viernes. 29.03.2024

Marzo comienza el 23 de febrero en Chile. Esta rareza ocurre porque el país andino está viviendo una rareza aún mayor: por primera vez existe la posibilidad de que una Constitución sea elaborada democráticamente.

El ciclo abierto por el estallido social del 18 de octubre pasado, único en la historia del país -tanto por su masividad, su intensidad, su duración y, también, porque no ha sido controlado a través de una masacre- culminará su primera etapa este 26 de abril. Ese día se realizará un plebiscito que preguntará a chilenos y chilenas si quieren (o no) una nueva Constitución, y mediante qué mecanismo, convención mixta o convención constitucional.

Ha sido un verano caliente, al rojo, más de lo que cualquiera, en el bando que se situara, podía imaginar o anticipar

Desde ese 18 de octubre a la fecha han pasado millones de cosas, pero tal vez lo más sorprendente es que la movilización social se haya mantenido activa, como brasa viva, durante el mes de febrero. Ocurre que, en Chile, febrero es el mes de las vacaciones, del cierre de escuelas, universidades, del Parlamento, de la salida masiva de santiaguinos a otros destinos, etc., es decir, es la época del año en que menos actividad política hay.

Y, efectivamente, el establishment apostaba a que durante estas semanas veraniegas nos olvidáramos de las demandas y de la protesta social. No ocurrió. Cada viernes, en las principales ciudades del país se realizaron importantes movilizaciones callejeras, los enfrentamientos con Carabineros han sido diarios, así como las violaciones a los Derechos Humanos. A la fecha, ya llevamos 445 heridas oculares (34 con estallido total), 17 de ellas ocurridas sólo en lo que va de febrero, de acuerdo a las cifras oficiales del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).

Ha sido un verano caliente, al rojo, más de lo que cualquiera, en el bando que se situara, podía imaginar o anticipar. De hecho, los pocos eventos masivos que han habido estuvieron marcados por las demandas sociales. Por ejemplo, el fútbol de primera división: se tuvieron que suspender varios partidos por las protestas de la hinchada que recuerda que en estas semanas van dos hinchas del Colo Colo muertos, uno por atropello de un carro policial y el otro por una bala en la cabeza cuando al día siguiente protestaba por la muerte del primero. También se han realizado algunos festivales de verano en ciudades de provincia, y en todos ellos han ocurrido manifestaciones del público con las demandas sociales y, sobre todo, cánticos contra Piñera (irreproducibles en estas páginas).

Pero ahora, este 23 de febrero, se viene el festival mayor: el Festival de Viña del Mar, que año a año congrega a miles de personas en la Quinta Vergara, que genera las máximas cifras de rating televisivo, que se transmite al mundo y que reúne a artistas de talla mundial. Será la vara que medirá cómo se viene el inicio de año. El público de la Quinta –conocido como El Monstruo- es un buen termómetro en ese sentido. Y el establishment lo sabe. Por lo mismo se están tomando medidas que recuerdan a las que se adoptaban en la dictadura: detectores de metales en varios puntos, revisión de carteras a los/las asistentes, aumento de la dotación policial y de cámaras de vigilancia, advertencias explícitas a los humoristas para que no se pasen de la raya, grabación de aplausos falsos para tapar las seguras pifiaderas a las autoridades, y, lo más increíble, prohibición del uso pancartas hechas por las personas…

Pero El Monstruo no es fácil de controlar e intimidar, ya lo demostró en los ‘80, durante la dictadura. Y ahora cuenta con una aliada de nivel mundial, Mon Laferte, quien ha denunciado al mundo las violaciones a los Derechos Humanos cometidas por el Gobierno de Piñera, y quien actúa el lunes 24.

“Se viene marzo”, es la frase que hoy se escucha en muchos rincones del país, en referencia a la lucha social. Y éste comienza con el Festival, sigue con el 8 de Marzo Feminista que ya el año pasado reunió a miles de mujeres a lo largo del país, continúa con la vuelta a clases de cientos de miles de estudiantes, y culmina el 29 de marzo con el Día del Joven Combatiente, en conmemoración y homenaje a tres jóvenes del MIR, Paulina Aguirre (19 años), Eduardo Vergara (20) y Rafael Vergara (18), asesinados por agentes del Estado un 29 de marzo de 1985.

Se viene marzo, y será éste un mes decisivo para ver si el ciclo abierto el 18 de octubre por el pueblo de Chile, y que pondrá fin a la transición, se cierra en el plebiscito por derecha –si llegara a ganar la opción “rechazo”- o por el lado popular –si gana la opción “apruebo”-, y, sobre todo, si triunfa el mecanismo de “convención constitucional”.

Todos parecen estar preparándose para lo que viene. Veamos qué nos dice marzo en febrero.

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