre cuando tenía solamente doce años. Quedó al cuidado de su padre, quien le enseño el arte de la pintura, mostrándole el trabajo pictórico que se desarrollaba en aquellos tiempos en Roma. Le enseñó la técnica del contraste de luz y sombra característico del tenebrismo, que tuvo una gran influencia en su obra, Sin embargo, Artemisia desarrolla una manera muy personal en el tratamiento de los temas.

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Retrato de Artemisia Gentilleschi

Tomó de su padre el rigor por el dibujo. Aprendió a empastar colores y a dar brillantez a los cuadros. Sus obras están cargadas de dramatismo, que toma del pintor que más admiraba, Caravaggio.

Roma en aquellos inicios del siglo XVII era un lugar vibrante, en pleno proceso de cambio, donde se llevaban a cabo obras por cualquier sitio de la ciudad con restructuraciones y proyectos de mejora urbana.

Orazio también enseño a pintar a sus hijos, pero Artemisia era mucho mejor que sus hermanos. Su condición de mujer le impedía ingresar en la Academia de Bellas Artes romanas. Ante esta imposibilidad y viendo las grandes actitudes de Artemisia en la pintura, buscó un preceptor, para que continuara su preparación pictórica. El elegido por su padre Orazio es el también pintor Agostino Tassi.

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Susana y los viejos, Colección Schönborn, Pommersfelden

Tassi colaboraba con su padre Orazio en la decoración de las bóvedas del Casino della Rose en el palacio Pallavicini de Roma.

En el año 1610, Artemisía pinto el cuadro “Susana y los viejos” basada en el relato bíblico de la casta Susana, quien se estaba dando tranquilamente un baño cuando dos viejos le proponen mantener relaciones sexuales. Ella los rechazó y estos en venganza la denunciaron por adulterio. Cuando la iban a lapidar, intervino el profeta Daniel, que descubre la mentira y evita el engaño.

Este relato bíblico ya había sido pintado por otros pintores, que presentaban a Susana como una mujer frívola y coqueta, que jugueteaba con los viejos. Sin embargo, Artemisía la presenta como una mujer joven vulnerable, asustada, que rechazaba a esos dos hombres amenazantes.

Tassi rompiendo la confianza de Orazio, violó a Artemisía cuando tenía diecisiete años, fue un suceso que le marcaría de por vida, no solo por el hecho en sí, sino por todo lo que conllevó posteriormente.

Este es el testimonio de Artemisia en el proceso, según los documentos de la época:

“Cerró la habitación con llave y una vez cerrada me lanzó sobre un lado de la cama dándome con una mano en el pecho, me metió una rodilla entre los muslos para que no pudiera cerrarlos, y alzándome las ropas, que le costó mucho hacerlo, me metió una mano con un pañuelo en la garganta y boca para que no pudiera gritar y habiendo hecho esto metió las dos rodillas entre mis piernas y apuntando con su miembro a mi naturaleza comenzó a empujar y lo metió dentro. Y le arañé la cara y le tiré de los pelos y antes de que pusiera dentro de mí el miembro, se lo agarré y le arranqué un trozo de carne”.

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Artemisia Gentilechi. Autorretrato como Alegoría de la Pintura

Sin embargo, ella no denunció en un primer momento dicha violación, porque Tassi para salvar la reputación de Artemisía prometió casarse, pero posteriormente renegó porque ya se encontraba casado. Fue entonces cuando su padre Orazio denunció la violación de Artemisía ante el tribunal papal.

La opinión pública de la época consideró sospechosa la tardanza en la denuncia, concluyendo muchos, que en realidad no había habido violación y se había tratado de una relación consentida por la propia joven.

El proceso duro nada menos que siete meses. Fue dicho tribunal el que descubrió que Tassi estaba casado y había intentado asesinar a su esposa, además había tenido relaciones con su cuñada y había intentado robar algunos cuadros de Orazio.

De dicho proceso, se conserva toda la documentación. De ésta, resalta la crudeza de las declaraciones que hace Artemisía. Lo que más llama la atención es la dureza y el poco tacto del tribunal papal. Dos aspectos son muy llamativos. Tuvo que soportar un humillante examen ginecológico. El segundo aspecto es que fue torturada para comprobar si decía la verdad. Para ello, usaron la sibilla, que como vemos en la imagen torturan sus dedos, lo cual fayanas4es muy doloroso y puede estropear los dedos y más si esta se dedica a la pintura. Ella fue coherente con su declaración.

Se trata de una de las torturas más antiguas y simples, pero terriblemente efectiva. Los pulgares de las víctimas se colocaban en el instrumento, con intención de aplastarlos, lenta y progresivamente, por medio de un par de tornillos. El dolor podía extenderse durante días, sin provocar la muerte del torturado.

La sentencia se produce, el 27 de noviembre de 1612, y Tassi es declarado culpable. La pena que le impusieron fue muy escasa, pues le dieron a elegir entre cumplir cinco años de trabajos forzados o salir exiliado de Roma. Es evidente lo que eligió Tassi, el exilio, y pasados cinco años volvió a Roma. No cumplió ni un solo día de cárcel y para más vergüenza volvió a trabajar con su padre.

Artemisía además tuvo qu soportar la indiferencia y el rechazo del mundo artístico de su época por el hecho de ser mujer. Pasó por la humillación de que muchos de sus cuadros fueran atribuidos a su padre o a otros artistas varones y durante siglos se le consideró como una mera curiosidad, como una rareza tan exótica como menor, dentro de la historia del arte.

Dos días después de la sentencia se casa con un pintor florentino de poca relevancia, Pierantonio Staatessi, siendo un matrimonio arreglado, trasladándose a vivir a Florencia, que era otro de los focos culturales más importantes de Italia. Con este matrimonio se intenta restituir la honra y la dignidad de Artemisía a los ojos de la sociedad. Sin embargo, este drama no se borrara de su mente y lo veremos plasmado de forma elocuente en sus cuadros.

Fruto de su matrimonio fueron cuatro hijos y una hija, pero sólo llegan a edad madura su hija Prudenzia. La relación con su marido es cada día peor. Tuvo que hacer frente a numerosas deudas de su marido, por lo que lo abandona y vuelve a Roma. Artemisía vuelve a ser madre en 1627, fruto de una nueva relación amorosa.

En Florencia, contó con el apoyo del gran duque Cosme II de Médicis, pero sobre todo de la gran duquesa Cristina. Conoció a Galileo Galilei con el que tenía un contacto permanente a través de cartas. Tenía una gran relación con Buonarroti el joven, que era sobrino de Miguel Ángel.

El primer cuadro que pinta después de la violación es “Judit decapitando a Holofernes”. En este cuadro se recogen los principales elementos de la escuela de Caravaggio, como son el claroscuro. En él, se ha querido ver la venganza de Artemisía, hacia el que fuera su preceptor Tassi. El rostro de Judit parece ser el de la propia pintora, mientras que la cara de Holofernes sería la cara de Tassi.


Este cuadro lo termina en el año 1613, impresionó por la violencia de la escena que representaba. Muchos siglos después, los psicólogos interpretaron esta obra en clave psicoanalítica, como un deseo de venganza respecto a la violencia y humillación que ella había sufrido.

La periodista Sarah Waldron comenta “la historia de Judith y Holofernes es antigua y sagrada, pero no puede leerse en las Biblias modernas. No es un hecho histórico, es totalmente imprecisa y es posible que fuera escrita por una mujer. Esta historia tocó la fibra sensible de Artemisía”.

Sigue comentando la misma periodista “sabiendo lo que sabemos sobre el trauma de Artemisía y sobre la violencia sin precedentes de su obra, resulta difícil no ver el cuadro de Judith decapitando a Holofernes como una una expresión de genuina rabia y como una catarsis, el único modo de poder cumplir los propios deseos disponibles fayanas6para la artista en esa época. En la historia del arte como en el proceso de superar un trauma, lo más importante es conservar lo que sobrevive. Una vez que algo se te arrebata, ya no está”.

Tras la ruptura con su marido, abandona Florencia y regresa a Roma con su hija Prudenzia. Entró a formar parte de la Academia dei Desiosi en Roma, siendo celebrada con un retrato grabado con la dedicatoria “pincturare miraculum invidendum facilius quam imitandum”.

Su estancia en Roma no fue muy positiva por lo que se traslada a Venecia entre 1627-1630, donde tiene un gran acogida y recibe constantes homenajes. Algunas de las obras que realizó en Vencia son “Retrato de un gondaloniere”, “Judith con su doncella” y la “Venus durmiente” entre otros cuadros.

En 1630, se traslada a vivir a Nápoles donde permanecerá hasta su muerte, salvo un corto periodo de tiempo en Londres. En Nápoles, contó con el apoyo del Virrey Duque de Alcalá y de todos los artistas, destacando Máximo Stanzione. En esta ciudad pintó “Anunciación” y realizó cuadros para la catedral dedicados a San Genaro.

En el año 1638, se traslada a Londres para reunirse con su padre, ayudándole a decorar el techo de la Casa delle Delizia en la ciudad de Grenwich, que pertenecía a la reina Enriqueta María de Francia. Dicha obra era una alegoría al “Triunfo de la Paz y de las Artes”. Su padre Orazio muere en Inglaterra en el año 1639 pero ella permaneció hasta el año 1642, cuando se inicia una guerra civil.

Regresa a Nápoles sigue pintando. Cuenta con la ayuda de Onofrio Palumbo. No se sabe la fecha de su muerte, pero se calcula que sería sobre 1652-1653. Sin embargo, recientemente se han encontrado encargos para Artemisía de 1654, de esta época serían las obras “Virgen con el Niño y un Rosario” y una nueva versión de “Susana y los Ancianos”. En estas obras colaboró Onofrio Palumbo.

Lo más probable es que Artemisía muriera en Nápoles como consecuencia de una plaga, que hubo en la ciudad en fayanas71656.

Después de su muerte su figura desaparece dentro del mundo de la pintura. Habrá que esperar al siglo XX, para que fuera rescatada su figura, clave dentro del barroco italiano, siendo una pintora excepcional, en un panorama dominado por completo por el hombre.

Su redescubridor es el historiador de arte Roberto Longhi en el año 1916. Escribe sobre Artemisía y dice de ella “la única mujer en Italia que alguna vez supo algo sobre pintura, colorido, empaste y otros fundamentos”. Anna Banti, que era la esposa de Roberto Longhi, escribió una novela titulada “Artemisía” escrita en 1944. A partir de 1970, se convierte en un símbolo del feminismo.

Para el filósofo francés Roland Barthes, considera que la fuerza de Artemisía radica en su capacidad de dar la vuelta a los papeles tradicionales, alentando “una nueva ideología, que nosotros modernos leemos claramente: la reivindicación femenina”.

A través de sus cuadros, Artemisía no sólo mostró su propia belleza, sino que plasmó la angustia, el odio y el dolor de su propia vida. A pesar que fue olvidada por un tiempo por su condición de mujer, su obra ha perdurado para siempre.

Artemisía nos legó cuadros religiosos, históricos, retratos y se pueden contemplar en todas las grandes pinacotecas del mundo, fundamentalmente en Florencia en el museo de los Uffizi y en el palacio Pitti. En España, en el museo del Prado y en el Escorial. En total nos ha dejado 34 cuadros, esta enorme pintora.

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BIBLIOGRAFIA

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Artemisa Lomi Gentilleschi. La pintura violada