jueves. 28.03.2024
Álvaro-de-Albornoz

Álvaro de Albornoz nació en Luarca (Oviedo) en el año 1879. Se licenció en Derecho en la Universidad de Oviedo. Albornoz se vinculó muy joven al republicanismo de signo progresista, mientras estudiaba, gracias a la influencia de sus maestros que fueron Leopoldo Alas Clarín y Adolfo Álvarez Buylla, que había organizado un moderno Seminario de Sociología en la propia Facultad. Su siguiente influencia vendría de la mano de Francisco Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza. Regresaría a Asturias para ejercer como abogado hasta 1910.

Albornoz se acercó al socialismo. En este sentido, escribió en “La Aurora Social”. Este periódico era el órgano del Partido Socialista en Asturias. Pero terminó decantándose hacia el radicalismo, por lo que ingresó en el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux en 1909. Al año siguiente consiguió ser elegido diputado por Zaragoza. Estuvo en las Cortes hasta 1914. Posteriormente, se dedicó a compaginar su carrera profesional con la publicación de ensayos políticos sobre el radicalismo y la situación política española.

En plena Dictadura de Primo de Rivera, en 1926, se creó la Alianza Republicana por la confluencia de cuatro formaciones: el Partido Radical de Lerroux, el Partido Republicano Federal, casi testimonial, el Grupo de Acción Republicana de Manuel Azaña con José Giral, Luis Jiménez de Asúa y Ramón Pérez de Ayala, y el Partit Republicà Català de Marcelino Domingo y Lluís Companys, de tendencia nacionalista catalana de izquierdas. Se trató de una apuesta clara por la renovación del republicanismo español, pero en 1929, en los albores del fin de la Dictadura, el republicanismo sufrió otra trasformación, y en la que Albornoz tuvo un evidente protagonismo al provocar una escisión en el Partido Radical porque consideraba que se había hecho muy conservador. En esta apuesta encontró el apoyo de Marcelino Domingo y ambos crearon el Partido Republicano Radical-Socialista, con un ideario no sólo republicano, sino de clara tendencia obrerista y laica. En 1927 ingresaría en la Masonería.

Albornoz estuvo en el Pacto de San Sebastián y en el Comité republicano revolucionario. Fue detenido en 1930 y acusado de rebelión militar, pero Victoria Kent le defendió brillantemente y salió absuelto.

Nuestro protagonista formó parte del Gobierno Provisional de la República como ministro de Fomento. Salió elegido diputado en las elecciones a Cortes Constituyentes. En el gobierno de Azaña fue nombrado ministro de Justicia. Al frente de este Ministerio puso en marcha la legislación laica derivada de la Constitución de 1931, como la disolución de la Compañía de Jesús, el divorcio, y la puesta en marcha de la supresión del presupuesto de Culto y Clero, es decir, de la partida que del presupuesto nacional se destinaba para el sostenimiento de la Iglesia desde el siglo XIX.

En el año 1933 fue nombrado presidente del Tribunal de Garantías Constitucionales, el primer presidente que tuvo este órgano constitucional.

Con el devenir de la República se produjo una crisis el seno del Partido Radical-Socialista porque una parte, encabezada por Félix Gordón de Ordás, no quería seguir colaborando con los socialistas frente al ala progresista de Albornoz y Domingo. El conflicto se solucionó creando un nuevo partido, el Partido Republicano Radical Socialista Independiente en el año 1933. No duró mucho, ya que participó en el proceso liderado por Azaña, y que derivó en la creación de Izquierda Republicana en abril de 1934.

A los pocos días de producirse el golpe del 18 de julio fue nombrado embajador de la República en Francia. En septiembre cesó en el puesto, ya que fue ocupado por Luis Araquistáin.

Albornoz marcharía al exilio cubano y luego se trasladaría a México donde continuaría con su vocación política porque sería nombrado ministro de Justicia en el gobierno en el exilio presidido por José Giral, entre 1945 y 1947. Entre este último año y 1951 fue el jefe de gobierno de la República. Murió en 1954.

Entre sus obras señalamos las siguientes: La Instrucción, el ahorro y la moralidad de las clases trabajadoras (1900), No liras, lanzas (1903), Individualismo y socialismo (1908), Ideario radical (1913), El partido republicano (1918), El temperamento español, la democracia y la libertad (1921), La tragedia del estado español (1925), Intelectuales y hombres de acción (1927), El gran collar de la justicia (1930), El gobierno de los caudillos militares (1930), La política religiosa de la República (1935), Al servicio de la República. De la Unión Republicana al Frente Popular. Criterios de Gobierno (1936), y Páginas del destierro (1941).

Álvaro de Albornoz